HISTORIA RELEVO

La 'naranja mecánica' del pádel, hasta Van Persie tiene su propia marca de palas

Robben, Van Persie y los hermanos De Boer están metidos de lleno en la industria del pádel en los Países Bajos.

Van Persie, Robben y De Boer jugando en Ámsterdam./WPT
Van Persie, Robben y De Boer jugando en Ámsterdam. WPT
Álvar Madrid

Álvar Madrid

Del Amsterdam Open, el último torneo World Padel Tour que se ha disputado, no solo se pueden extraer conclusiones deportivas. Es evidente que Franco Stupaczuk y Martín Di Nenno han dado un paso hacia delante para intentar asaltar el número 1 a final de temporada. También que Ariana Sánchez y Paula Josemaría tienen prácticamente asegurada esa posición tras conquistar 13 de los 18 torneos que han disputado. No obstante, no solo ellos se llevaron los flashes.

Como en prácticamente cada torneo del circuito organizado por la empresa de eventos deportivos del Grupo Damm, las gradas se llenaron de personajes ilustres que quieren disfrutar del pádel. Podríamos destacar a muchos, pero en especial hay un colectivo que sobresale por encima del resto, el de los futbolistas y exfutbolistas. Y como no puede ser de otra manera, en Ámsterdam los que llamaron la atención fueron los holandeses. No solo por actuar como aficionados, sino también por ser embajadores del deporte del 20x10 con su comportamiento.

Van Persie, por ejemplo, ha creado e impulsado una marca de pádel que lleva su propio nombre, By-vp, traducido al español, por Van Persie. De hecho, el exdelantero del Arsenal no es solo el fundador o la figura que da nombre a la marca, también el modelo y el embajador de cada colección que presenta. Es evidente que detrás hay un interés comercial, ya que su imagen vende después de tantos años en el fútbol de primer nivel, pero también hay un interés personal por el empeño de que sea esta, una marca de productos de pádel, la que lleve su imagen para triunfar o no. Asume el riesgo porque existe una vinculación estrecha entre Van Persie y este deporte.

Su pareja, en casi cada torneo que disputa, es un viejo conocido de la liga española, Arjen Robben. El exmadridista tiene entre ceja y ceja un objetivo ambicioso: llevar el pádel en Países Bajos a una profesionalización mucho mayor. En varias entrevistas en su país ha declarado que quiere seguir el ejemplo de Ibrahimovic en Suecia: "Hablé de eso varias veces con mi esposa. Le encanta jugar. Zlatan Ibrahimovic hizo pádel un deporte importante en Suecia, puedo hacer lo mismo en los Países Bajos".

Robben y Van Persie se han convertido en habituales de la pista azul de World Padel Tour. Su presencia no solo en las gradas, sino también en las pistas es casi obligada año tras año, de hecho durante la edición de 2022 llegaron a jugar un partido de exhibición con Juan Lebrón y Ale Galán cuando eran los números uno del circuito.

Otro ilustre que aparece siempre que se habla de pádel en los Países Bajos es Frank de Boer, que lleva vinculado al deporte de la pala y a los torneos WPT muchos años. No solo se le ha visto en la capital holandesa, también en Marbella y en varias ciudades de Andalucía. En este último torneo disputado en la ciudad de los canales, hizo hasta de embajador de la ciudad, regalando dos camisetas del Ajax a los actuales números 1º del pádel, Agustín Tapia y Arturo Coello.

Van Persie y Robben en la pista central del Open de Amsterdam.WPT

Estas tres figuras, que destacan por encima del resto debido a su implicación para con el deporte del 20x10, pero no son las únicas. Otros jugadores holandeses, incluso actuales, como Frenkie De Jong, mediocentro del FC Barcelona, ha publicado por redes en varias ocasiones imágenes en las que se le podía ver jugando al pádel con su pareja. Patrick Kluivert también se ha dejado ver con asiduidad por alguna pista de pádel, incluso llegando a compartir partido con Fernando Belasteguín. También Van der Vaart, ha llegado a disputar torneos amateurs tras su retirada del fútbol.

La realidad es que el pádel ha llegado con fuerza a Holanda, y que los jugadores y exjugadores de dicho país actúan directa o indirectamente como embajadores de un deporte que no para de crecer. Solo hay que fijarse en el estado de las gradas en el Open de Ámsterdam, repletas, o en la llegada paulatina de jugadores con dicha nacionalidad al circuito profesional. Son un espejo donde mirarse, y su pasión por el pádel, un incentivo para que algún día podamos referirnos a una pareja holandesa como la naranja mecánica.