El padre de Simoncelli aún convive con el luto de su hijo Marco: "Si ese día hubiera sido albañil, se habría caído del andamio"
Paolo Simoncelli recuerda el legado de un piloto que dejó huella: "Me emociona Márquez porque corre como lo hacía mi hijo".
Una vez le preguntaron al escritor y cineasta Pier Paolo Pasolini el motivo por el que en algunas de sus novelas los protagonistas morían tan jóvenes. "No pactaban con la vida para sobrevivir", dijo. Insobornables ante el cinismo de un compromiso que lleva a la indiferencia, el conformismo o el individualismo feroz, muchos eran niños, casi adolescentes, y en sí representaban la apología de la existencia sin consciencia. Vivir a pesar de todo, exentos de juicio moral. Eran chavales que pegaban a prostitutas o ancianos para robarles… Y el mismo día arriesgaban sus milagrosas vidas por salvar una golondrina en el río.
Hay algo de todo ese universo mágico en la vida de Marco Simoncelli, fallecido en el circuito de Sepang en 2011 cuando tenía 24 años. En realidad, no se sabe muy bien si -teniendo en cuenta su índole rebelde y espontánea- vivió demasiado o demasiado poco. Como Senna, se entregó a lo que más le gustaba, y esto no es una comparación con el excelso piloto brasileño. Más bien una asociación entre personas con una conducta especial, exenta de cualquier coartada.
Una vez el cantautor italiano Lucio Dalla le dedicó una canción al genio de Sao Paulo. "¿Tú dónde estabas cuando murió Ayrton Senna?", recitaba la letra. Esa potencia poética, en pequeñas dosis, podría extrapolarse a Sic, cuya magnitud total quiso el destino que no se viera, que terminara ahí, de forma prematura en la jungla de asfalto. Todo esto cuenta su padre -Paolo- en esta charla con Relevo. ¿Tú dónde estabas cuando murió Simoncelli?
Sic58. Hablemos de su escuadra. Hace tiempo le leí que el objetivo es formar chavales para convertirlos en el nuevo David Alonso (campeón del mundo Moto3). ¿Cómo va con Lunetta y Farioli?
Nuestro equipo compite en Moto3, de momento. Cogemos chicos que llegan de otros campeonatos. Creo que es el mejor camino para llegar a MotoGP. Pero bueno, luego están quienes van mejor y peor, quien escucha más o menos… Ya sabes. Luca Lunetta es un chaval que desde el primer día ha prestado atención a los consejos técnicos que le daban: cómo conducir la Honda, cómo debe comportarse en la pista, las marchas que tiene que usar… No puedo decir lo mismo de Filippo Farioli, quien tiene su modo de conducir y escucha menos. Eso le ha llevado a tener malos resultados. Ha decidido cambiar de campeonato (correrá el Mondiale Supersport).
La importancia de saber escuchar. Es importante, aunque difícil. Se necesita mucha humildad. Hay que aniquilar el ego.
Claro. Si tú quieres ir rápido y mejorar tienes que hacer caso a lo que dice el capotecnico. Llevamos muchos años trabajando con la misma moto, conocemos ya los diferentes comportamientos… Muchos chicos llegan de la KTM, con un modo muy diferente de conducción, y nosotros tratamos de contribuir a la mejora como sabemos. Pero, sabes, si tú coges las curvas con una marcha menos, incurres continuamente en fuorigiri… Así es difícil ir rápido. Esta es la historia. Hasta que no te formas como piloto hay que escuchar. Basta.
Estaba leyendo en su blog el último artículo que colgó. Fue el 3/11/24 tras el GP de Sepang. Usted reporta literalmente las palabras que le dedicó un sponsor (prefiere mantener el anonimato) hacia su hijo Marco. “… Ha sido emocionante ver como siempre está presente en todo lo que sucede…”
Y lo curioso es que esta persona a Marco no le conoció personalmente.
¿Quién es? Dice mucho de ustedes, del gran trabajo que hacen.
No es correcto decirlo. Es un patrocinador nuestro que llegó este año. Sobre tus palabras, gracias, aunque no es suficiente. Siempre hay alguno que no está contento del todo, que no se ha sentido arropado, que si hemos tenido tratos a favor… Después, cuando se entrometen los padres es un problema.
