NATACIÓN ARTÍSTICA

Anna Tarrés y Andrea Fuentes recuerdan su camino de espinas hacia el podio: "Hasta que no me odies y estés llorando en una ducha..."

La entrenadora de la 'sincro' española entre 1997 y 2012 afirma que "para ganar el oro, hay que traspasar infiernos que desconocemos" durante su tertulia en Relevo.

Andrea Fuentes, Beth Fernández y Anna Tarrés celebran la medalla de plata en el Solo libre del Mundial de Shanghai 2011</p><p>./EFE
Andrea Fuentes, Beth Fernández y Anna Tarrés celebran la medalla de plata en el Solo libre del Mundial de Shanghai 2011</p><p>. EFE
José M. Amorós

José M. Amorós

Como si tuviéramos una máquina del tiempo, volvemos con Anna Tarrés y Andrea Fuentes a la piscina del Centro de Alto Rendimiento en la que Anna mandaba y las nadadoras como Andrea completaban un método de entrenamientos que las terminaría llevando a la élite en una exigencia, para muchas, que superaba los límites. Con una conversación entre ambas, el objetivo principal es encontrar y diseccionar cómo era aquel ambiente del que tanto se ha hablado y buscar qué hay detrás de la frase "lo que hice, cómo lo hice y hasta donde lo hice era lo mejor que supe hacerlo" con el que Tarrés abre el cajón de los recuerdos que terminaron con su despido por parte de la federación después de una carta firmada por quince nadadora y que denunciaba abuso, insultos y mala praxis firmada.

Si algo marcó la época de Tarrés al frente de la ahora denominada natación artística — y de la disciplina en general — fue Rusia, su método y su largo dominio que hacía del oro un imposible. "No podíamos ganar a rusas por técnica, porque es que estábamos a años luz", recuerda la asesora actual de China, la campeona olímpica. Y es que España nunca pudo romper la tiranía de Rusia a pesar de la innovación y originalidad que aportaban a la 'sincro' internacional a través de sus ejercicios y de los pequeños detalles. "Empezamos a hacer las músicas a la carta, que ha sido el buque insignia del equipo español para hacer coreografías memorables, o fuimos los primeros en meter una imagen en un bañador", recuerda Tarrés. A pesar de todo, la perfección rusa siempre las terminó ganando, año tras año, con solvencia y con puño de hierro en rutinas sin fallo.

Quizás fue Andrea Fuentes, en una conversación durante una cena junto a una de las nadadoras de la escuela rusa que logró que implantar la gran tiranía deportiva en esos años, la que encontró la explicación a tanta plata: "Un día cené con una rusa que tenía el oro en la pantalla del móvil y le pregunté qué sintió en ese momento. Y me dijo: 'Que por fin se había acabado, odié cada minuto".

Andrea Fuentes recuerda su conversación con una nadadora rusa: "Por fin se había acabado"RELEVO

Es así cuando Anna Tarrés ve un argumento para explicar y defender que su método no era el más duro del panorama internacional e incluso, desvela que mantuvo conversaciones con las nadadoras para decidir si se daba un paso más: "Eso es algo que también yo recuerdo de hablarlo con vosotras: 'Oye, ¿hasta dónde llegamos? Para ganar la plata ya estamos aquí, los límites son bastante [duros], la exigencia es muy alta y la autoexigencia tiene que ser muy alta... Y probablemente, para ganar el oro hay que traspasar infiernos que no conocemos ni nosotros. ¿Queremos o no queremos?".

"O paras ya o nos morimos todos"

Andrea Fuentes sobre un entrenamiento con Anna Tarrés

No hay nada que defina mejor la natación artística que la unión de sacrificio y originalidad, y en España iban de la mano más que en ningún otro equipo. Para expresar y confesar lo vivido durante esa época de grandes alegrías que llenaron las portadas, ambas marcan un día que reúne todo lo bueno, por el éxito de un ejercicio que alcanzó el término viral cuando ni siquiera se utilizaba esta palabra, y también lo malo, por la exigencia impresa por Tarrés hacia las nadadoras en un entrenamiento que todavía tienen presente. Sucedió en las horas previas a a la final de la rutina libre de los Juegos de Londres. "Recuerdo odiarte a muerte", le expresa ahora Fuentes a su entonces técnica. "Me acuerdo que te solté algo, te miré a los ojos y te dije: o paras ya o nos morimos todos". Curiosamente, esta fue la última gran competición de Anna Tarrés al frente del equipo nacional.

Lo ocurrido en el último entrenamiento antes de la final de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.RELEVO

En aquella jornada, el fin — subir al podio — justificó todo lo que ocurrió en aquel entrenamiento. "Habíamos perdido el técnico por nada, quizá por exceso de confianza", recuerda Tarrés, mientras Fuentes da los detalles de lo que la entrenadora hizo a solo unas horas del gran momento: "Fue muy duro [...]. No salía ni un salto, era como crisis máxima. O hacíamos algo o lo perdíamos todo, y al final salió. Ese entrenamiento lo recuerdo como mucha energía, mucha tensión, y al final, lo tiramos para adelante porque no íbamos a echar por la borda todos esos años".

Y Anna completa la historia. "Cuando hemos hablado a posteriori de cómo fue aquel entreno, tú me has dicho que optaste por ponerte un chubasquero, abrir el paraguas, y todo lo que os decía, era como la lluvia. La oías, pero sin que realmente te entrara adentro. Ahora lo utilizo con la gente joven para que entiendan que no es nada personal. [Pero es que] Si el equipo está dormido, a veces, te sale así y no sabes cómo. Te sale, porque no sabes hacerlo de otra manera, y dices: "¿Va en serio? Una durmiendo, la otra... Lo que dices, es que no salió absolutamente nada. Aquí pones el puño encima de la mesa [da un golpe en la mesa] y vamos todas a la una".

