MOTO3

El vínculo entre el oro en skateboard, el ganador de Moto3 en Silverstone y Lando Norris

Iván Ortolá y el bicampeón olímpico de skateboard Keegan Palmer son deportistas de Quadrant, la empresa del piloto británico de F1.

Keegan Palmer, campeón olímpico de skateboard. /Europa Press
Keegan Palmer, campeón olímpico de skateboard. Europa Press
Borja González

Borja González

Tres deportistas de élite, con algo inesperado en común. El australiano Keegan Palmer, que este miércoles se ha proclamado campeón olímpico de skateboard, su segundo oro tras el logrado en Tokio 2021. Iván Ortolá, piloto español de Moto3 y ganador de la carrera del pasado fin de semana en el Circuito de Silverstone. Y Lando Norris, estrella de la F1 (McLaren), segundo de la general en estos momentos y vencedor este año en Miami, y que es el provocador del vínculo entre los dos primeros y él mismo, a través de su empresa Quadrant.

"He coincidido un par de veces con Lando, y la verdad es que es un tío de lujo, muy carismático y muy cercano a toda la gente", nos decía este domingo Ortolá tras firmar su segundo triunfo de la temporada, en otra apretadísima prueba en la cruzó la meta 123 milésimas por delante del líder David Alonso, el colombiano nacido en Madrid que defiende los colores del equipo de Jorge Martínez Aspar. Precisamente Aspar confesaba el sábado a Relevo el buen estado de forma en el que ve a un piloto que desde el pasado Gran Premio de Alemania es el segundo de la general, y que viene de la escuela de la leyenda española del motociclismo.

Esto tras ganar en la antepenúltima cita en el Circuito de Assen, y ser tercero en Sachsenring por detrás de Alonso y del japonés Taiyo Furusato. "Alguna vez sí que nos escribimos. Después de Assen me felicitó, y demuestra lo grande que es", nos contaba el piloto de Puzol (Valencia), que es uno de los cuatro deportistas que Norris tiene en Quadrant, una compañía que montó con Willne, un famoso Youtuber británico con más de cinco millones de suscriptores. Quadrant patrocina a Ortolá y se dedica a la creación de contenido digital, además de contar con su propia línea de ropa y de merchandising, un poco al estilo de Kimoa, la marca de Fernando Alonso.

El piloto español y el oro olímpico Palmer son dos de sus deportistas; los otros dos son la piloto neerlandesa de motocross (MX2) Lotte Van Drunen, y otro más del mundo del motor, el sueco Oliver Solberg, hijo del campeón del mundo Peter Solberg que compite en WRC-2. Un grupo de jóvenes deportistas que Norris ha captado para mover sus colores, y entre los que se encuentra Ortolá, que este domingo cumplió los 20 años. "Lo soñaba. Pensaba 'mi cumpleaños, tengo que ganar o por lo menos intentar hacer podio'. Y al final, mira, si lo visualizas, sale", contaba con una sonrisa aún enfundado en su mono y con los restos del tartazo que su equipo le propinó en el parque cerrado en el momento de máxima euforia del fin de semana.

"Ha sido una carrera divertida, pero sufrida también. Es una de esas que no me gustan nada, porque al final hay mucho rebufo y a veces es muy injusto". Porque Ortolá, que ronda el metro ochenta, se ha convertido en un experto en encajar su larguirucho cuerpo dentro de su pequeña Moto3, para tratar de no perder aerodinámica en las rectas. El valenciano había ganado su primera carrera mundialista el año pasado en el Gran Premio de las Américas, en Austin, con una tremenda remontada. Allí contaba a Relevo lo que le había costado pulir su arte para acoplarse a la KTM, y cómo había aprendido a sacar ventaja de su envergadura para agilizar los cambios de dirección, un factor que le había ayudado en su éxito en Estados Unidos.

Porque esa capacidad de movimiento es muy importante en Moto3, donde el final de carrera es fundamental una vez que se suele llegar en grupos grandes. "Cuando han empezado los adelantamientos por rebufo, que si uno, que si otro, he dicho 'esto va a ser una carrera de última vuelta'". Ortolá había intentado romper el pelotón, aunque fuese para forzar a sus dos principales rivales, Alonso y el neerlandés Colin Veijer, a seguirle y jugársela así entre los tres, aunque la estrategia no le salió. En esa parte, porque el final lo clavó. "Sí, sí, claro que creo", nos decía sobre sus opciones de pelear por el título (está a 53 puntos del colombiano). 

"Yo he dicho que hay que ir carrera a carrera. No pienso en el campeonato, tengo muy poco que perder y mucho que ganar, así que daré mi máximo y al final saldrán los resultados que merezco", aseguraba, una vez que sabe que en 2025 podrá relajarse más en Moto2, en el mismo equipo con el que corre ahora (MT Helmets-MSi), del que subirá seguro a MotoGP el japonés Ai Ogura, y puede que también el líder Sergio García. "Sí, sí, supongo que tras la carrera está muy caliente y no contesta, pero sí que termina escribiendo", confesaba sobre su relación vía mensaje con su 'jefe' Norris, al que contacta cuando logra un buen resultado, y quien le felicita cuando gana, como ocurrió este último domingo.