Belasteguín baja la persiana y 'entrega' su pala de pádel: "He hecho animaladas con mi cuerpo y he tenido suerte de elegir mi adiós"
Fernando Belasteguín atiende a Relevo días antes de recibir en Barcelona el homenaje a una carrera de más de 30 años como jugador profesional de pádel.
Fernando Belasteguín, está paladeando por primera vez después de 30 años la sensación de no tener que despertarse cada día con la obligación de entrenar y someterse a los esfuerzos que te exige el deporte profesional. El mejor jugador de pádel de todos los tiempos disputó su último partido profesional la semana pasada en el P1 de Milán y ahora afronta sus primeros días después de haber colgado la pala.
Después de una temporada en la que ha recibido homenajes en los torneos más importantes del circuito Premier Padel, el jugador argentino se enfrentará este fin de semana a uno de los momentos más emotivos de su carrera. Disputará en Barcelona una exhibición con algunos de los jugadores que han marcado su carrera deportiva, rodeado de su familia y entorno más cercano. Bela recibe a Relevo muy cerca de su casa, en la sede de NTT Data en la ciudad condal, para hacer un repaso y conversar de algunos de los momentos más destacados de su carrera.
Después de las semanas de emociones que has tenido, ¿Cómo estás a nivel personal?
Muy bien, tranquilo. Empezando a disfrutar. Estaré todavía más tranquilo después del día 21, cuando haga la despedida en las Premier Padel Finals. Más de lo que más de lo que hice no he podido hacer. He ganado a todos y he perdido contra todos. Estoy disfrutando mucho y no me cabe duda que lo voy a disfrutar todavía más, sobre todo por la tranquilidad de que hice todo lo que pude.
Desde que te has retirado, ¿En qué ha cambiado tu día a día?
Ahora aprovecho el tiempo al máximo para estar con mis hijos, con mi mujer. Quiero empezar a estudiar inglés... Estamos con los preparativos de las Premier Padel Finals, también estoy organizando una fiesta de despedida el sábado por la noche y luego me iré de vacaciones a Argentina. Cuando vuelva, empezaré una nueva vida.
Hace unas semanas, se hablaba mucho de que la despedida de Rafa Nadal en la Copa Davis no había estado a la altura ¿La tuya lo ha estado?
Sin duda. Incluso por encima de mis expectativas. Yo no soy capaz de valorar lo que le he podido dar al pádel. Ha sido un año muy duro y difícil para mí, con muchas lesiones. El codo, el gemelo, el isquio… Mirándolo con perspectiva ha merecido la pena el esfuerzo para terminar el año jugando. He tenido la suerte de poder elegir mi adiós. Hay muchos deportistas que no han podido hacerlo porque han tenido lesiones importantes. Las muestras de cariño que me ha dado la gente en cada campeonato han superado mis expectativas. No me lo hubiera imaginado nunca.
¿Tantos homenajes este año te han sacado del foco de lo deportivo?
No. A ver, desde Premier me ofrecieron hacerme un homenaje en cada torneo, yo les dije que prefería elegir algunas ciudades que habían sido importantes para mí. Tenía marcado hacerlo en Argentina, en Roland Garros y en Barcelona, porque es la ciudad donde vivo. Luego me lo hicieron también en Dubai y en Milán. Me han tratado con mucho cariño, pero claro mis amigos me hacían bromas diciendo que he tenido más homenajes que un grupo de música argentino que hizo una gira de despedida de más de 30 conciertos.
Después de una carrera con pocas lesiones, ¿Has notado que los últimos años el cuerpo no te ha respondido?
Si, vi a partir de mediados del año pasado que el cuerpo me respondía en forma de lesiones cuando quería apretar. Mi equipo me tenía que frenar. Jugar este primer año completo de Premier Padel era muy importante para mí por todo lo que hemos peleado para llegar hasta aquí y conseguir esa ansiada libertad del jugador. Ahora, me llevo despertando cuatro días sin que me duela el cuerpo. Llevaba tres años conviviendo con dolor, sobre todo desde que me rompí el tendón derecho en 2019.
¿Has hecho locuras con tu cuerpo para competir?
Sí, claro. Por ejemplo, cuando me he recuperado de lesiones. Recuerdo la rotura de cuatro centímetros y medio que tuve en el gemelo en 2021. Me daban cuarenta y pico días de baja, pero me interné en la casa mi amigo Gianluca Vacchi que tiene un montón de máquinas de recuperación, trabajaba 12 horas al día y conseguí volver a jugar a los 23 días.
He hecho animaladas en temas físicos. He llevado el cuerpo al extremo para rendir bien en la competición, por eso me lo ha dado todo muchísimos años, hasta que en un momento me empezó a decir: "Eh, loco, para un poco porque ya te di todo lo que te tenía que dar".
¿En qué ha cambiado el Bela que salió hace 30 años de Pehuajó del que se acaba de retirar?
El deporte profesional me ha permitido seguir siendo un niño en un cuerpo de 45 años. Me ha mantenido vivo y joven de espíritu. Soy un niño en el cuerpo de una persona mayor. Eso es lo que me ha permitido tener una carrera de 30 años.
¿Ahora por donde va a pasar tu futuro?
Estoy muy enfocado en Bela Padel Center. Tenemos un club en Alicante desde hace cuatro años y ahora estamos en proceso de construcción de otro en Barcelona, que si todo va sobre lo previsto abrirá en 2025. También tengo el proyecto de Wilson Bela, mi propia franquicia dentro de la marca. Tenemos mucho que trabajar para aspirar a ser la marca número uno del mundo del pádel.
Has estado en negociaciones con todos los circuitos ¿Te ves en los despachos de Premier Padel o de la Federación Internacional??
Yo siempre estaré del lado del jugador, me siente donde me siente. En muy poco tiempo se ha conseguido algo muy bueno para este deporte. Yo creo que hoy es momento de bajar la velocidad, dejar que el río siga su curso, ver cómo evoluciona todo y en un periodo de tiempo nos volvemos a sentar para mejorar más cosas. No sé en qué silla me puedo sentar, sí voy a decir siempre lo que pienso en beneficio del pádel.
¿Quiénes son los grandes amigos que te deja este deporte que tanto te ha dado?
Te diría el equipo el equipo de One16Sports, la agencia con la que empezamos a trabajar hace mucho tiempo. También te diría al que ha sido mi entrenador, Miguel Sciorilli y Toni Martínez, mi preparador físico.