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Jiri Prochazka, la estrella en ciernes que busca recuperar "su espacio" en una división maldita

Jiri Prochazka se enfrenta este sábado, en el estelar del UFC 294, a Alex Pereira por el cinturón vacante del semipesado. El checo tuvo que renunciar a él por una grave lesión.

Jiri Prochazka./UFC
Jiri Prochazka. UFC
Álvaro Carrera

Álvaro Carrera

Jiri Prochazka tiene todo para ser una estrella. El checo, de 31 años, es un showman. Sabe vender sus combates y tiene gancho para conectar con la gente. En la República Checa es una celebridad, de hecho, tras alzar el título del semipesado en 2022 fue recibido por una multitud. Fuera de su país su nombre subió como la espuma con su entrada a UFC. Todo iba encaminado para hablar de un dominador, pero una lesión truncó todo.

El luchador hizo carrera en Rizin, una de las empresas fuertes del sector y en la que logró reinar. Con ese bagaje, obviamente, los fans reclamaban que llegase a UFC. Finalmente llegó la llamada y Prochazka dejó claro que no era flor de un día. Dos peleas con dos KO's en el segundo asalto le sirvieron para llamar a las puertas del título. El veterano Glover Teixeira puso en juego su corona del semipesado ante él en junio de 2022. El combate tuvo de todo. Jiri lo pasó mal, pero demostró alma de guerrero para resistir y acabar ganando. Si le faltaba algo a su cuidado personaje, sumó una victoria de las que hacen época.

Todo estaba destinado para que finales de 2022 y, sobre todo, 2023 fuese su año. Se cortó la coleta que lucía y era su seña de identidad al representarlo como un 'samurai'. "Necesitaba cerrar un capítulo de mi vida. Empiezo uno nuevo con energía renovada apuntó", apuntó. Su vida cambió, pero no como el quería. Tenía previsto pelear en diciembre, pero un mes antes sufrió "la peor lesión de hombro que se recuerda", como lo definió Dana White. Se esperaba un tiempo de baja largo, por ello, Prochazka se hizo a un lado, dejó vacante el título y se dedicó a su recuperación.

Prochazka ha estado un año prácticamente desaparecido. En ese tiempo le ha vuelto a crecer la coleta y ha querido poner todo su empeño para volver al 100% y tras conocerse su combate para el UFC 295 de este sábado fue claro: "He vuelto para recuperar mi espacio y convertirme en el mejor semipesado del momento", espetó. Ambición y confianza en sus posibilidades no le faltan. Alguien con un 86% de victorias por KO y un 96% de finalizados debe tener esa convicción.

Un título maldito

En su ausencia, y como era su deseo, la división se movió. Glover Teixeira continuó siendo aspirante y le ofrecieron la oportunidad de medirse a Ankalev. La pelea era compleja y el brasileño pidió más tiempo. La UFC necesitaba tener ese título vacante en el último PPV del año y cerró un Ankalaev vs Blachowicz. En teoría, el ganador iría contra Teixeira… pero no hubo ganador. Se dio un combate nulo.

La lógica decía que lo justo sería una revancha, pero la UFC tiró por el camino del medio y cerró a Teixeira, en el primer PPV del año que se disputaba en Brasil, contra Jamahal Hill. La historia se complicaba más, ya que Hill dio una exhibición frente a Teixeira. Era un campeón sólido, aunque le faltaba hacer defensas para contrastarlo. ¿Quién debía ser el retador? ¿Ankalaev o Blachowicz? La compañía se tomó su tiempo para decidir qué hacer y otra lesión rompió cualquier plan. Hill se rompió el tendón de Aquiles en un entrenamiento. Paso a un lado y el título quedaba vacante de nuevo.

El camino previsto era ver a Ankalaev y Blachowicz peleando por el título vacante para deshacer el empate, pero no. Los acontecimientos fueron diferentes. Alex Pereira, tras perder el cinturón del medio, subió de categoría y le pusieron un combate frente a Blachowicz. El título podría haber entrado en juego, pero no fue así. Era una eliminatoria. Pereira derrotó al excampeón y se ganó la plaza… ¿ante Ankalev? No, el ruso estuvo parado hasta el UFC 294 (21 de octubre), cuando hizo un polémico nulo frente a Johnny Walker (se paró por un golpe ilegal). El regreso de Prochazka le hizo tener, como era lógico, un lugar privilegiado en toda esta locura. Con el nulo en Abu Dhabi hablar de futuro es complejo. Esta división hay que analizarla día a día.

Pereira, favorito ante Prochazka

En medio de todo este lío, el UFC 295 llega a Nueva York con dos peleas titulares y una de ellas, la estelar, es la del título del semipesado. Prochazka, pese a ser el campeón, no parte como favorito. Alex Pereira ha sido campeón del medio, luce fuerte en el peso semipesado y viene de derrotar a Blachowicz. Todos esos condicionantes le hacen ser el lado A. Prochazka es un gran luchador, pero la gravedad de su lesión hace que haya dudas sobre su rendimiento. Lo que no hay duda es el tipo de pelea que se espera. Ambos tienen un 86% de victorias por KO, por lo que en un duelo de cañoneros de este estilo cualquier error te condena. Por si fuese poco el morbo del duelo, Pereira es discípulo de Teixeira. Seguro que quiere vengarle. Tanto Prochazka como Pereira han demostrado tener buen encaje y persiguen lo mismo: reafirmar su espacio en el top de la división.

El título interino del peso pesado, en juego en el coestelar

Antes de ese Prochazka vs Pereira se pondrá en juego el cinturón interino del peso pesado. El duelo no era el previsto. Jon Jones debía defender su corona, pero una lesión le dejó fuera. En lugar de mantener a Stipe Miocic en la cartelera, la UFC le dio el chance a dos peleadores en ascenso como Sergei Pavlovich y Tom Aspinall. Es un cinturón de menor nivel (Jones estará fuera más de seis meses), pero sobre el papel el duelo parece más interesante. El ruso sólo ha perdido una vez en 19 combates y en UFC (6 victorias y una derrota) nunca ha pasado del round inicial. Por su parte, el inglés ha ganado en nueve de sus últimos diez pleitos. Su única derrota, en su penúltimo combate, llegó porque se rompió el cruzado durante la pelea. En 16 duelos de profesional (13-3) nunca ha pasado del segundo asalto. Un duelo para no pestañear.