El camino del piloto Axel Pons antes de buscar a Alá en La India: hijo de mito, modelo y titulado universitario
El exmundialista ha saltado a la primera línea de la actualidad tras darse a conocer el largo viaje descalzo en el que está inmerso.
Axel Pons (Barcelona, 1991) ha sido uno de los nombres más citados de estos últimos días, por la extraña historia del ex piloto de Moto2, hijo de un mito y premio Príncipe de Asturias como Sito Pons, que ha terminado protagonizando la bizarra historia de recorrer medio mundo para llegar andando a la India descalzo. Un viaje espiritual que le ha colocado en las primeras planas, un lugar que no consiguió en su momento por sus resultados deportivos. Y eso no quiere decir que Axel no fuese protagonista. Lo fue, en primer lugar, por ser hijo de un bicampeón del mundo, de una de las figuras más reconocibles de la historia del motociclismo español.
Sito le hizo debutar en 2008 el Campeonato de España (competición que amplió su rango a internacional y que ahora se conoce como FIM Junior GP), después de haberle dejado empezar a competir cuando cumplió los 13 años, y tras haberse subido por primera vez a una moto con cinco, algo muy habitual en el mundo de las dos ruedas. Esto hizo que su nombre sonase y algo más, desgraciadamente para él, cuando sufrió un brutal accidente en una carrera de 125cc de ese CEV disputada en el Circuito de Jerez. Pons chocó contra otro piloto, se fue al suelo, y al intentar levantarse fue arrollado por el pelotón que venía por detrás. Un instante durísimo que su padre vivió en vivo y en directo.
De la clínica del circuito le mandaron a un hospital de Cádiz, y de ahí a la Dexeus de Barcelona, ciudad en la que vivía. Allí le operaron de fracturas transversales con minutas de ambas tibias y peroné, y de la rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha, algo a lo que se le sumó una lesión pulmonar, una laceración hepática y fracturas en la pelvis. Tenía 16 años, y antes ya había debutado en el Mundial de Motociclismo, con tres participaciones como invitado en Jerez, Portugal y Barcelona. Axel siempre contaba que las motos eran su pasión y que eso le había hecho insistir a su padre para que le dejase competir, aunque a Sito se le notaba el orgullo de tener a un hijo piloto (Edgar, el hermano de Axel, también terminó corriendo en el Mundial, en Moto2).
Lo curioso de esto es que Sito Pons había provocado unos años antes el enfado del maestro Ángel Nieto por criticar que los hijos de este, Gelete y Pablo, terminasen en el Mundial, algo que se volvió en su contra, con Axel como daño colateral. Aquel accidente de Jerez no quedó grabado en la mente de su protagonista, que terminó volviendo a subirse a una moto 99 días después. Y en 2009 entró en el Mundial, en el último año de 250cc como compañero de Héctor Barberá, en una estructura del propio Sito, que había pasado unos años fuera de un campeonato en el que había sido uno de los team managers más reputados (en su parte final en 500cc y en MotoGP, con un cuerpo técnico de un altísimo nivel).
A partir de ahí su trayectoria deportiva no fue muy relevante. En 2010 fue uno de los que estrenaron Moto2, categoría en la que corrió hasta que se retiró en 2018. Dejó el equipo de su padre a finales de 2013 para enrolarse en la estructura del popular cocinero Karlos Arguiñano, y terminó con la neerlandesa RW. En 2016 terminó varias veces entre los diez mejores, con un sexto en Mugello como mejor resultado. Pero generó más noticias por algunos serios accidentes, sobre todo uno en Malasia en 2011 que hizo que tuviese que permanecer ingresado en un hospital de Kuala Lumpur durante una semana (por un hematoma cerebral). El mismo día en el que falleció Marco Simoncelli. Y uno más en Alemania, en 2017, en el que se fracturó las dos muñecas.
Aunque también se ganó espacio por lo que hacía fuera de las pistas. Por un lado, por compatibilizar su profesión de piloto con la de modelo, llegando a entrar en el plantel de la agencia Sight Management, que también contaba con figuras como Andrés Velencoso o Mark Vanderloo. Y por otro por ser el único de la parrilla con título universitario. Consiguió graduarse en Dirección de Empresas Tecnológicas por la Business Engineering School de la Salle de Barcelona, algo que dijo después que le había restado algo de energía en su profesión como piloto. Muchos frentes para un chico que se tatuó 'Live Fast' (vive rápido) en el interior de los dedos índice y corazón de su mano izquierda.
Axel se había independizado a los 19 años, harto de tanto oír hablar de motos en su casa. Intentó construir su camino, aunque siempre estuvo bajo la alargada sombra de su padre (una presión que muchas veces le pasó factura). Ya retirado hizo un par de viajes que reconoció por entonces que le habían cambiado: uno a la India, y otro a Filipinas, donde pasó la pandemia de Covid, y se quedó a vivir. En la isla Siargao, en una época en la que le dio por el surf y en la que se hizo vegetariano. En la etapa que confesó que supuso su entrada al mundo espiritual, y en la que empezó a llenar su cuenta de Instagram de mensajes antivacunas. La puerta que ha terminado derivando en esta curiosa historia que está protagonizando, la del viaje descalzo de Isaac (como dice llamarse) desde España hasta la India.