NATACIÓN

Ledecky destroza a McIntosh y deja con la boca abierta a los que atisbaban una dura caída por su edad: "Estoy entusiasmada"

La estadounidense, que mantiene sus tiempos, desafía las leyes de la natación con dos victorias sensacionales en los 1.500 y 400 libre.

Katie Ledecky, llorando, tras su victoria en los 400 libre. /GETTY
Katie Ledecky, llorando, tras su victoria en los 400 libre. GETTY
Alberto Martínez

Alberto Martínez

Las lágrimas y la emoción de Katie Ledecky en la final de los 400 libre de TYR Pro Swim Series de Florida cuando tocó en primera posición con un tiempo de 3:56.81 -el segundo mejor de su carrera y récord de este US Open- tienen un enorme significado. A la nadadora de 28 años no se le había visto así de sensible en ninguno de sus nueves oros y 14 medallas olímpicas, ni en Londres 2012 cuando con 15 años ganó los 800 libre ni en París 2024 en sus dos últimos títulos ya con 27. Ahora, con 28, todo lo que se esperaba de ella era decadencia, algo propio a una edad a la que, especialmente en pruebas de fondo, se pierden segundos por la falta de entrenamiento. Ni la motivación ni el cuerpo acostumbra a ser el mismo. Pero Ledecky ha llegado a este mundo para desafiar las leyes más inamovibles.

La victoria se produjo además ante la mejor nadadora de 2024, llamada a marcar una época por su versatilidad y nivel en todas las pruebas. La canadiense Summer McIntosh tien aún 18 años y ya ganó tres oros y una plata en París, esta última conseguida en unos 400 libre en los que llegó a ser plusmarquista mundial, aunque ahora el récord está en manos de la australiana Ariarne Titmus con 3:55.38. Y Ledecky, a su edad, se ha quedado a solo un segundo y medio.

"Todo el mérito es de Summer; siempre es una gran carrera cuando estamos uno al lado de la otra. Estoy muy contenta con todo el trabajo que he hecho para llegar hasta aquí. Solo tengo que agradecer a todos mis entrenadores [Anthony Nesty y compañía] y a mis compañeros de equipo [Bobby Finbke y compañía] en Florida", dijo Ledecky, aún emocionada, a pie de piscina. Tras tantas derrotas ante la canadiense y Titmus desde los Mundiales de Gwangju, en 2019, Ledecky ha ido aprendiendo a competir ante ellas como destacó: "Intenté seguirle el ritmo, mantener la calma, mantener mi ritmo y confiar en mi ritmo al final, que es mi sustento. Simplemente tengo que mantenerme firme, es lo que mejor sé hacer".

Los 400 libre son un gran termómetro para entender que la caída de Ledecky está lejos de llegar y que en estos Mundiales de Singapur volverá a ser una de las estrellas. Muy superior en los 800 y 1.500 libre, donde su alto ritmo de nado -al nivel de los hombres- le permite mantener un ritmo que nadie puede alcanzar, en los cuatro hectómetros todo es diferente. Hay nadadores de 200, como Titmus o McIntosh, capaces de nadar un último 100 a ritmos que la estadounidense no alcanza, pero ahora Ledecky ha recuperado sus mejores tiempos, especialmente con un último 100 en Florida de mucho nivel. La estadounidense ya venía de marcar la segunda mejor marca de la historia en los 1.500 libre (15:24.51).

"Estoy muy entusiasmada. He estado entrenando muy bien y me siento bien para esta competición, pero nunca se sabe. No es que sea la competición más importante del año ni nada por el estilo, solo quería que mi tiempo fuera el mejor de la temporada, que habría sido de 15:36. Estoy muy emocionada", dijo en su momento.

El cambio que Ledecky dio en 2020, en los momentos más duros de su carrera cuando empezó a perder esos oros que nadie le podía discutir, se debe a Anthony Nasty, el primer nadador negro en ser campeón olímpico al sorprender a Matt Boindi en la final de los 100 mariposa de los Juegos de Seúl-88. Nasty, quien ya estaba puliendo al posterior doble campeón olímpico Bobby Finke, le fue sincero a Ledecky, y ella, receptiva. "Sé que eres Katie Ledecky, pero por muy buena que seas, no eres perfecta".

El click de Ledecky: «Utilicé una brazada más larga y efectiva»

Con Nasty, Ledecky intentó mejorar una técnica que no era académica como si ocurre en el caso de McIntosh. Ella misma, en un reportaje amplio de Essentially Sport, concretó sus cambios: "Gané cuatro oros en 2022 y seguí mejorando en 2023. Utilicé una brazada más larga y efectiva, completando dieciséis largos en 644 brazadas, trece menos que en Río y treinta y dos menos que en Tokio".

La motivación de Ledecky por la natación la mantiene en la cima 13 años después, algo que no está al alcance de nadie en pruebas de fondo, donde en cada ciclo olímpico aparecen nuevos talentos. Pero la estadounidense se ha empeñado en desafiar la historia y en los Juegos de Los Ángeles, en su país y con 31 años, quiere poner el broche a una carrera que la pone a la altura de Michael Phelps en cuanto a dominio olímpico.