Y en aquel momento, en esa unión mental que tenían y mantienen Anna y Andrea, la nadadora entendió qué estaba ocurriendo: "Me miraste como 'es que tiene que salir, ¿sabes?'. Vale, [y comprendí que] tenías que sacarlo, había gente que necesitaba despertar. Me recuerda mucho a Harry Potter cuando hace Expecto Patronum contra el peligro. Pasara lo que pasara en aquel entreno, tenía que pasar para hacer historia y para que millones de niñas y niños recuerden eso como lo mejor que han visto nunca [en nuestro deporte]. En la final todo salió, España subió al podio por delante del Circo del Sol de las rivales canadienses y pasó a recordarse, para todos, como la puesta en escena más espectacular de la 'sincro': "Creo que nunca habíamos visto fluir la coreografía de esa manera, quizás se tenía que poner en un momento de movilización máxima en el que podía explotar la olla o salir el mejor plato, y salió el mejor guiso de la historia".

A ritmo de 'The Ocean', de Salvador Niebla, las españolas aparecieron en la piscina principal del Centro Acuático de Londres con piel de escamas y unos llamativos gorros que tenían un secreto 'Made in Tarrés' en su interior: el peluquero Joan Pons viajó desde Barcelona para cortar el pelo de todas las nadadoras para llevar a cabo "la mejor puesta en escena posible".

El ejercicio, basado en brillar en el agua como si fuera propios peces, que significó la última obra de Tarrés al frente del equipo español y el último nado de Fuentes como profesional fue también la representación final de una frase que el cuerpo técnico ya lanzó al principio del proyecto: "Vamos a dejar de ser las sirenitas de la natación y a convertiros en lo que sois, deportistas con una exigencia y con una dificultad en un deporte exageradamente perfecto y exageradamente demandante a todos los niveles". Y eso significaba: "No solo tener que estar físicamente a tope, sino que además tener una altura deseada con una flexibilidad total, con una capacidad de ritmo y una voluntad de hierro para tirarte cada día al agua fría".

"Haré lo que sea para hacer el dúo con Gemma en los Juegos de 2008"

Andrea Fuentes a Anna Tarrés en los inicios de la época dorada de la 'sincro' española

Aunque aquellos Juegos llevaron todo al límite, hay que retraerse un ciclo olímpico más atrás para conocer en qué momento Andrea Fuentes se adentró en la parte más dura del método Tarrés, con un sinfín de horas basadas en el límite de la exigencia. "Llegaste y me dijiste: Anna, yo quiero hacer el dúo en los Juegos Olímpicos. Haré todo lo que tú me digas, pero quiero ser la pareja de Gemma [Mengual] en los Juegos Olímpicos del 2008. ¿No te acuerdas de esto?", le alude la entonces seleccionadora a quien fue una de sus alumnas aventajadas.

"Y entonces, negociamos. Te dije: 'Pero si eres siete años más joven que ella, esas horas de entreno para poder llegar a su nivel de preparación física, de conocimiento del cuerpo, de plasticidad... tienes que entrenar el doble'. Y me dijiste: 'Bueno, lo que sea". Y ahí escuchó una de esas frases que erizan la piel a los que miran desde fuera de los muros de un CAR. "Empezamos a hacer una rutina más en cada entrenamiento, mañana y tarde, donde fuera y como fuera. Y te dije: hasta que no me odies estando en una ducha y estés llorando... Ese día empezarás a ser una gran [nadadora]".

Anna Tarrés recuerda cuando Andrea Fuentes estuvo dispuesta "a lo que sea" para estar en el dúo.RELEVO

Aquel día se volvió a repetir años después y cambiando los papeles. Andrea Fuentes, como entrenadora de Estados Unidos, y enfrente uno de los grandes nombres del equipo: "La misma frase se la dije a Anita Álvarez, la que se ahogó [en una imagen que dio la vuelta al mundo durante el Mundial de 2022]. Un día le dije: 'Creo que me tienes que odiar un poco más y te tengo que apretar más'. Hay un momento en que el que te hace superar tus límites y llegar a tus límites es quien te hace más fuerte al final".

Ahora, Andrea Fuentes es la nueva seleccionadora y para muchos, la entrenadora de moda en la piscina donde está buscando dar un paso más a la vuelta de rosca que ya dio España en su tiempo. "Vas a ser el futuro genio de este deporte porque, desde hace mucho tiempo, siempre has mostrado una creatividad diferente al resto", le analiza una Tarrés que ya le vio un paso más desde sus tiempos de nadadora recordando un episodio desconocido de los inicios, en torno a 2007: "Tú dices que yo me atreví a hacer cosas, ¿y las que te has atrevido a hacer tú? Salir en una piscina vestida con un burka de arriba a abajo y luego, en media piscina, quitártelo. Y un poco más y nos echan". Hablan de una representación realizada por Fuentes a escondidas — "solo me dijiste siéntate y mira — en la que los directivos de la federación alucinaron con lo transgresor de aquella rutina.

Las vivencias, experiencias y recuerdos de Tarrés y Fuentes son las piezas que unen un gran puzzle que se llama llegar al éxito en una disciplina que pone a prueba el cuerpo humano en un lugar que no es natural para su especie, en posiciones también contra natura y que exige una exigencia para alcanzar la perfección que tienen poca comparación en el panorama deportivo internacional. "Siempre pienso que es el deporte más loco que hay, porque si lo piensas es todo al revés de la naturaleza humana", zanja la actual entrenadora jefa del equipo español y que antes, vivió en sus carnes lo que le costó llegar a mirar a lo más alto.