El 2022 de Carlos Alcaraz: cinco títulos, un ascenso meteórico y mucho rock and roll
El murciano pone fin a la mejor temporada de su vida con una inesperada lesión en el abdomen. Atrás quedan 11 meses para el recuerdo.
Ahora hay dolor y rabia por ese desgarro abdominal que le hará perderse las ATP Finals y la Copa Davis, pero Carlos Alcaraz puede caminar con la cabeza muy alta. Atrás quedan 11 meses mágicos, la temporada de su consagración, el año del relevo. El testigo de la mejor generación de todos los tiempos lo ha cogido un chaval de 19 años que lo tiene todo para dominar el deporte de la raqueta.
Ahí siguen Rafael Nadal y Novak Djokovic. El presente continúa siendo también suyo, aunque ya medio huérfanos tras la retirada de Roger Federer. Sin embargo, Alcaraz se abre paso con el traje de los elegidos: masticando récord tras récord, con un carisma descomunal y un tenis poderoso. Como una estrellas del rock.
El 2022 será para siempre su año. Empezó como el número 32 del ranking mundial y va camino de terminar en el primer puesto. Ha levantado cinco títulos, entre otros su primer Grand Slam y dos Masters 1000. Ha derrotado a los mejores. Ha generado la sensación de que hay un digno sucesor del Big Three. Ha jugado 70 partidos y ha ganado 57. Se ha embolsado más de siete millones de dólares en premios. Este ha sido su año:
RÍO DE JANEIRO
Primera alegría
Alcaraz arrancó el 2022 siendo el número 32 del ranking y convertido ya en un portento físico tras una pretemporada extenuante. Sus músculos así lo reflejaban. La primera parada fue el Abierto de Australia, donde perdió en tercera ronda tras una batalla de cinco sets ante un top ten como Matteo Berrettini. Poco que reprocharse.
En su siguiente torneo, en febrero, llegó la primera alegría: ganó el título de Río de Janeiro con dos victorias de tronío, ante Berrettini y después en la final con Diego Schwartzman. Al día siguiente de la celebración, el murciano escaló al puesto 20 del ranking y a las pocas semanas se plantó en las semis de Indian Wells, donde solo le pudo frenar Nadal.
MIAMI
El 'boom'
Aterrizó en Miami siendo ya el número 16 de la ATP y, a pesar de no tener un sorteo benévolo, consiguió alcanzar la final y llevarse la copa. Por el camino eliminó a tres top ten como Stefanos Tsitsipas, Hubert Hurkacz y Casper Ruud y a un campeón de Grand Slam, Marin Cilic.
Ningún español, ni el mismísimo Nadal, había ganado el título en Florida. Alcaraz fue el primero y de paso se convirtió en el tenista más joven en ganar Miami. Solo Michael Chang y Nadal saben lo que es vencer en un Masters 1000 con menos edad. Palabras mayores. Pero lo mejor todavía estaba por venir.
BARCELONA Y MADRID
La primavera soñada
Tras el lapsus de Montecarlo (perdió en 1ª ronda), protagonizó una primavera de ensueño en España que le catapultó al número seis del ranking. Sí, hablamos de los títulos de Barcelona y Madrid, entre los que encadenó diez partidos ganados en tres semanas.
Por si alguien pensaba que lo de Miami había sido un espejismo, en la Caja Mágica tumbó en días consecutivos a Nadal, Djokovic y Zverev. Agotado, renunció a Roma y se plantó en Roland Garros como uno de los grandes favoritos. No era para menos. Pero su aventura parisina acabó en los cuartos y después, una lesión en el codo, le complicó en el inicio de la gira de hierba. En Wimbledon alcanzó los octavos.
NUEVA YORK
La eternidad
Llegó a la gira americana siendo ya una estrella consagrada, el nº4 del mundo. Y lo notó. "Ha sido la primera vez que no he soportado la presión", dijo tras caer en su debut en Canadá. En Cincinnati, la semana siguiente, volvió a despedirse antes de lo esperado. No era la mejor preparación para el US Open...
Pero Nueva York despertó a la bestia. Ganó varios partidos cargados de épica y acabó celebrando el título y convirtiéndose en el número 1 más joven de todos los tiempos: 19 años, cuatro meses y siete días. Toda una proeza. "Es un momento muy especial, nunca lo voy a olvidar", dijo en el US Open.
PARÍS
El adiós
Tras el US Open no se ha vuelto a ver al mejor Alcaraz. Acumuló derrotas inesperadas y empezó a notar los avisos de su cuerpo. Primero fue la rodilla y por último el abdomen. Un desgarro le tendrá en el dique seco al menos seis semanas, es decir, adiós a la temporada y casi a la pretemporada, todo un golpe para un jugador que nunca ha tenido lesiones de gravedad. "Solo queda ser positivos y pensar en recuperarme bien", decía Alcaraz. El peor final posible para el mejor año de su vida.