Los desafíos de Arturo Coello en su año más duro: "Cuando eres Nº1, ya no eres el cazador, eres la presa"
En un nuevo capítulo de Off Court, su serie documental, Arturo Coello habla de lo complicado que ha sido defender el número uno del mundo.
El año de Arturo Coello en líneas generales ha sido un 10, pero para llegar al sobresaliente ha tenido algunos momentos duros en la temporada que le han servido como punto de inflexión. En el último capítulo de Off-Court, la serie documental del vallisoletano en YouTube, ha desvelado algunos de los secretos que le han llevado junto a Agustín Tapia a revalidar el título honorífico de Nº1 uno del ranking al final de temporada.
Mantenerse en el trono del pádel ha sido un desafío muy grande para dos jugadores que se encontraban por primera vez ante esta tesitura. Sobre todo cuando el arranque del año se empezaba complicando para Arturo a causa de una lesión en el hombro provocada por un golpe que se dio durante las vacaciones que hizo que tuviera que empezar la pretemporada un poco más tarde que el resto de sus compañeros: "Cuando llegas al número uno, todos quieren ganarte. Ya no eres el cazador, eres la presa. Esa presión es brutal porque tienes que rendir siempre al máximo, no hay margen para errores", asegura Coello.
La soledad de no ver a nadie por encima de ti, a veces le ha provocado una sensación de vértigo difícil de gestionar: "La gente ve los trofeos y los títulos, pero no siempre ve las noches de insomnio, la autocrítica, las veces que te preguntas si estás haciendo lo suficiente. Es un camino solitario, pero al final, cuando miro atrás, todo merece la pena". Miki, su eterno amigo y confidente, le acompaña y asesora en los momentos buenos, pero sobre todo se hace más visible cuando las cosas se complican.
Génova, el punto de inflexión
Uno de los momentos más complicados de la temporada fue la derrota que sufrieron en la final del Premier Padel P2 de Génova ante Ale Galán y Fede Chingotto. Un partido que Tapia y Coello no dieron una imagen acorde con su categoría profesional perdiendo el partido en menos de 45 minutos. A partir de ese momento decidieron dar un volantazo en su preparación. Después de una dura preparación, cuando el resto de los jugadores estaban de vacaciones, consiguieron encadenar una racha de 47 victorias, conquistando 9 títulos de manera consecutiva.
El apoyo que ha tenido por parte de su pareja deportiva ha sido fundamental. Coello ha encontrado en Tapia a un compañero de viaje extraordinario. El argentino y el español han ensamblado sus personalidades para formar una relación que va un poco más allá del 20x10: "Siempre he pensado que el pádel es un deporte individual dentro de un equipo. El vínculo con tu compañero lo es todo. Agustín es un descubrimiento en el deporte, no imaginaba que iba a ser una persona tan importante para mí. Tenemos una conexión muy buena".
Con especial cariño recuerda la época en la que jugó al lado de una leyenda como Fernando Belasteguín. En su periplo como pareja profesional consiguieron cuatro títulos y pasaron de pareja 8 a pareja 3: "He tenido la suerte de jugar con grandes nombres, pero también de aprender de ellos, dentro y fuera de la pista. Bela es una leyenda. Jugar con él fue como hacer un máster acelerado en pádel. Me enseñó cosas que ningún libro o entrenador puede enseñarte, porque viene de su experiencia y su corazón".
«Dirán que no eres bueno, que tu éxito es temporal o que no mereces estar ahí»
Otro de los aspectos que al principio le preocupaban y que el tiempo le ha enseñado a relativizar son las críticas: "Siempre habrá voces que digan que no eres lo suficientemente bueno, que tu éxito es temporal o que no mereces estar ahí. Al principio dolía, pero aprendí que la única opinión que importa es la de las personas que te conocen de verdad".
Echando la vista atrás y viendo con perspectiva todo lo que ha conseguido, Arturo ha explicado como ha aprendido a relativizar las victorias y las derrotas en su día a día: "He aprendido que ganar y perder son dos caras de la misma moneda. Hay días en los que todo sale mal y otros en los que parece que nada puede salir mal. Lo importante es mantenerte equilibrado, no dejar que las victorias te suban demasiado ni que las derrotas te hundan".