A Bagnaia se le pone cara de bicampeón de MotoGP

Circuito Red Bull Ring (Austria)-. La carrera de Austria de MotoGP partía con una cuestión por resolver por encima de las demás: ¿había alguna opción de que alguien parase a Pecco Bagnaia? Lo intentó en el inicio Brad Binder, pero como si de una gota malaya se tratase, décima a décima el italiano fue minando la moral del sudafricano hasta sacarle de rueda. Así que la pregunta obtuvo una rápida respuesta, porque otros supuestos opositores, como Marco Bezzecchi, Maverick Viñales o Jorge Martín, no estuvieron en ningún momento en esa batalla.

Bagnaia dejó clara su superioridad con un pleno en el Red Bull Ring: pole, victoria en el sprint, vuelta rápida de carrera con récord incluido, y triunfo el domingo. Todo para que el año que viene volvamos a empezar las crónicas con lo de 'Austria, territorio Ducati'. Once pruebas desde 2016, si incluimos el sprint, y nueve veces la moto de Borgo Panigale cruzando la meta en primera posición.

Y al dominio del campeón se sumó el mal fin de semana de su más inmediato perseguidor, Martín, que llegaba a este gran premio con la intención de recortar puntos, y que salió de él 21 puntos más lejos. Aunque el mal entrenamiento oficial, el lío de la primera curva del sábado, el toque con Luca Marini en esa misma prueba y la penalización de vuelta larga que arrastró a la carrera, no dejaron ver un buen fin de semana, que no le sirve para dar más argumentos a su sueño de pelear el título al triunfador de este Gran Premio de Austria.

No es el piloto más atractivo y carismático del campeonato. No es un Valentino Rossi, ni un Marc Márquez, ni tiene el aura de un Stoner, un Pedrosa o un Lorenzo. Pero cuando Bagnaia se enchufa se muestra intratable, al más puro estilo 'mantequilla y martillo' del último de estas leyendas. Vuelta tras vuelta, como un metrónomo, sin fallar. "Tiene la moto muy por la mano. No comete errores. Sí, yo puedo frenar como él dos o tres vueltas, pero luego acabo cometiendo el error. Y él lo hace repetitivamente", analizaba Alex Márquez, el mejor español este domingo, con un correcto quinto puesto que pudo ser más, aunque destruyó sus neumáticos al pecar de ambición pensando que iba a poder dar caza a Brad Binder. Bagnaia dio un golpe sobre la mesa en Austria, un golpe que le ha puesto cara de bicampeón de la clase reina.

Si miramos las clasificaciones puras podríamos poner una nota discreta al fin de semana de Jorge Martín, la esperanza española en este MotoGP. Duodécimo en la parrilla, tercero en el sprint, séptimo en la carrera, 21 puntos más lejos del líder en la general. Pero si miramos las cosas más al detalle veremos que el madrileño hizo un buen gran premio. Perdió un buen puesto en la parrilla por un milímetro, el que se salió de la pista y que anuló su vuelta buena. Y no tuvo más opciones en carrera por la salir atrás y por tener que cumplir con la penalización de vuelta larga. Con todo eso hizo una gran remontada y, si bien no habría estado para pelear con Bagnaia, sí que podría haberlo hecho por el podio y por mantener aún más abierta la esperanza del mundial de la clase reina.

Decía Aleix Espargaró el jueves que tenía muchas ganas de llegar al Red Bull Ring después del éxito en Silverstone, un trazado que encajaba a la perfección con su moto y con su pilotaje, porque el circuito austriaco debía de ser todo lo contrario, la kryptonita para su Aprilia. Aquí se iba a probar si la versión 2023 (mejorada) superaba debilidades del pasado pero, pese al buen desempeño de Maverick Viñales en el entrenamiento oficial, el resultado fue insatisfactorio. "Es una pista en la que nos cuesta mucho parar la moto a cero y no es mi estilo de conducción", explicaba Espargaró tras terminar noveno el domingo. "Maverick ha conducido para mí muy bien, aunque no haya brillado en cuanto a posición final. Pocas veces le he visto a un nivel tan alto desde que somos compañeros y, aun así, no le ha dado para luchar por la victoria ni por el podio. Eso significa que en este tipo de circuitos tenemos que trabajar". Y que se confirma que el buen rendimiento en Inglaterra necesitaba de un filtro.

Los gerifaltes de la casa austriaca se pasearon por el circuito de su socio, Red Bull, sacando pecho en Moto3 y Moto2 (con Öncü, Holgado, Sasaki y Acosta en el podio), y en MotoGP con el buen papel de Binder, que se sacó dos segundos. Unos resultados, los del equipo de la clase reina, que vuelven a colocarles en posición de pelear el puesto de retadores de la dominadora Ducati que se están jugando con Aprilia. De hecho, llegaron a la prueba de casa tras unas declaraciones de Marc Márquez en las que este apostaba que mandarán en breve en la clase reina, algo que se vio como un guiño en clave de futuro. En cualquier caso, en el más próximo, el de 2024, los austriacos han permitido que se plantee un absurdo juego de las sillas, que quieren tener decidido en Misano: porque tienen cuatro motos y cinco pilotos. Han renovado hasta 2026 a Binder, han comunicado que van a subir a Acosta, se deshacen en elogios con el retornado Pol Espargaró, le han dicho a Augusto Fernández que va a seguir y mantienen un idilio con Jack Miller (pese a su gris rendimiento), otro como Espargaró con contrato hasta finales de 2024. ¿Cómo van a resolver este rompecabezas?