TENIS

Jimmy Connors y el agujero que enseña el camino a Nadal: "Viví los 11 mejores días de mi carrera"

El legendario 'Jimbo' estuvo casi una temporada sin competir tras operarse de la muñeca con 38 años. Aunque brilló en su regreso, no volvió a ganar un título.

Jimmy Connors y el agujero que enseña el camino a Nadal: «Viví los 11 mejores días de mi carrera»
Nacho Encabo

Nacho Encabo

En las últimas dos décadas, Rafael Nadal ha celebrado casi siempre su cumpleaños en París. Nacido el 3 de junio 1986, más de la mitad de su vida ha soplado las velas estando en Roland Garros, el torneo en el que ha cimentado su leyenda. De hecho, las contadas excepciones que ha cumplido años lejos de la capital francesa ha sido por lesiones o por derrotas inesperadas y dolorosas. Como ocurrió hace unos meses.

El día que cumplió 37 años se levantó sin apenas poder moverse, postrado en una cama de una clínica de Barcelona tras someterse a una doble operación en la cadera. "No el lugar deseado ni soñado pero así es la vida", escribió en su Instagram el 3 de junio con una foto suya tumbado en un sofá. Sin competir desde enero, Nadal intentó por todos los medios evitar el quirófano, pero al final no vio otra salida a los dolores que arrastraba en la cadera. Tras la intervención, empezó un proceso de recuperación que desembocará, si todo sale bien, en su regreso al circuito en enero en Australia.

Aunque Nadal ha resurgido en incontables ocasiones, lo que tiene ante sí es un desafío inédito. Porque ahora lo quiere hacer después de año sin competir -de largo, su ausencia más larga-, con una doble operación de por medio, fuera del top 500 de la ATP y con 37 años y medio. Existen muy pocos ejemplos de deportistas que, cerca de los 40, hayan estado tantos meses en el dique seco para después volver y sonreír. Uno de ellos es Jimmy Connors, uno de los tenistas más geniales y longevos que han existido. Lo que le ocurrió a principios de los 90 tiene muchos paralelismos con la situación actual de Nadal.

Una carrera legendaria

En aquel 1990, Connors ya era una leyenda absoluta de la raqueta. En el circuito desde 1972, 'Jimbo' había celebrado ya sus ocho títulos de Grand Slam (cinco US Open, dos Wimbledon y un Open de Australia), había estado 268 semanas en el número uno del ranking ATP y había levantado sus 109 títulos, récord absoluto en la historia del tenis masculino.

Tenistas con más títulos individuales

  • Jimmy Connors: 109
  • Roger Federer: 103
  • Novak Djokovic: 96
  • Ivan Lendl: 94
  • Rafael Nadal: 92
  • Rod Laver: 78
  • John McEnroe: 77

Llevaba ya tiempo algo desplazado por la generación de Mats Wilander, Ivan Lendl o Boris Becker y a finales de los 80 y principios de los 90 emergió otra hornada fantástica con nombres como Andre Agassi, Pete Sampras o Jim Courier. Así que cuando arrancó la temporada 1990, Connors estaba ya lejos de su mejor nivel a sus 37 años, aunque se mantenía en una más que digna 16ª posición en el ranking ATP.

En su primer partido del curso, en Milán, se lesionó la muñeca izquierda. Jimbo era zurdo. Visitó a varios médicos y todos le dijeron lo mismo: que si descansaba, se recuperaría. "Tuve la sensación de que tenían miedo de hacer algo porque no querían ser ellos quienes pusieran fina a mi carrera", dijo el estadounidense años después en una entrevista con la web tennis.com.

La decisión de operarse con 38 años

Decidió aparcar por un tiempo la raqueta para ver si la muñeca se recuperaba. Reapareció a finales de septiembre de 1990, fuera ya del top 100, con una derrota en Basilea. Y en los primeros días de octubre volvió a perder en la primera ronda de Toulouse. Lo peor de todo es que los dolores seguían ahí. No le quedó otra: el 5 de octubre entró en quirófano para someterse una operación en la muñeca izquierda. Con 38 años y sin apenas competir en los últimos diez meses, muchos lo vieron claro: era el final de Connors. Nada más lejos de la realidad. Es cierto que nunca más volvió a ganar un título, pero logró estirar su carrera hasta 1996, cuando colgó la raqueta con 43 años.

"Tuve que fortalecer mi muñeca y casi aprender a jugar como un principiante. Tuve que recibir golpes de la prensa en el camino, pero no hay nada como un incentivo para que realmente desees algo", comentó sobre aquella operación. "Es curioso lo rápido que puedes pasar de número uno a la nada".

Tras varias semanas escayolado, Connors regresó a los entrenamientos y a finales de febrero de 1991 volvió a competir. Fue en Chicago, siendo el 990 del ranking ATP y perdió ante el peruano Jaime Yzaga. Tiempo después alcanzó la tercera ronda tanto en Roland Garros como en Wimbledon. Pero, sin duda, lo mejor de su regreso se lo había guardado para el US Open.

Sus «11 mejores días» con 39 años

Como no tenía ranking suficiente para jugar -era el 174 en aquel entonces-, recibió una invitación por parte de la organización y no la desaprovechó. Y eso que estuvo a punto de quedar eliminado en la primera ronda: iba perdiendo por 6-4, 7-6 y 3-0 ante Patrick McEnroe, el hermano de John, y acabó remontando y ganando los tres últimos sets por 6-4, 6-2 y 6-4. Unos días más tarde, Jimbo cumplió 39 años y lo celebró plantándose en las semifinales del US Open. Fue Courier, 18 años menor que él, quien puso fin a una de las actuaciones más recordadas de la historia del torneo.

"Lo he dicho muchas veces. Aquel US Open fueron los mejores 11 días de mi carrera y eso que ni gané el torneo. Escuché el sonido que siempre quise, porque ya no eran 20.000 aficionados animando, sino 20.000 locos que querían presionarme más lo que me habían presionado en mi vida y que respondiera", comentó una vez en ESPN. "Después de estar un año fuera y reconstruir mi muñeca, nadie pensaba que iba a volver".