Martín acepta el peso del momento mientras Bagnaia se relaja montando un Lego de 1.822 piezas
"Mañana creo que es prácticamente imposible cerrar el Mundial", reconoce el líder sobre sus opciones de ser campeón tras el sprint.
Circuito de Barcelona-Cataluña-. El viernes es una jornada en la que los pilotos necesitan aprovechar el tiempo para llegar al sábado con los deberes hechos. Un día en el que, lo primero de todo, hay que intentar entrar entre los diez mejores para pasar directamente a la Q2 y evitar así el calvario de la Q1, que reparte sólo dos plazas para la posterior pelea por la pole. Una Q2 a la que sólo se han clasificado directamente este año en todos y cada uno de los grandes premios tres pilotos: Maverick Viñales, y los dos que se juegan el título de MotoGP, Jorge Martín y Pecco Bagnaia. En Barcelona los dos contendientes cumplieron, tras dos sesiones que enseñaron a un Martín más dubitativo que su rival.
"Había muy poco tiempo y muchas gomas, así que había que probarlas. No ha sido 'no me encuentro bien y pruebo otras'. Había que probarlas todas, y una vez que pruebas todas ya reducir el trabajo de mañana. Creo que era importante trabajar más duro hoy y mañana tendré menos cosas que probar y podré centrarme más en el set up", se justificaba el madrileño, que sí que reconoció que esa incertidumbre estratégica provocada por el hecho de que Michelin haya decidido traer más opciones de neumáticos a los pilotos para salvar la incógnita de un gran premio organizado en diez días y no previsto en el calendario, le ha supuesto un contratiempo teniendo en cuenta lo que se está jugando.
"Eh… A ver...", dudaba, ya sí, cuando Relevo le preguntaba acerca de si nota el momento en el que está del año. "Yo creo que en cuanto a pilotaje tener que cambiar tantas cosas lo único que hace es que todo se vuelva más difícil, o menos natural, porque cuanto tú pilotas la MotoGP no es nada parecido a otra moto de calle, y al final cuando te ayudan los mapas todo te viene muy natural, se lleva muy bien. Pero cuando eso no te acompaña se vuelve lo contrario, un caballo desbocado, y cuesta mucho llevarla. Y luego sí que el tema de la confianza… Cuando tengo confianza voy muy bien, pero faltándome un pelín de confianza yo creo que sufro más que en otra situación, porque me anticipo a tener una caída o a hacerme daño. Entonces sí que puede afectarme un pelín más".
Un poco en la línea del discurso de este jueves, cuando Joan Mir, el último campeón español de MotoGP, narraba lo que puede frenar estar ante un fin de semana tan decisivo. "Si te juegas un título y tienes un susto eso te hace pilotar de una manera más rígida, y te puede cambiar todo", decía el mallorquín a Relevo. Y susto se llevó Martín, sobre todo al final en la crítica curva 5, ese tipo de incidentes que aumentan las alertas. "Mañana yo creo que es prácticamente imposible cerrar el Mundial, eso seguro", nos llegaba a decir el líder. "No quiero precipitarme a cerrarlo antes de tiempo y provocar un error y liarla. Prefiero centrarme ahora en el oficial, y una vez que lo hagamos, veremos. A lo mejor tengo una posición privilegiada, igual no, y a partir de ahí veremos qué hace falta para cerrarlo".
Esto después de ver que su rival terminaba primero, en un día en el que no se vieron grandes diferencias, aunque sí pistas para los ojos expertos. "Muy a la par todos, pero Pecco tiene bastante más que el resto, momento", decía Marc Márquez. "Sí que es verdad que a una vuelta no se ve, pero de ritmo medio segundito, tres décimas, creo que lo tiene. Y es una barbaridad, son muchas. Pero luego está Martín, que seguro que está muy cerca de él". Y esto es lo que deberá dirimirse este sábado por la mañana antes de que empiece el entrenamiento oficial, si el líder es capaz de juntar toda la información de este viernes para plantar cara a su rival o para, por lo menos, marcar las diferencias respecto a los que siempre suelen estar detrás de ellos.
Porque Bagnaia quiere tirar de su tranquilidad. De hecho, comenzó a hacer este jueves un 'Batmóvil' de Lego de 1.822 piezas para relajarse, y al llegar a charlar con la prensa ya tenía hecho el 75 por ciento. "En dos horas, y en media más lo acabo", decía con una sonrisa. "Cuando empiezo un fin de semana de esta manera estoy contento, porque no solemos dar pasos atrás, siempre los damos adelante y normalmente mejora la sensación con la moto", nos comentaba, algo dolorido aún por la absurda caída sufrida por la mañana, cuando ya con el tiempo terminado tocó el freno delantero de su Ducati al no esperar que Viñales le pasase por su derecha a 300 por hora cuando se dirigía a hacer la práctica de salida. "No esperaba que se fuera hacia el exterior con la moto así, y me he asustado y he perdido la moto de delante", resumía el piloto más rápido del antepenúltimo día del Mundial 2024 de MotoGP.