MotoGP acelera para cerrar las últimas motos libres para 2025
Pramac anunciará a Oliveira de cara al GP de Austria, mientras que su sitio en Trackhouse Aprilia lo ocupará el japonés Ogura.
Circuito de Silverstone (Inglaterra)-. Completada la primera mitad de la temporada el mercado de fichajes de MotoGP ha entrado en su última fase, para dar sus últimos coletazos. A Silverstone se llegaba con las dos plazas del VR46 pendientes de confirmar, así como una de Gresini Racing, las dos del nuevo Pramac Yamaha, una de Trackhouse Aprilia y una de LCR, la del lado nipón del box, y ya desde el jueves con la ratificación de que Alex Rins (que no pudo completar el gran premio aún renqueante de la lesión que se produjo en el anterior de Alemania) será el compañero de Fabio Quartararo en 2025 y 2026 en la estructura oficial de Yamaha.
El viernes Ducati dio oficialidad a su plan para esta nueva era en la que va a contar con dos motos menos, las de Pramac, cuyo rol de estructura B con apoyo directo de fábrica hereda el equipo de Valentino Rossi, un anuncio que llevó a una metedura de pata por parte de Davide Tardozzi, team manager de Ducati Corse, que dio por hecho que Fabio Di Giannantonio, con una moto 2025, y Franco Morbidelli, con una 2024, serán los pilotos del equipo, algo que generó cierta tensión entre los gestores de ambos boxes porque en el VR46 tenían otros planes en términos de marketing.
"El año pasado habría firmado con mi sangre estar en esta situación, seguro, pero muchas veces la vida es increíble y tú eres el único que puede cambiar tu futuro. Y lo he cambiado. Sinceramente, estoy muy orgulloso de mi viaje", confesaba emocionado Di Giannantonio a Relevo, aunque siempre manteniendo la cautela de no confirmar lo ya confirmado por Tardozzi, siendo respetuoso con los deseos de su escudería. Este traspié llevó a colocar una pieza más, la de Gresini, un puesto que va a ser para Fermín Aldeguer, como compañero de Alex Márquez, y heredando el lado del garaje con el técnico incluido (Frankie Carchedi) de Marc.
Tres dudas de siete resueltas, y una cuarta que puede confirmar Relevo, que es la llegada del portugués Miguel Oliveira al Pramac Yamaha procedente de Trackhouse, un anuncio previsto para la semana del Gran Premio de Austria, la próxima cita del calendario (del 16 al 18 de agosto). Con esto serían solo tres motos las que quedarían por cerrar. Una, la del LCR patrocinada por Idemitsu, un sitio que decide directamente Honda, que se está debatiendo entre dos posibilidades. La de la continuidad de Takaaki Nakagami, y la otra la de la incógnita del tailandés de Moto2 Somkiat Chantra. Porque el deseo inicial de los japoneses era subir a Ai Ogura, también desde la clase intermedia.
Y esto porque Ogura ha sido el gran proyecto de Honda, desde la Asian Talent Cup, debutando en el Mundial en su equipo de Moto3, y peleando el título de Moto2 con ellos, hasta que decidió cambiar de aires, un poco cansado de ese ambiente, y rechazando dar el salto a MotoGP con LCR viendo los problemas de este proyecto. Una vez les negó, en 2023, y otra vez lo ha vuelto a hacer aunque en este caso para pasarse a Aprilia, otra señal más de la mala situación de la marca que más títulos ha ganado en la historia de la clase reina. Porque Ogura está llamado a ser el compañero de equipo de Raúl Fernández en la estructura satélite del constructor de Noale.
El último puesto abierto es el de la segunda moto de Pramac Yamaha, para lo que los italianos se han dado un margen de cuatro grandes premios para decidir, tras el de Silverstone, tres. Ahí la idea es la de apostar por juventud, con cuatro candidatos sobre la mesa: Sergio García, Alonso López y Tony Arbolino, este último muy amigo de Quartararo, los tres ahora mismo en Moto2. Una plaza para la que también oposita Jack Miller, un piloto cuya nacionalidad, la australiana, interesa mucho al campeonato, que peca de exceso de españoles e italianos.
Si no le sale esto, Miller podría emigrar a SBK o agarrarse a una última posibilidad por la que también lucha Augusto Fernández: la de ser probador de Yamaha, con la promesa de disputar seis grandes premios como piloto invitado, una manera de seguir vinculado a MotoGP y de contar con oportunidades de mostrarse en pista por si en algún momento surge alguna opción de retornar a tiempo completo. Porque con las nuevas concesiones a las marcas japonesas, este aliciente, el de poder competir en más de un 25 por ciento de la temporada, se ha convertido en un atractivo para los que quieren apurar sus opciones de brillar en la clase reina.