Las condiciones de Motorland elevan a Marc Márquez mientras ponen en solfa a parte de la parrilla
Este sábado proliferaron las quejas por la suciedad de la pista, sobre todo en la salida, lo que ocasionó muchos problemas.
Motorland de Aragón (Alcañiz, Teruel)-. El brillo de Marc Márquez ocultó muchos detalles relevantes del sprint del Gran Premio de Aragón de MotoGP. Porque, en parte, su triunfo vino marcado por su capacidad de interpretar unas difíciles condiciones de la pista que pusieron en solfa a muchos pilotos de la parrilla. El viernes por la tarde noche una fuerte tormenta descargó sobre el circuito, lo que limpió el asfalto de la goma acumulada, restándole mucho agarre. Esto se sumó a la suciedad con la que había recibido al Mundial. Todo terminó suponiendo un quebradero de cabeza que unos resolvieron mejor que otros.
Unas condiciones que, por encima de todos, se cebaron con las Aprilia, incapaces de funcionar sin agarre. El dato más revelador fue ver a Maverick Viñales, que partía duodécimo y que había sido tercero el viernes, penar durante la prueba en la última posición. "Era imposible pilotar, imposible, me iba cayendo todo el rato, y no entendemos por qué", confesaba el piloto español, en un discurso similar al de sus compañeros de marca (aunque Miguel Oliveira terminase quinto), que ya estuvieron desaparecidos en la Q2 en la que se habían metido todos. La suciedad hizo que se viesen continuos fallos durante la prueba, empezando por los de la salida.
"En primer lugar, ayer en la Comisión de Seguridad lo primero que pedí fue que limpiaran la parrilla de salida", nos explicaba Pecco Bagnaia, uno de los que sufrió en el arranque porque su rueda trasera empezó a deslizar. "Quizás lo hicieron, pero luego volvió a llover. Tan pronto como llegué a la parrilla vi lo sucia que estaba, y estaba tratando de evitar lo que pasó, soltando un poco más lento el embrague, pero era igual de peligroso y desde ese momento solo traté de no perder demasiadas posiciones. Y no perdí demasiadas gracias a que desde la salida hasta la primera curva no hay mucha distancia...". Porque la zona más manchada fue la zona interior, las de las casillas que son múltiplos de tres, aunque también la línea de en medio tenía suciedad, como se vio en el incidente que terminó con Aleix Espargaró por los suelos (y con un fuerte golpe en la cabeza), otro muy crítico con el organizador. "No estaba al nivel la pista", señalaba.
Así que esto se convirtió en un serio contratiempo y distorsionó los planes de muchos pilotos, aunque el ganador estaba escrito desde el principio. Bagnaia, que llegaba como líder, y además de lo ocurrido en el arranque mostró muy pronto que algo no iba bien. Nada más llegar a su garaje se fue a buscar a su técnico de neumáticos, personal que Michelin coloca directamente a los equipos, y le espetó un "la segunda vez en el mismo fin de semana" que evidenciaba su enfado y su frustración. "No pude luchar por una victoria porque, mirando lo que hizo Marc, era imbatible. Pero mis ambiciones y mi potencial eran para luchar contra Jorge. El fin de semana estuvimos muy cerca en términos de rendimiento y acabamos de perder una posibilidad, una oportunidad", nos contaba sin querer citar a Michelin, para evitarse problemas (porque esto está marcado por contrato).
Y es que el noveno puesto que logró al final del día le dio un único punto, frente a los nueve que sumó el piloto con el que se está jugando el campeonato, que recupera así el liderato, otra de esas conclusiones del sábado eclipsadas por la figura del 93. "Ojalá ya no lo pierda más", nos decía Martín, que como cada sábado que consigue algo positivo con respecto al actual campeón del mundo, nos recibe con un perfil bajo, consciente de que la parte mollar del trabajo está por hacer. "Hoy he salvado los muebles, porque después de la caída (NdR: en el entrenamiento oficial) no ha sido fácil volver a coger confianza, pero he salvado la Q2 con un cuarto. Luego en carrera, he hecho una buena salida y he intentado seguir a Marc para aprender algo para mañana. Hoy sabía que era muy difícil ganar, pero me veo bien, y estamos mejorando". Una valoración en la que no esconde que este no es de esos fines de semana en los que hay que salir con la victoria entre ceja y ceja.
"Si yo doy mi cien por cien lo que haga estará bien. No son condiciones fáciles, así que lo importante es acabar, porque es más fácil cometer un error que acabar la carrera". El líder falló (incluso perdiendo su batalla con un renacido Fabio Quartararo, que había salido decimoséptimo y terminó octavo), y también el tercero de la general, Enea Bastianini, los dos últimos ganadores en el Motorland de Aragón. "Primero seguro que no, porque el primero es para Marc, que aquí tiene algo más que el resto y es increíble cómo está pilotando", reconocía este último, el más rápido en el final de la prueba, y que desde el decimocuarto terminó en el séptimo puesto. "Está claro que el asfalto nuevo es un talón de Aquiles para nosotros, mientras que él ha partido de una buena base desde el principio. Mañana nosotros llegaremos demasiado tarde y, a no ser que suceda alguna cosa, pienso que se escapará en solitario", sentenciaba.