En la web oficial (sic58squadracorse.it) dice que alguna vez le tendrá que escribir una carta a Sepang. “Querida Sepang…” ¿Cuándo dará sustancia a esas dos palabras tan potentes y contradictorias?
¡Uff! Hay mucho que escribir. Cada vez que vuelvo allí no lo paso del todo bien. Es difícil, pero tengo que ir. No puedo negarme.
Usted no se acordará, pero le entrevisté en 2013. Me contó que ya no veía ninguna carrera. También algo curioso sobre un jovencísimo Marc Márquez. “He escuchado que es buenísimo”. El comentario no admite mácula.
(Risas) Con Márquez no me equivocaba. Respecto a lo otro, te explicaré por qué he vuelto a ver carreras y demás. La culpa es de Aldo Drudi, el diseñador del caso de Marco, entre otros. Él conocía a un chico de nuestra parte (Riccione) que se llama Mattia Casadei. Siempre me decía que tenía que formar una escuadra para darle la posibilidad de correr. Me ha tocado tanto las narices que tuve que fundarla para que Casadei corriera. Sabes que luego fue campeón del mundo MotoE… En definitiva, así nació todo. He tratado de hacerlo lo mejor posible.
Hay varias cosas que me han emocionado de la película sobre Simoncelli. Me quedo con una frase del locutor Guido Meda (periodista de motor en Sky Sport) “Tras lo de Sepang terminó la primera vida de Marco; después comenzó la otra”. Hace pocos escuchamos todos a Luis Enrique hablar de su hija fallecida, diciendo que la disfrutaron durante nueve años. No sé, son reflexiones muy elevadas. ¿Cómo lo ve usted?
La muerte de un hijo es de las peores cosas que pueden suceder. No es natural. Creo que los padres tienen que morir antes. En nuestro caso, ni mi mujer (Rossella) ni yo tenemos nada que reprocharnos, porque hicimos todo lo posible para que Marco siempre fuera feliz. Su sueño era correr en moto y ser campeón del mundo (lo logró en 2008; categoría 250). Esto nos da a día de hoy una serenidad importante. ¿Sabes qué dice mi mujer? Que si ese trágico día (23 octubre 2011) mi hijo hubiera sido albañil se habría caído del andamio y habría fallecido igualmente. Creemos que ese instante, en cualquier lugar del mundo, nuestro hijo habría muerto. Sí. Pero repito que el hecho de la serenidad es clave para seguir adelante.
¿Por qué piensan eso? Por poner en antecedentes: Simoncelli afronta su segunda temporada en MotoGP (team Honda Gresini). En Malasia, peleando la cuarta plaza con Bautista, pierde el control de la moto. En un intento por enderezarla, le gira repentinamente hacia la derecha ya que la rueda solo agarró parcialmente. Sucede lo inevitable, una fatalidad: es atropellado por los pilotos que le siguen (Rossi y Edwards), y que no pueden hacer nada por evitarlo.
Son demasiadas las coincidencias. Lo arroyó Valentino, su gran amigo. Bastaban diez centímetros más a la derecha, y no habría sucedido nada. No tenía ni una fractura, sólo la espina dorsal a la altura del cuello rota (al centro médico llega ya con arresto cardíaco). Diez centímetros, y en lugar de haberse topado con el casco (saltó por los aires) le hubiera dado en el hombro. Después… Su apodo: Sic, como el Sepang International Circuit. Allí ganó el Mundial en 2008 y se quitó el casco para la vuelta de honor costándole tres mil euros di multa… Luego murió sin casco también. No sé, demasiadas casualidades.
Simoncelli era un talento genial y auténtico, muy cercano a la gente. Osaba, ya lo creo que osaba siempre. En este sentido era como Márquez, temerario a veces. Por cierto, en nuestra primera entrevista le pregunté si usted creía en el destino, y me dijo que sí, que todo está escrito desde que nacemos.
Lo sigo pensando. Respecto a lo de Márquez, tifo por él. Se lo he dicho a Bagnaia varias veces. Me emociona porque corre como lo hacía mi hijo.
