PIRAGÜISMO

Saúl Craviotto, sobre la guerra interna del K-4: "Un garbanzo en mal estado lo intoxica todo"

El doble campeón olímpico habla por primera vez del cisma con sus excompañeros Toro y Garrote.

Saúl Craviotto (izquierda) y Cristian Toro (derecha) celebran la medalla de oro conseguida en los JJOO de Río 2016. /AFP
Saúl Craviotto (izquierda) y Cristian Toro (derecha) celebran la medalla de oro conseguida en los JJOO de Río 2016. AFP
Daniel Arribas

Daniel Arribas

En Trasona, embalse asturiano donde entrena la Selección española de piragüismo, reina el silencio. Allí, a las afueras de Avilés, entre montañas, prados verdes y cencerros, las aguas tranquilas acogen cada día a decenas de palistas. No hay duda, el marco es idílico. Sólo hay un problema. En España, existen cuatro plazas olímpicas para seis piragüistas de primer nivel. Es decir, pase lo que pase, dos se quedan fuera. Y claro, hay lío.

En primavera de 2021, todavía entre los ecos de la pandemia, el clima se oscureció. En las pruebas federativas previas a los Juegos de Tokio, aplazados un año por el coronavirus, Saúl Craviotto, Marcus Cooper, Rodrigo Germade y Carlos Arévalo fueron los elegidos para representar a España en el K-4 tras ser el cuarteto más rápido. Cristian Toro, campeón olímpico, y Carlos Garrote, campeón del mundo, quedaron descartados. El problema, precisamente, vino en los tiempos.

"Ha habido amaño", denunció Juan José Román, expresidente de la Federación, en 'La 8 Zamora'. Nunca se pudo demostrar, pero los registros de aquel día dan lugar a la sospecha. Con Garrote y Toro, junto a Craviotto y Arévalo, se marcó un tiempo de 1:24; con Toro, Craviotto, Arévalo y Cooper se repitió la marca; y con los cuatro sospechosos en escena, sin Garrote y Toro en la piragua, el crono se detuvo en 1:20; es decir, cuatro segundos más rápido. Una diferencia que, en los ajustadísimos tiempos del K-4, parece excesiva. Por ponerlo en contexto, en la última final olímpica, el tiempo que separó a Alemania, medalla de oro, y Portugal, última clasificada, fue de tres segundos. "Si cuatro compañeros quieren coordinarse mejor y rendir más, lo pueden hacer... A la vista está", sentenció Román.

Ahora, justo dos años después de la polémica, en Zaragoza, donde cumple con uno de sus patrocinadores, Saúl Craviotto atiende a Relevo para hablar por primera vez de la guerra con Toro y Garrote. "Espero que no vuelva a haber polémicas [con el proceso de selección], pero nunca se sabe. Ahora tenemos un grupo magnífico, en el que los cuatro estamos muy centrados y tenemos buen feeling", declara. Y añade, en clara referencia a la controversia con sus excompañeros: "Al final, cuando tienes un bol, a veces te toca un garbanzo que está en mal estado e intoxica todo el ambiente".

Saúl Craviotto lanza un dardo a sus excompañeros Toro y Garrote. D.A. / FERNANDO FRAILE

Todavía hoy, la ruptura sorprende. Hace no tanto, Craviotto, el piragüista más laureado de nuestra historia, sumó un nuevo oro olímpico en Río de Janeiro junto a Toro, joven promesa por aquel entonces. "Ha sido increíble, poder compartir un triunfo así con un amigo es una pasada", aseguró el catalán tras el éxito entre Ipanema y Copacabana.

Ahora, sin embargo, todo ha cambiado. En 2021, pocas horas después del supuesto amaño en Trasona, Toro y Garrote, ya descartados del K-4 para los Juegos de Tokio, solicitaron la baja médica al asegurar que no se encontraban en condiciones para continuar con las pruebas por la tensión acumulada.

La Federación defendió la integridad de los deportistas y el presidente, Pedro Pablo Barrios, se limitó a defender los criterios de selección: "Hay que evitar cualquier tipo de desconfianza". Craviotto, en cambio, prefiere no mirar atrás y, dos años después, desde Zaragoza, opta por echar balones fuera. "¿Que qué les diría a Toro y Garrote? Puf, que no me acuerdo. La verdad es que a toro pasado, mira, a Toro pasado, es algo que no recuerdo. No pienso en ello", explica, sin adornos.

Saúl Craviotto echa balones fuera al hablar del supuesto amaño. D.A. / FERNANDO FRAILE

Saúl Craviotto, con la mente en París 2024

Con todo, el palista catalán, afincado en Asturias desde la adolescencia, tiene ya el foco en la que será su quinta cita olímpica. Eso sí, a ninguna de las anteriores llegó con holgura suficiente como para respirar calmado. "Me gusta complicarme la vida. Siempre me clasifico a última hora o con líos. Parece que me va el rock and roll y la presión, aunque es algo que me activa. Cuando he llegado relajado a una competición, normalmente he fallado", advierte, con la premisa clara de cara a París.

Allí, en el lago de Vaires-sur-Marne, cinturón este de la capital francesa, Craviotto espera revalidar el oro conseguido junto a Rodrigo Germade, Marcus Cooper y Carlos Arévalo el pasado verano en los Mundiales disputados en Halifax (Canadá).

Aunque, cauto, es consciente de que siempre hay espacio para mejorar. "La perfección no existe, y menos en el deporte. Yo por ejemplo tengo puntos en los que soy muy bueno y otras en las que tengo carencias, bien sea por aspectos técnicos o por motivos aeróbicos. Al final, es cuestión de equilibrio. Podemos estar un año entero para mejorar una milésima en competición", explica.

Saúl Craviotto asegura que siempre ha tenido preparaciones complicadas antes de los JJOO. D.A. / FERNANDO FRAILE

Con la retirada ya en el horizonte, Craviotto confía en que su legado deje algo a los jóvenes: "Espero que hayan visto en mí a alguien que ha caído muchas veces y que ha salido adelante. Tampoco me considero nada de otro mundo. Soy una persona normal y corriente, alguien que ha tenido una carrera exitosa pero que también ha tenido muchos fracasos".

Antes del adiós, eso sí, queda París. Y lo cierto es que todavía no se sabe quién remará junto al bicampeón olímpico. Es más, ni siquiera su presencia está asegurada de forma oficial. En abril, las aguas tranquilas de Trasona volverán a acoger las pruebas selectivas de la Federación Española de Piragüismo (RFEP).

Allí estarán Cristian Toro y Carlos Garrote. O al menos, esa es su intención. El primero, bicampeón de Europa y cuatro veces subcampeón del mundo, además del oro olímpico conseguido junto a Craviotto, tiene los Juegos del próximo verano entre ceja y ceja. Y no lo esconde. En sus redes, presenta cada sesión de entrenamiento bajo un lema: #Paris2024.