NATACIÓN ARTÍSTICA

Anna Tarrés no se esconde y saca las uñas por su método: "Si vienes a China, verás que lo que hicimos en España eran los postres"

La entrenadora de la sincronizada española de 1997 a 2012 habla con Andrea Fuentes sobre el sistema de entrenamientos que le llevó al éxito y también le costó el despido.

Anna Tarrés celebra la medalla de oro en los Juegos de París rodeada de las nadadoras./AFP
Anna Tarrés celebra la medalla de oro en los Juegos de París rodeada de las nadadoras. AFP
José M. Amorós

José M. Amorós

"Siento que fuimos muy exigentes, pero no entiendo otra manera de ganar el oro", responde Anna Tarrés, con voz segura y firme como cuando dirigía la sincronizada española en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat. Lo hace delante y mirando a los ojos a una de las nadadoras con la que compartía aquel duro sistema de entrenamientos, la hoy seleccionadora española Andrea Fuentes, durante la segunda entrega de su tertulia en Relevo. Más allá de los debates y opiniones sobre lo idóneo, lo moral o lo adecuado de lo que llegó a pasar en aquellos años en la piscina, la ahora alma mater de la campeona olímpica, China, no se esconde a la hora de dar sus argumentos para defender lo que terminó por costarle el despido después de una denuncia de algunas de sus entrenadas.

Anna Tarrés da sus argumentos para defender su método de entrenamientos.RELEVO

La figura de la barcelonesa, ya en el olimpo mundial de los entrenadores en cuanto a palmarés, quedó marcado por su despido después de que 15 nadadoras, que habían formado parte de la estructura, denunciaran en una carta que sufrieron abusos, insultos y mala praxis por parte de Tarrés en el ejercicio de sus funciones como seleccionadora. Este movimiento provocó el despido fulminante por parte de la Real Federación Española de Natación (RFEN) y una condena pública que incluyó su nombre en la metafóricamente lista negra de los malditos. La decisión del presidente Carpena le costó a la federación una indemnización de 383.300 euros por despido improcedente después de que la técnica llevara el caso a los tribunales.

"Yo creo que lo que hice, cómo lo hice y hasta donde lo hice era lo mejor que supe hacerlo", señala Tarrés que afirma tener "la conciencia tranquila" y que "el tiempo ha puesto todo en su lugar". Sin afirmarlo directamente, parece deslizar que sus éxitos posteriores y la llegada de Fuentes, una abierta defensora de su sistema y que en la primera entrega de la tertulia en Relevo le volvió a abrir las puertas de la 'sincro' española, son un reconocimiento a sus años de trabajo y en favor de su método. Y es que recuerda que ambas se entregaron "en cuerpo y alma a un proyecto que no se sabe cómo empezó, o mejor dicho, no se sabía dónde llegaría con cero recursos al principio, buscándonos la vida".

El debate sobre si su sistema de entrenamientos es adecuado y debe llevarse a cabo da para mil opiniones, la ha condenado a la crítica constante durante más de una década y también, ha provocado muchos interrogatorios a la hora de poder hablar con ella:"A mí me dicen: ¿lo volverías a hacer? Y digo: hombre, si me lo pedís ahora, lo haría diferente porque ahora tengo un conocimiento, pero si tuvieras que empezar como empecé, seguro que haría lo mismo porque era cómo sabíamos hacerlo, no había otra manera ni nadie nos enseñó estuvimos creando una manera que creo que realmente se adecuó al tema".

Tampoco se niega hablar, después de que Fuentes muestra el respeto a la denuncia, sobre la propias quince nadadoras, que estuvieron bajo la estructura que ella dirigía y en la que se denunciaron unos presuntos absusos, insultos y mala praxis por su parte. Tarrés no se esconde a la hora de buscar qué pudo ocurrir, según su postura, para llegar a vivirse esa situación y se exime de culpa: "Si uno necesita ayuda, primero lo que tiene que hacer es saber pedirla y entonces puedes atacar ciertos problemas. Hay veces que si tú te pones una pared delante, pues eso es imposible". Y en ello, prefiere destacar el trabajo del resto, entre las que se encontraba Fuentes: "Quizá pudimos llegar a ciertas nadadoras de una manera más directa también porque recibíamos más de vosotras".

En el desarrollo de la charla [que pueden ver ya completa en el canal de Youtube de Relevo], se siente la conexión entre Anna y Andrea, incluso, desvelando en varias ocasiones un contacto permanente y de ayuda mutua durante los últimos años. Se conocen mucho e incluso, en el momento de repasar el método de entrenamiento y todo lo que rodea a la polémica, Fuentes se lanza a afirmar que quien fuera su entrenadora "ya no es la misma, ha cambiado mucho" refiriéndose a su actual etapa con China. Y Tarrés, con la bravura que le caracteriza, no tarda en responder al 'órdago': "Porque no estoy allí cada día, pero he hecho más de lo que parece. En China, de cara afuera, hay que mantener una cara y tal, pero dentro ha habido problemas como en todas partes y yo siempre les he dicho: no os quejéis, porque si yo tuviera la última palabra, seguro que trabajaríais más". Aunque puede sonar a una relajación de la exigencia frente a sus tiempos con España, la esfuma de un plumazo con una sola frase: "Si vienes a China, verás que lo que hicimos nosotros eran los postres, comparados con el régimen superestricto en el que están viviendo".

"Veo a gente de otros países y me sale decirles que lo están haciendo mal"

Anna Tarrés

Solo hay que retraerse a una conversación con Relevo el pasado verano, en la previa de la final olímpica de París, para encontrar un ejemplo: "Hemos hecho un análisis de vídeo del ejercicio de ayer y les pregunto a las chinas, ¿cómo os habéis visto? Ellas me dicen: ah, pues bien, estamos mejorando. Y yo les he dicho: perdonadme, pero lo he visto fatal. Claro, se han quedado... A alguna de ellas aún se le caían las lágrimas. Tienen que estar preparadas para que les diga la verdad. O sea, yo no tengo ningún interés en decirles algo que no toque".

La exigencia va en el ADN de Tarrés. Confesando que se siente "la más vieja de la piscina" por los años que lleva dirigiendo equipos y viviendo esa complicada época en la ve como nadadoras dan el salto al apartado de entrenadores, señala que incluso le sale reprender hasta los fallos rivales: "Veo a gente que ha estado todos los años allí entrenando, las del país que sea, y me sale decirles: oye, que esto lo está haciendo mal, por favor arreglárselo. No tengo este miedo de que te copien y prefiero compartir. Tenemos un deporte que sí que dependemos de los jueces, pero sobre todo depende del trabajo que te has hecho antes en casa".

Escuchándola hablar se entiende pronto que Tarrés es una de esas personas que no se esconde y va hasta el final con lo que piensa, a pesar de que su nombre haya estado 'vetado' en el deporte español desde su salida en 2012. Desde entonces, con sus argumentos y defensas, ha dejado claro que el camino elegido, según sus palabras, era el único para llegar al éxito.