Cuando sucedió el accidente, Jorge Lorenzo -de baja porque había perdido la falange de un dedo- dijo que llamó a Carlos Checa para hablar de asunto. Estaban en shock. ¿Qué vacío dejó tanto en el paddock como fuera?
Esta pregunta me la sigo haciendo yo. Marco está presente en todas las partes del mundo donde acudo. La gente me abraza como si fuera él, quiere hacerse fotos conmigo para recordarle eternamente. Te digo más: se venden más de mil cascos replicados suyos al año, se factura casi doscientos mil euros en merchandising… Es una locura. Tenemos una galería-museo en Coriano, con una media de visitas de veinte mil personas al año. ¡Y lloran cuando están allí! No sé, creo que Marco era diferente. Su sonrisa, sus rizos… Todos le echamos de menos. Su vacío hoy es enorme.
De Lorenzo no me dijo nada. En su día hubo una cierta polémica entre él y su hijo por el modo de conducir de Marco.
Jorge no era malo, ni mucho menos. Creo que fue uno de los primeros en comprender el potencial de Marco. Sabía que sería difícil de batir. Hoy día, cuando nos vemos, nos damos un fuerte abrazo. Yo lo admiro.
¿Con Pedrosa cómo es la relación? Fue su gran rival.
En su día llegamos a tener incluso escolta debido a los problemas que mi hijo tuvo con Dani. Es curioso, porque Pedrosa fue el primer piloto que me abrazó en Sepang. Fue un gesto tremendamente sincero. Me transmitió algo tan bonito, tan grande que es difícil explicártelo ahora. Cada vez que nos vemos nos saludos y charlamos. Es que Marco no era un piloto, sino mucho más. No sé el qué, pero algo estupendo, maravilloso. Desgraciadamente nos lo han arrebatado muy rápido. Su modo de hablar, de reír… Era extraordinario. Además, no era un tipo faltón, sino sincero. Era agresivo, pero no descortés.
Hubo quien insinuó que Simoncelli ese fatídico día fue penalizado por los neumáticos duros, aunque para alguien profundo como usted -que además cree en el fato- es inútil detenerse en estas nimiedades de la razón. ¿O me equivoco? En las tragedias, además, no suele haber culpables.
Una cosa está clara. Tras el accidente, Bridgestone cambió esos neumáticos. No sé si lo recuerdas, pero en las dos primeras vueltas ya eran peligrosas. Pero sí, es cierto que nadie es culpable. Tenía que suceder así, aunque técnicamente hablando eso suponía un problema que se corrigió, se mejoró tras su muerte. Hubo otras mejoras en temas de seguridad de pilotos efectuadas tras el accidente.
Lógicamente sirvió como acicate. Por cierto, ¿a qué se refiere con que era agresivo?
Cuando era pequeño corría en mini motos con los campeones de esa época. Él era grande, alto, pesaba quince kilos más que los demás. Tenía que coger ventaja en la curva porque la recta de alguna manera lo perjudicaba. El modo de correr de esos tiempos se le quedo impregnado. Le pasó también a Dovizioso, a Pasini y algunos más.
Marco era alto, muy alto. Incluso su fisionomía lo convertía en un piloto singular. No era fácil conducir una moto con el físico que tenía. Se requería astucia.
Te contaré una anécdota: recuerdo cuando nos llamó Honda para ficharlo. Él dijo que sí, que iba, pero que le pusieran primero en Gresini… Sabes que antes del team oficial estaba la regla de pasar por la escuadra satélite… "Yo soy grande, y la moto está hecha a imagen y semejanza de Pedrosa", dijo.
¿Qué respondió Shuhei Nakamoto?
Que cuando se convirtiera en un piloto oficial harían todo lo necesario para que estuviera bien. Pero la moto era pequeña para él. Recuerdo en las carreras -con la 800 (solo 21 litros de combustible en el depósito)- que tenía que comenzar con el grifo de la gasolina cerrado, de lo contrario no las habría terminado por su peso. Cuando probó la 1000 en Japón el domingo antes de Australia estaba muy contento. Se encontró muy bien. Parece una tontería, pero con la Honda1000 habría consumido menos, porque tenía mucha más potencia, lógicamente. Todos nos habríamos divertido mucho más. Él también.