ENTRENAMIENTO

Qué es el lactato en el deporte y cómo influye en el rendimiento

Los avances en la medicina del deporte hacen que cada vez conozcamos mejor el funcionamiento del cuerpo humano.

Jakob Ingebrigtsen en un entrenamiento. /Archivo
Jakob Ingebrigtsen en un entrenamiento. Archivo
Javier Mercadal

Javier Mercadal

El deporte profesional aspira a conseguir el control absoluto en la actuación de los deportistas. Algo que en esencia es imposible de lograr. No en vano, todo el trabajo realizado, así como el negocio que lo sustenta, se dirime en unas pocas actuaciones repartidas a lo largo del año. A veces, incluso, menos. Es por ello que toda la ciencia que rodea al rendimiento de los deportistas ha crecido a pasos agigantados en los últimos años.

Los avances en la medicina del deporte han propiciado que cada vez conozcamos mejor el cuerpo humano. También que hayamos interiorizado conceptos que, hasta hace no mucho, nos eran completamente ajenos. Sobre todo porque, tarde o temprano, los avances que se utilizan en la esfera profesional permean al ámbito amateur. Un buen ejemplo de ello es el lactato, tan en boga sobre todo a la hora de abordar los entrenamientos de alta intensidad.

Para la gran mayoría, el lactato hizo presencia en la conversación pública a raíz de los éxitos logrados por Jakob Ingebrigtsen. El atleta noruego fue oro olímpico en los 1.500 metros en Tokio 2020 y repitió metal en París 2024, aunque en este caso en los 5.000 metros. Además ha sido dos veces campeón del Mundo del 1.500 y múltiples veces campeón de Europa. Ingebrigtsen es el mayor exponente de la escuela noruega: un método de entrenamiento que busca mantener el máximo rendimiento a lo largo de toda la temporada, lo que le permite competir en diferentes eventos y distancias que rompen los esquemas del atletismo tradicional. En su formación el lactato juega un papel clave.

Qué es el lactato en el deporte

El lactato es un compuesto químico que se genera de manera natural en el cuerpo durante el metabolismo muscular, y en especial a la hora de hacer ejercicio. En concreto, el lactato se produce cuando los músculos necesitan más energía que oxígeno hay en sangre. Un escenario habitual durante los entrenamientos de alta intensidad y altos esfuerzos. Aunque el cuerpo suele eliminarlo de manera natural, el lactato se puede acumular en caso de que el nivel de producción sea superior al de eliminación.

La cantidad de lactato presente en el cuerpo humano se puede hallar con un simple análisis de sangre, generalmente extraído del dedo o del lóbulo de la oreja. Esto es clave para comprender el uso que posee en el deporte, y más concretamente en los entrenamientos. Como decíamos, el lactato se genera en momentos de máxima demanda de energía por lo que, obligatoriamente, su presencia en altos valores va a conllevar fatiga muscular. No como una causa directa, aunque sí por correlación. Es por ello que controlar el lactato implica controlar la energía que puede consumir el cuerpo del atlética sin llegar a un punto de extenuación. Algo que la escuela noruega ha desarrollado en el llamado método del doble umbral.

Qué es el método del doble umbral y qué tiene que ver con el lactato

Por norma general, en un cuerpo normal y en reposo, la presencia de lactato en la sangre es de 1 o 2 mmol/l. Sin embargo, en un cuerpo fatigado, que acaba de someterse a un entrenamiento de alta intensidad, estos valores se pueden disparar hasta alcanzar los 20 mmol/l. El método de doble umbral establece unos límites de lactato en sangre que el deportista no debe sobrepasar durante la sesión de entrenamiento, lo que permite repartir los esfuerzos durante largas sesiones sin incurrir en fatiga.

En concreto, el primer umbral se sitúa en torno a 2 mmol/l y es aeróbico, mientras que el segundo está establecido sobre 4 mmol/l y es anaeróbico. En otras palabras: la idea es que el deportista no sobrepase estos valores para que el cuerpo no se resienta.

En una conversación con Relevo, el entrenador Antonio Serrano pormenorizó la rutina de entrenamiento de Ingebrigtsen, que puso al atletismo mundial a contar el lactato. "Jakob lo que hace es que el mismo día mete dos entrenamientos: mañana y tarde. Por ejemplo, uno matinal, con series de 1.000 o 2.000 m, controlando el ácido láctico, entre 1,5 y 2. Ese entrenamiento para él es muy aeróbico y, aunque realiza muchos km aeróbicos, no le perjudica nada en el aspecto anaeróbico y en la fatiga muscular. Por la tarde vuelve a hacer otro entrenamiento, de 400 o 500 m, también de gran volumen y tampoco llega a más de 3 de lactato. Entonces ese día suma 30 km, pero sin un desgaste anaeróbico y de acumulación de lactato en su musculatura", explicó a este medio.

Este método de entrenamiento se ha demostrado muy útil para las disciplinas de resistencia, no solo en atletismo. Por ejemplo, el campeón olímpico de triatlón en Tokio 2020, Kristian Blummenfelt, también noruego, ha forjado su dominio bajos los mismos parámetros, además de ser ampliamente utilizado en el ciclismo.