COPA DAVIS

La nueva Copa Davis de Piqué pierde el interés del aficionado y el favor de las estrellas

El formato, las trabas del calendario y el auge de la Laver Cup ensombrecen una "Copa del Mundo del tenis" venida a menos y sin las grandes raquetas.

Gerard Piqué, en el palco del Martín Carpena junto a Juanma Moreno y David Ferrer en la final de la Copa Davis de este domingo. /GETTY
Gerard Piqué, en el palco del Martín Carpena junto a Juanma Moreno y David Ferrer en la final de la Copa Davis de este domingo. GETTY
Daniel Arribas

Daniel Arribas

"No habrá cambios a corto plazo, el formato está aquí para quedarse". Son palabras de Enric Rojas, presidente de Kosmos Tennis, la empresa encargada de diseñar el formato de la Copa Davis desde 2019. Este domingo, poco antes de que arrancara la final entre Australia y Canadá en el Martín Carpena, la empresa de Gerard Piqué y la Federación Internacional de Tenis (ITF) glorificaron los números de una competición que, guste o no, ha perdido el interés del aficionado.

"¿Quién ha ganado?". Es la pregunta que más se repite en Málaga cuando se nombra la Davis. "¿Canadá? Ah, mira… ¿y España qué ha hecho?", dicen la noche del domingo los responsables de un afamado restaurante en el centro histórico. La fiebre del tenis no ha llegado hasta allí en toda la semana. Se quedó en los aledaños del Carpena, a las afueras de la ciudad.

"¿Nadal no ha jugado?", pregunta un taxista a primera hora del lunes. No, el balear no viajó a Málaga esta semana, sino a Argentina, donde comenzó una serie de exhibiciones junto a Casper Ruud por varios países de Latinoamérica. El número dos y el número tres del ranking mundial, de gira al otro lado del Atlántico mientras se disputa la Davis.

Pero la fuga va más allá. Solo dos de los 39 tenistas presentes en Málaga pertenecían al Top-12 del ranking ATP: el canadiense Félix Auger-Aliassime (6º) y el estadounidense Taylor Fritz (9º). Ningún campeón de Grand Slam.

En la Laver Cup, el torneo ingeniado por Roger Federer en 2017 para crear una suerte de Ryder Cup del tenis —los mejores jugadores de Europa contra los del resto del mundo—, el O2 Arena de Londres disfrutó el pasado mes de septiembre de las mejores raquetas del circuito. Y se notó. En España, la retirada del suizo, emplazada al primer encuentro del torneo, reunió frente al televisor a cerca de 300.000 espectadores en Eurosport, lo más visto del día en cualquier cadena de pago. Un éxito rotundo.

Nadal y Federer, sentados, ríen ante la mirada de Djokovic y otros tenistas europeos en la Laver Cup del pasado septiembre.  GETTY
Nadal y Federer, sentados, ríen ante la mirada de Djokovic y otros tenistas europeos en la Laver Cup del pasado septiembre. GETTY

En la Davis, la final entre Australia y Canadá no apareció entre las 20 emisiones más vistas del domingo, donde el cine de la cadena AXN ocupó la última posición de la lista —la 20ª— con 39.000 espectadores. Tres días antes, la eliminatoria de España ante Croacia tampoco asomó entre lo más visto del día.

Claro, pero es que no jugaban ni Nadal ni Alcaraz, dirán algunos. En la última edición de la Laver Cup, el partido entre Stefanos Tsitsipas, griego, y Frances Tiafoe, estadounidense, reunió frente al televisor a más de 85.000 personas en España, cifra muy superior a cualquier partido de la Copa Davis, con españoles o no. Algo falla.

A vueltas con el formato

Málaga repetirá en 2023 como sede de la Final 8. Será el cuarto año consecutivo en el que España sea el país elegido para acoger la lucha definitiva por la Copa Davis. Una realidad que los organizadores del autodenominado "Mundial del tenis" no contemplan como un posible déficit para el interés de otras naciones. "No nos preocupa que se pueda pensar eso. Creemos que la localía no pesa en el resultado, se está viendo; España ha sido eliminada en cuartos de final este año, igual que en la última edición", declaró Enric Rojas a Relevo. Y concluyó: "No hemos escuchado quejas al respecto. Esta semana, el 21% de los asistentes al Martín Carpena provenían de fuera de España".

La realidad es que, desde la entrada de Kosmos a la ecuación en 2019, la final de la "Copa del Mundo del tenis" solo se ha disputado en nuestro país. En 2019, en la Caja Mágica de Madrid, con España campeón; en 2021, en el Madrid Arena, con Rusia triunfadora —ahora excluida de la competición por la guerra—; y en 2022, en Málaga, misma sede firmada para el próximo año.

"El anterior formato era confuso", aseguró David Haggerty, presidente de la ITF. Este año ha habido novedades, otra vez. La fase de grupos y la Final 8 se han repartido en el calendario. La primera, en septiembre, con cada grupo en una sede diferente (Valencia, Glasgow, Bolonia y Hamburgo); la fase final, en una sede única, en este caso, Málaga. "Un acierto", según la organización, que presume de un incremento en la asistencia de público: de 108.000 entre las dos rondas el año pasado a cerca de 150.000 en la presente edición.

Piqué sonríe ante Joan Laporta, invitado a la Copa Davis esta semana.  AFP
Piqué sonríe ante Joan Laporta, invitado a la Copa Davis esta semana. AFP

Las sensaciones, en cambio, son otras. El formato no encandila. En la fase de grupos de Hamburgo, una de las cuatro sedes del torneo en septiembre, Australia y Bélgica jugaron la primera eliminatoria un martes, en horario laboral y con un pabellón semivacío: 250 espectadores —la entrada más barata ascendía a 65 euros—. Un día después, Alemania, país local y favorito para avanzar a la Final 8, jugó con Francia ante poco más de 1.500 personas.

Los protagonistas, claro, no son ajenos al debate. En Málaga, Taylor Fritz, número 9 del mundo y estrella de Estados Unidos, el país con más Ensaladeras, fue claro en rueda de prensa el pasado jueves: "A nadie le importa si ganamos la Copa Davis o no. No creo que ni tan siquiera se mencionara en la ESPN o en otros canales deportivos del país. Es una competición mucho más importante para nosotros que para el resto del mundo".

Lleyton Hewitt, seleccionador de Australia, reconoció su añoranza por el viejo formato antes de llevar a su equipo a la final ante Canadá: "Con el sistema actual se pierden las dos cosas que más me gustan de nuestro deporte: las eliminatorias como anfitrión y visitante, jugando en todas las superficies posibles y con un público entregado, y los partidos a cinco sets. Es la base del tenis que yo he conocido".