NATACIÓN

La marcha por un millón de dólares del gurú de la natación australiana a China abre un debate nacional: "Se lleva nuestro conocimiento..."

Michael Bohl, que se retiró tras los Juegos para poder "oler el café", es seducido por el país asiático para que mejoren sus nadadores.

Michael Bohl, junto a la nadadora Laura Taylor, en julio de 2020. /GETTY
Michael Bohl, junto a la nadadora Laura Taylor, en julio de 2020. GETTY
Alberto Martínez

Alberto Martínez

El pasado mes de junio la natación australiana se entristeció por un día. A las puertas de los Juegos Olímpicos, su gurú, el considerado mejor entrenador de las últimas décadas, Michael Bohl, confesó que se tomaría, después del evento de París, un descanso. Un año para "cargar baterías" y decidir hacia dónde encauzaba su camino. De hecho, utilizó una divertida y visual metáfora: "Quiero oler el café un poco durante 12 meses". Luego llegaron los Juegos y Australia se quedó a una medalla de oro de batir a Estados Unidos en el medallero de La Dèfense, algo que habría sido un hito moderno y que no sucedía desde los Juegos de Melbourne, precisamente en su remoto país en 1956. Y Bohl tuvo mucho que ver puliendo a un diamante como Kaylee McKeown: dos oros, una plata y dos bronces.

Pero esos 12 meses apenas se han convertido en cuatro. Entrado ya el 2025, Swimming Australia hizo un comunicado para dar por hecho que Bohl se había comprometido con China en unas funciones de asesoramiento en los centros de alto rendimiento de Shanghai y Pekín. Y así se confirmaron los rumores de su marcha a uno de los máximos rivales de los aussie por la hegemonía en la piscina, país que lleva años poniendo un ojo en sus entrenadores y seduciéndoles con grandes sumas de dinero. Se desconoce la cantidad, aunque el reputado periodista británico Craig Lord, una eminencia en información acuática, lo sitúa en un millón de dólares, algo que se puede definir como irresistible.

La marcha de Bohl, un hombre muy reputado no solo por sus medallas, sino por su forma de hacer ("es una persona que siempre ha estado abierta a compartir, que hablaba contigo con interés de qué hacías y cómo estabas. Nunca presumía de sus éxitos o nadadores, todo lo contrario...", explica uno de los técnicos españoles que mejor lo conoce), ha generado todo tipo de comentarios en el país, que incluso han trascendido a las redes sociales y han llegado a los telediarios. "La deserción del entrenador es una señal ominosa para las perspectivas australianas de natación olímpica", se lee en Mercury, que añade: "Puede tener una gran repercusión".

"Siempre ha estado abierto a compartir, mostraba interés y nunca presumía de sus éxitos"

Entrenador español

En el programa 7News, se habló de una marcha "controvertida", de que Bohl "llevaba nuestro conocimiento a China, porque tenemos la mejor cultura del mundo en agua y ahora se exporta a China". Y recordaron el caso de Dennis Cotterell, entrenador de Grant Hackett, uno de los grandes fondistas de la historia (tres oros, tres platas y un bronce entre 2000 y 2008), quien también decidió aceptar la oferta millonaria de China para, entre otros deportistas, pulir a la bestia acuática -Sun Yang- que superó todos los récords y finalmente fue sancionado por romper un frasco de sangre en un control antidoping (tres oros, dos platas y un bronce en solo dos Juegos Olímpicos).

¿Por qué Australia teme la fuga de conocimiento a China?

China, que estuvo envuelta en un escándalo antes de los Juegos de Tokio con hasta 23 positivos que finalmente la WADA (Agencia Mundial Antidopaje) los anuló al considerar que fue una contaminación alimenticia, salió de los Juegos de París con dos oros, tres platas y siete bronces. En total, con 12 medallas fue el tercer que más logró, aunque quedó en quinta posición en el medallero. Tiene estrellas como el plusmarquista mundial de los 100 libre Pan Zhanle o el dominador de la braza Qin Haiyang y cuenta con un numeroso equipo para poder afrontar los podios de cada prueba de relevos. La llegada de entrenadores australianos les ha dado un plus.

El primero de los tránsfugas fu Ken Wood, quien dirigió la brillante carrera de la mariposista Liu Zige que ganó el oro en los 200 en los Juegos Olímpicos de Pekín, en 2008, cuando la natación china -y el deporte en general- dio un salto al espacio en el medallero y empezó a invertir ingentes cantidades de dinero. Wood superó a la que había sido la mejor nadadora australiana de la especialidad y del mismo técnico, Jessicah Schipper. "Pagan mucho dinero, no los ayudaría a cambio de nada", dijo el técnico en su momento, según recoge StateSwimming.

Cotterell tuteló la carrera de Sun Yang como había hecho antes con Hackett, mientras que tuvo la habilidad de estar entre los dos países un cierto tiempo. Ahora, sigue asesorando a Pan Zhanle, entre otros. Y ahora acude Bohl, a sus 60 años, quien iba a retirarse, pero el dinero le ha hecho cambiar de opinión.

El técnico lleva ocho Juegos Olímpicos seguidos con Australia y tiene en su haber a cinco campeones olímpicos: Stephanie Rice (2008), Emma McKeon (2016, 2021), Madison Wilson (2016), Emily Seebohm (2021) y Kaylee McKeown (2024).

Australia, fuente de inspiración para Marchand y España

La natación es patrimonio de la humanidad en Australia. Todos los niños y niñas empiezan a nadar en los colegios, donde es asignatura obligatoria, las universidades presumen de sus piscinas, incluso el equipo nacional cuenta con un incentivo de premios privados como el que lleva ofreciendo Gina Rinehart, su mecenas, quien ha financiado entre 60 y 80 millones en diez años. La manera de entrenar australiana se guarda como un tesoro, por eso muchos nadadores internacionales acostumbran a ir algunas temporadas para entrenar junto a los mejores. Ahora mismo, Léon Marchand, el francés que tocó el cielo en los Juegos de su país con cuatro oros, permanecerá entre dos o tres meses para entrenarse junto a Dan Boxell, técnico de Ariarne Titmus.

En 2022, España también acudió a entrenarse a Brisbane. Lo hizo el fondista Carlos Garach, olímpico en París, y el entrenador Xavi Casademont, del Centro de Alto Rendimiento de Málaga. "En Australia me enseñaron muchas cosas. Fue una experiencia espectacular e inigualable", dijo el granadino. "La idea era vivir otra visión de la natación y estar en contacto con programas de prestigio como el de Vince -técnico del club-. Aprendimos mucho y nos acogieron como uno más", relató para la RFEN Xavi Casademont.

China cuenta con una generación de nadadores inagotable al tener una red de captación a muy temprana edad por todo el país. La llegada de entrenadores australianos o canadienses ha ayudado a mejorar los proceso de entrenamiento de alto rendimiento, lo que ha hecho que salgan nadadores top mundiales y que se hayan consolidado como uno de los cinco países con mejores resultados. Aunque empezaron a ganar en Barcelona 92, fue a partir de Pekín 2008 cuando dieron el salto. Y continúan con situaciones surrealistas, por calificarlas de alguna manera, como la ocurrida hace un año en los Nacionales del país, cuando una niña de 11 años, Yu Zidi, nadó en 4:40 los 400 estilos, una marca de final olímpica absoluta.