MOTOGP | GP DE JAPÓN

Los 22 grandes premios del calendario 2024 ponen en guardia a los pilotos de MotoGP

Crece el malestar entre las estrellas del campeonato ante el nivel de estrés al que se tiene que frenar y al alto número de lesiones.

Fabio Quartararo, agotado tras el GP de India./Reuters
Fabio Quartararo, agotado tras el GP de India. Reuters
Borja González

Borja González

Circuito de Motegi (Japón)-. Veintidós grandes premios, 44 pruebas entre sprints y carreras. Los pilotos y trabajadores del Mundial de Motociclismo tiemblan ante lo que va a llegar en 2024. Un calendario récord para un campeonato que comenzará la semana del 10 de marzo en Qatar y que terminará la del 17 de noviembre en Valencia. Bueno, en realidad comenzará para MotoGP en la primera semana de febrero con el test de pretemporada de Sepang (del 6 al 8), y continuará con un segundo y último en Qatar a finales de ese mismo mes (19 y 20). Cuando en agosto de 2022 se anunció la novedad de las pruebas cortas del sábado, muchos pilotos eran escépticos ante la que se avecinaba. Los que no lo eran se han dado cuenta de lo dura que es su nueva realidad.

Y ante la confirmación de lo que va a ser el programa de 2024 han empezado las dudas y el malestar. La respuesta que más ha salido de la boca de los pilotos, que hace poco tiempo decidieron sindicarse, es que esto tienen que hablarlo, aunque el calendario provisional ya esté publicado. Y hablarlo quiere decir en el nuevo grupo que los pilotos han formado al margen de la organización, con la que se ven cada viernes por la tarde en la Comisión de Seguridad. Fabio Quartararo comentaba ya en Japón que, como mínimo, deberían reducirse el número de sprints, que no sólo conllevan una prueba más, sino también un incremento del nivel de estrés, porque están obligados ahora a apretar desde el mismo viernes.

"Llevamos creo que el doble de las lesiones que tuvimos hasta el final del año pasado, y nos quedan siete grandes premios. Y lesiones serias, importantes", explica desde Motegi Pol Espargaró, uno de los grandes damnificados con el nuevo modelo, y que aún tiene secuelas de su accidente: en India terminó fundido, después de rebasar varias veces en carrera su límite máximo de frecuencia cardiaca. "Es lógico, el programa ha cambiado, es mucho más estresante, es mucho más intenso, hay muchos más momentos de riesgo, sobre todo el viernes, cuando sin conocer la pista ya tienes que apretar a lo loco para hacer un tiempo para clasificarte para el sábado… Quiero decir, es evidente que el estrés está ahí, y todos lo sufrimos. No sólo los pilotos, también los mecánicos y técnicos. El programa de este año es muy estresante". Porque mientras los que se suben a las motos pueden llegar a los circuitos un miércoles o un jueves (cuando se corre en Europa), los mecánicos lo suelen hacer los martes.

El de GasGas es el que más grandes premios se ha perdido, ocho, en una lista muy larga. Completan la lista Marc Márquez, Miguel Oliveira, Enea Bastianini (con este de Japón serán seis), Joan Mir, este fin de semana Alex Márquez y Luca Marini, o Alex Rins, que volverá a subirse a su moto este viernes después de siete grandes premios ausente, aunque está por ver si será capaz de aguantar estos tres días en Motegi. Y podríamos añadir a Raúl Fernández, que tras operarse de un antebrazo se probó en Mugello (Italia), aunque renunció a seguir tras los entrenamientos del primer día. Una lista de nueve pilotos con la paradoja de que en ningún sprint o carrera de 2023 se han podido alinear los que se hicieron la foto oficial el jueves del Gran Premio de Portugal, el día previa al arranque oficial de la temporada.

"Si hay muchas lesiones es porque hay una razón, y sé perfectamente cuál es. Una razón grande. Está clara: las nuevas reglas del campeonato y lo que tenemos que hacer. Y el calendario, y el sprint. Está claro", afirma con rotundidad Aleix Espargaró. "Es muy estresante para los pilotos. He visto un gráfico y si comparas con las demás temporadas no es sostenible, no se puede seguir así, de ningún modo. Pero no soy la persona para cambiarlo". Una postura, la de la inevitabilidad, de la que se lamentan los protagonistas, que habían hablado con el organizador de valorar reducir el número de pruebas o, como mínimo, lo que señalaba Quartararo, disputar menos sprints vistas las consecuencias. Unos sprints que tampoco figuran en sus contratos (ni en los de ningún trabajador), pero cuyo éxito hace difícil pensar que pueda haber un cambio.

"Para mí es más el estrés del viaje", apunta por su parte Maverick Viñales. "Donde noto que me canso más físicamente es en el viaje, jet lag, comida totalmente diferente, no puedo hacer bien la dieta. Ahí es donde me canso. Al final por correr en moto es por lo que nos pagan, y tienes que adaptarte y hay que entrenar todo el invierno para tener una base para todo el año. Pero para mí son los viajes, los horarios, más que las carreras, lo que me genera ese estrés". Una realidad que ha atropellado a los protagonistas del campeonato. "Tenemos que hablarlo, todo es hablarlo y llegar a un entendimiento. Este año es así porque se quería probar este formato, hemos visto lo que conlleva y ahora creo que habría que moldearlo para que todas las partes estén contentas y que sea sostenible. Porque tantas lesiones en un campeonato así no es una situación sostenible", concluye Pol, en un mensaje coincidente con el de su hermano.