MOTOGP

El desafío mayúsculo del último ganador de MotoGP en 2022

A cuatro días del inicio del último test de MotoGP en Portugal la escudería LCR presenta la moto de Alex Rins.

Álex Rins en sus nuevos colores de LCR Honda Castrol. /LCR HONDA CASTROL
Álex Rins en sus nuevos colores de LCR Honda Castrol. LCR HONDA CASTROL
Borja González

Borja González

El tiempo de las presentaciones se acaba, a la vez que se acerca el de la verdad, el del arranque de la temporada de MotoGP el fin de semana del 26 de marzo en el Autódromo Internacional del Algarve portugués, el popularmente conocido como Circuito de Portimao. La última, la del equipo LCR, una escudería partida en dos y que este martes ha enseñado la moto de su fichaje para este 2023, Alex Rins, el ganador de la última carrera de la última campaña.

El triunfo de Rins en Valencia se convirtió en la despedida agridulce del campeonato de un constructor, Suzuki, que demostró eso de que la decisión de marcharse era puramente política en términos empresariales. El barcelonés selló en Cheste su segunda victoria del año, con la primera lograda poco antes, en Phillip Island. Rins ocupará ahora el sitio de Alex Márquez con la LCR Honda Castrol, a la que acompañará al otro lado del box la LCR Honda Idemitsu de nuevo con Takaaki Nakagami a los mandos. Un sitio que conservó por la decisión de Ai Ogura, subcampeón de Moto2, de dilatar su salto a la clase reina (moto presentada también este martes).

Curiosamente, Rins tuvo en sus manos la posibilidad de competir en 2023 con la Ducati del equipo Gresini que ahora es propiedad del menor de los Márquez, aunque prefirió afrontar esta nueva aventura al poder firmar directamente un contrato con la fábrica, con Honda. Un estatus distinto (mejor, si se quiere) pero con una montura que se presenta en Portugal como una de las grandes incógnitas del año. Las sensaciones dejadas en el test de Sepang no fueron muy prometedoras, aunque en la presentación oficial del Repsol Honda Marc Márquez, líder absoluto de la marca, abrió una ventana a la esperanza confirmando que las grandes novedades técnicas deberían de llegar en esta última prueba.

Álex Rins con la LCR con la que correrá esta temporada en MotoGp.  LCR HONDA CASTROL
Álex Rins con la LCR con la que correrá esta temporada en MotoGp. LCR HONDA CASTROL

Una presentación cinematográfica

Hablábamos de presentaciones, y de todo tipo hemos tenido. Sencillas, como la de este lunes en Italia del equipo de Valentino Rossi (Luca Marini y Marco Bezzecchi como pilotos), clásicas como la del citado Repsol Honda, con visión de mercado, como la del Monster Yamaha en Indonesia, o más espectaculares como las del equipo de fábrica de Ducati en la estación de esquí de Madonna di Campiglio, o la última de GasGas en modo fiesta nocturna. Esta del LCR se ha realizado en formato cortometraje, con un vídeo con Rins en modo actor y con unas breves palabras grabadas del piloto acerca de sus sueños como piloto (ser campeón de MotoGP) y explicando sus fortalezas y el punto de madurez que le da afrontar su séptima campaña en la clase reina.

"Las conclusiones son buenas. Estoy satisfecho con el trabajo que hemos hecho", resumía a Relevo tras el último día en Sepang Rins, que incluso una simulación de carrera en formato sprint. "Hay que seguir trabajando y mejorando la Honda. Por lo que he ido escuchando coincidimos en bastantes cosas los cuatro pilotos de la marca, así que a ver qué nos traen para Portugal". Un discurso que compartieron Márquez y Joan Mir, aunque el peculiar estilo de pilotaje de Rins difiere un poco del de sus compañeros de marca, esto después de seis años corriendo con una misma moto.

"Es diferente estar dentro de una fábrica a un equipo satélite. Por ejemplo, me he quedado con las ganas de probar un chasis que el equipo Repsol tenía, y no hay muchas piezas, porque no está clara la base de la moto. A ver si puedo probarlo en Portugal porque me da la sensación de que gira un poquito mejor y puede funcionar algo mejor. Pero con lo que tenemos intentamos ir al máximo, tratamos de poner el material que tenemos al límite. Los pilotos Honda tenemos que estar más unidos que nunca porque tenemos que hacer una moto competitiva, que funcione", analizaba.

Esto en un piloto que ha ido demostrando un gran potencial a lo largo de su carrera, con altibajos que no le han permitido luchar más arriba en las clasificaciones generales (por ejemplo en 2020, año en el que podría haber peleado por el título con su entonces compañero y a la postre campeón, Mir), pero que en muchos momentos se había mostrado como el más rápido de su antigua fábrica. Ahora encara un reto mayúsculo sobre una moto que está dando más quebraderos de cabeza que alegrías a sus propietarios.