Giacomo Agostini vuelve a la rivalidad Valentino Rossi - Marc Márquez. "Él es mi debilidad, lo aman porque da espectáculo"
Relevo entrevista a la mayor leyenda del motociclismo antes de que se decida la temporada en la última carrera de Montmeló. El italiano ha sido 15 veces campeón del mundo.
Tiene más de 80 años, pero aún preserva el brillo refulgente en sus ojos cuando huele a gasolina. Su voz, al teléfono, ni siquiera es quebradiza y da la sensación que la nostalgia no le hace mella. Efectivamente, Giacomo Agostini acaba de cumplir sus primeros 82 años. Por eso ya se prepara para acudir al GP de Barcelona, que decidirá un Mundial protagonizado por el agónico duelo entre Pecco Bagnaia y Jorge Martín. "Son batallas que siempre entusiasman a los aficionados. Similares, aunque a la vez bien distintas, a las de Márquez con Rossi o las mías con Mike Hailwood en los sesenta. Mamma mia, las mías eran complicadísimas, porque él era fortissimo. Necesitaba sacar mi mejor versión para poder ganarle", recuerda.
La historia del motociclismo está escrita, apresuradamente, con velocidad y edulcorada con ingentes dosis de rivalidad caníbal. La guerra Schwantz-Rainey, con permiso de Doohan, fue otra de las más icónicas, ya en los 90. Significó el preludio de la irrupción de Valentino Rossi, quien cambió para siempre el devenir del motomondiale. Devoró literalmente a sus rivales, los aniquiló psicológicamente… Hasta que se topó con un jovencísimo Marc Márquez. Entonces el mundo volvió a girar, a renovar estilos artísticos.
Una vez más. El Barroco desbancó el Renacimiento. "Marc es mi debilidad, porque creo que él ilusiona al público, a la gente que va a ver las carreras. Es un tipo que da espectáculo, y todos lo aman". Las palabras del mito en ningún caso cierran la puerta a obviedades respecto a Il Dottore, talento sublime y cristalino. "Un grande. Un piloto con astucia. Uno que gana nueve títulos mundiales tiene que ser bueno por narices", resalta.
La realidad es que este confronto es osado y caprichoso. Relativo, quizás. Más que ningún otro. Lo explica así Agostini. "No se encontraron con la misma edad. Uno comenzaba, y el otro no. Esto pudo haber condicionado los resultados finales. ¿Sabes? Aunque reconozco que Rossi también generó entusiasmo… La verdad es que, pensándolo bien, para mí Márquez es más temerario, osado, atrevido. Es un luchador, y puede que esto a la gente le guste más. Marc jamás se rinde, es puro espectáculo". Así se espera también para el año próximo, cuando compartirá box en Ducati con un Bagnaia que apura sus opciones para remontar en la cita de Barcelona.
Claves para la última batalla
Tras la tragedia de la DANA (ha obligado a suspender el GP de Valencia), será Montmeló quien dicte sentencia. Pese a su segundo puesto en Malasia, Jorge Martín lo tiene todo de cara para proclamarse campeón del mundo. Allí también estará Agostini, un antropólogo del tema. "Será clave el autocontrol de ambos para gestionar la tensión. Ya no puedes fallar, y ahí puedo que decir que Bagnaia tiene algo de ventaja. Ha ganado dos veces y ha vivido este tipo de tensiones. Son dos grandes pilotos, aunque diversos: Martín es más impulsivo, mientras que Pecco es más reflexivo", explica.
La conversación con Giacomo Agostini termina antes de lo previsto, porque empieza con los preparativos para su viaje a Roma, donde hace días se estrenó su documental biográfico en el Festival del Cinema. Además de Márquez, Ezpeleta es otro de los protagonistas de la cinta Ago, un caleidoscopio del gigante. Esa es precisamente la última pregunta. ¿De qué hablan cuando se ven en las carreras? "De todo, de la tecnología, pero principalmente del futuro. Somos amigos Carmelo y yo". Exacto, acaba de cumplir sus primeros 82 años, y lo mejor es que esto no ha hecho más que comenzar. "Mi marido no para. Le han dado cuerda", se escucha decir a María Ayuso, su mujer, de fondo.