MOTOGP

La nueva y feliz vida de Álex Márquez en MotoGP lejos de Honda

El cambio de Honda a Ducati ha permitido al doble campeón volver a disfrutar sobre una moto y sentirse de nuevo competitivo.

Álex Márquez durante los test de pretemporada de MotoGP 2023 en Portimao. /EP
Álex Márquez durante los test de pretemporada de MotoGP 2023 en Portimao. EP
Borja González

Borja González

Autódromo Internacional del Algarve (Portugal)-. "Nunca dudé de que podía ser rápido, pero en algunos momentos sí que piensas'a lo mejor he olvidado cómo pilotar una moto'. Fueron momentos duros, pero creo que esos momentos me ayudarán en el futuro para ser más fuerte, para ser mejor piloto".Desde que se subió por primera vez en la Ducati del equipo Gresini en el test de Valencia de noviembre de 2022, Álex Márquez sonríe. Después de tres complicadas temporadas en Honda, y sobre todo en el último año y medio, donde se sintió abandonado por la fábrica japonesa. Un periodo duro (que también sufrió Pol Espargaró) y del que ha salido para afrontar 2023 con un panorama completamente distinto.

"Sobre todo he recuperado la confianza con no tener los movimientos extraños que te da la Honda. Con esta moto, de momento, no he tenido ningún susto muy grande. La Honda era una moto traicionera y se veía desde fuera", apunta el menor de los Márquez a un grupo reducido de medios entre los que estaba Relevo. Noveno en Sepang y séptimo en Portugal, el campeón de Moto3 2014 y de Moto2 2019 está evidenciando una gran facilidad para encontrarse cómodo sobre una moto muy hecha, la versión 2022, en un prototipo que ha demostrado adaptarse muy bien a todo tipo de pilotajes y físicos.

"Bagnaia va muy rápido pero es que también las demás Ducati van muy rápido y se han colado todos entre los 10 primeros, con estilos completamente diferentes…", reconocía con un punto de resignación Joan Mir, el nuevo compañero de su hermano Marc.

Álex Márquez, piloto de Gresini, en el test de Portimao.  EP
Álex Márquez, piloto de Gresini, en el test de Portimao. EP

"Sale más fácil. Pero es el momento de llamar un poco a la calma, porque son sólo test y al final es un circuito que se me da a mí muy bien también y eso influye. Pero sí que todo viene muy rodado", añade Álex.. Porque el terminar cuarto el primer día le dio un valor extra a su trabajo una vez que se llega de cero y en su caso sin referencias de años anteriores con una moto que está descubriendo. Esto en un piloto que sonríe, y al que es fácil sacarle una sonrisa cuando se le recuerda lo que le ha cambiado la vida en unos meses. "Cada día voy dando pasos hacia delante, cada día tengo las cosas más claras, sé dónde tengo que mejorar, sobre todo comparado a Pecco", apunta sobre la referencia de su fábrica y, antes de que comience el Mundial, de la categoría.

"Es muy fuerte en frenada, es muy constante en frenada y es ahí donde nos saca algo. El pasito ese está en la frenada, en intentar adaptar un poco más mi estilo a ese punto", analiza sobre el italiano. En Portugal, Márquez tuvo un buen primer día y también una muy buena segunda jornada, con un simulacro de sprint muy, muy interesante, muy cercano en tiempos a los mejores, sus compañeros de fábrica Bagnaia, Jorge Martín y Enea Bastianini, que cuentan con mucha más experiencia con la Desmosedici. Eso sí, terminó con una caída.

"He tenido mi primera caída con esta moto y he visto un poco dónde está el límite, lo que también está bien de cara al gran premio. Tuve un buen primer día, pero ha sido aún mejor el segundo, y eso es importante para la confianza y la carrera", asegura.

La semana que viene, en un circuito que le gusta mucho, Márquez tendrá su primera oportunidad de constatar este cambio vital. "Siempre desearías estar algo más preparado y tener dos días más de test, o 100 días más, pero son limitados y creo que llegamos preparados y en una buena posición, con todo bien y bastante claro. Eso es importante. Si fuera hoy mismo, estaríamos luchando en el top 5, pero habrá que ver cómo va el gran premio, día a día y siendo realistas", vaticina, fijando en el medio plazo esas posiciones como objetivo de 2023, aunque sin cerrar la puerta a nada.

"¿Quién esperaba el año pasado a Bastianini entre los tres primeros? Casi nadie. En el día a día es donde se ve cómo vienen las cosas y hay que estar preparado. No hay que pensar demasiado en el futuro y comerte la cabeza más de la cuenta", subraya.

Un panorama muy distinto al que vivía en Honda, la marca en la que continúa (en cierta medida enfangado) su hermano Marc, con el que comparte Motorhome y casa y con el que tiene una relación muy cercana.

"Los dos estábamos cansados, pero mi hermano me dijo ayer que yo iba rápido", explicaba sobre su encuentro la noche del sábado, tras el primer día en Portimao. "Yo le pregunté qué tal le había ido y me dijo que había probado muchas cosas en la moto y que no todo funcionaba. Fueron comentarios generales, porque estamos en fábricas diferentes. Ellos están sufriendo y están en una situación difícil, pero conozco a Marc y lo que hace en los grandes premios. Sé que mejorará", concluyó convencido.