PIRAGÜISMO

Saúl Craviotto: "He llorado por el piragüismo"

El doble campeón olímpico atiende a Relevo antes de cerrar un año en el que ha sumado otro título mundial a su legendario palmarés.

Saúl Craviotto durante la final del K1 en Tokio 2020. /GETTY
Saúl Craviotto durante la final del K1 en Tokio 2020. GETTY
Daniel Arribas

Daniel Arribas

Con 38 años, Saúl Craviotto quiere exprimirlo todo. En el ocaso de una carrera asombrosa, repleta de éxitos se mire por donde se mire, el palista catalán, asturiano de corazón —vive en el Principado desde los 15 años—, afronta el tramo final de su trayectoria en aguas tranquilas: "Me queda poquito y quiero aprovecharlo. Estoy viviendo una etapa maravillosa y sé que la voy a echar mucho de menos".

Educado y tranquilo, con un traje azul que eclipsa su piel habitual, la licra con la que hunde paladas en el agua, Craviotto atiende a Relevo en Madrid, donde el Comité Olímpico Español (COE) le entrega la enésima distinción de su carrera cuatro meses después de hacer historia en Halifax, Canadá. Allí se proclamó campeón del mundo de la categoría K4 junto a Marcus Cooper, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade.

"Estamos en un momento bastante dulce", reconoce él, veterano distinguido en el cuarteto. "Los resultados están saliendo y pinta bien la cosa, pero todavía tenemos que clasificarnos para los Juegos. Nunca se puede avanzar un resultado y vamos a ir a por ello".

Saúl Craviotto ensalza el valor de la disciplina ante las dificultades. SALVADOR FENOLL

Si todo va bien, la de París 2024 será su quinta cita olímpica, a la que llegaría rozando los 40 años. En Pekín, con 24, todavía promesa emergente, debutó con un oro junto a Carlos Pérez Rial, Perucho. Cuatro años más tarde, en Londres, consiguió la medalla de plata en el K1, la prueba individual. En Rio, ya con 32, repitió el oro en el K2, esta vez con Carlos Toro, y sumó un bronce en solitario. Hace poco más de un año, en Tokio, elevado ya al olimpo del deporte español, fue el abanderado junto a Mireia Belmonte y sumó otra medalla de plata. Y aun con todo, no se olvida de las adversidades.

"Por el camino hay muchos días malos", se sincera, reacio a mostrarse como ejemplo de nada. "Tienes días en los que estás menos motivado, momentos de bajón…". Por eso, Saúl Craviotto, policía nacional fuera del agua, le concede tanto valor a la disciplina: "Aunque no te apetezca, aunque tengas un problema extradeportivo, tienes que ir a entrenar, meterte en el agua y sacar el máximo rendimiento. Eso solo te lo da la disciplina".

Eso sí, nadie nace aprendido. El doble campeón olímpico pensó en dejarlo todo en 2015, justo después de no conseguir el billete directo a los Juegos de Río por 131 milésimas. "Estuve a punto de retirarme, fue uno de los momentos en los que lloré por este deporte", admite, ahora relajado. Su mujer, Celia, fue un apoyo clave y decidió seguir. Un año después, tras conseguir la plaza en el preolímpico definitivo, se colgó un oro y un bronce entre Ipanema y Copacabana. Y aprendió: "Esto es el deporte, de todo se sale".

Saúl Craviotto reconoce el estrés que conlleva el deporte de élite. SALVADOR FENOLL

Ahora, más relajado, apoyado en su experiencia, Craviotto confiesa entre risas que piensa en tirar la toalla "dos o tres veces por semana". Normal, pensarán muchos. Mantenerse en la élite de tu deporte durante tanto tiempo no es gratuito. "Es estresante, sí, pero no sirve de nada fustigarse. Hay veces que el estrés te puede, te entra flojera muscular de los nervios, de la presión que te autoimpones… Pero si tú vas al agua, entrenas todo lo que puedes, te esfuerzas y estás 100% implicado, el estrés es relativo".

Para entrenarlo, Saúl Craviotto confía en el entrenamiento mental. "Existen herramientas, hay psicólogos deportivos que te ayudan a focalizar, a respirar, a calmar los nervios". Aunque, claro, la experiencia es un grado. "Yo no compito igual ahora que cuando tenía 18 años. Ahora sé controlar mis nervios, me conozco más, sé dónde puedo mejorar… Hasta tengo mis técnicas para desconectar y dormir mejor antes de cualquier competición".

Tal es así que el palista asturiano, nacido en Lleida, ha sido más rápido en los últimos años de su carrera que antes de alcanzar la treintena, cuando ya acumulaba varias medallas olímpicas. "Es lo que tiene la experiencia, aprendes de los errores y procuras no repetirlos". Aunque la tecnología también ha ayudado. Desde hace tiempo, Craviotto, como tantos otros palistas, entrena con sensores de movimiento en la piragua, de modo que gran parte de su mejora nace en los ordenadores, fuera del agua.

Saúl Craviotto valora su posible retirada tras los Juegos Olímpicos de París 2024. SALVADOR FENOLL

En algún momento se estancará, siempre lo ha dicho. Pero, por ahora, el final parece lejano. A París llegaría rozando la cuarentena, una cifra que no le asusta. "Yo intentaré defenderme", promete, "pero los jóvenes vienen apretando fuerte y por mucho que yo quiera, me van a decir 'dónde vas, anda, vete para casa que ya has hecho bastante'".

Es naturaleza, declara con una sonrisa, sincero. "No sé si París será la fecha clave. Igual estoy un año más, como lo dejo. No tengo ni idea. Al final, no es tanto una decisión mía como de los jóvenes", explica. Y sentencia, gesticulando: "Físicamente me mantengo bien, el crono dice que estoy bien y, al final, soy un privilegiado. Hago lo que me gusta, el piragüismo es mi pasión y tengo un entorno de trabajo maravilloso…. Me queda poquito, así que quiero exprimirlo al máximo".