CELAD

El nadador al que amenazaron por "bajito" y que no era feliz nadando contra Phelps: así es el nuevo vigilante del dopaje en España

Carlos Peralta fue 21 veces campeón español y olímpico en 2016, político del PSOE y activista LGTBI. Ahora, director de la CELAD.

Carlos Peralta, con una de las muchas medallas que ganó como nadador hace ya al menos seis años. /RFEN
Carlos Peralta, con una de las muchas medallas que ganó como nadador hace ya al menos seis años. RFEN
Alberto Martínez

Alberto Martínez

El momento más feliz en la vida de Carlos Peralta, al menos deportivamente hablando, tuvo que ser el 8 de agosto de 2016 en el Centro Acuático de los Juegos Olímpicos, junto al barrio de Jacarepaguá, en Río de Janeiro. Allí, después de haber conseguido el récord de España de los 200 mariposa en mayo, debutó y rozó las semifinales. Se quedó a apenas 26 centésimas del húngaro Tamas Kenderesi, y se despidió con el honor de haber nadado la misma prueba que coronó tantas veces a un Michael Phelps que se retiró tras esos Juegos. La imagen del estadounidense con su hijo Bommer en la grada, bañado en oro, fue especial para todos los participantes... pero Carlos Peralta, como explicaría tiempo después, no era del todo feliz. Desde este miércoles, es el nuevo director general de la CELAD (Comisión Española para la Lucha Antidopaje en el Deporte) ocho años después de aquello.

En 2018, dos años después de la experiencia olímpica y uno antes de anunciar su retirada, con solo 25 años, Peralta hizo pública su homosexualidad y declaró, según recoge un reportaje de El Mundo, que "no era feliz porque no era yo mismo", y añadió que "con los Juegos Olímpicos [de Río], estaba tan obsesionado con el objetivo que reprimí mis sentimientos".

Fue entonces, una vez retirado, cuando se dedicó a la política en el Ayuntamiento de Málaga, su ciudad. Médico de vocación, muy estudioso según todos los que le conocen, su padre había sido juez, por lo que se familiarizó desde pequeño con las justicias e injusticias y los problemas sociales. En su interior, eso le ayudó a enrolarse, una vez alejado de las piscinas, al PSOE, y de ahí esa ascensión hasta alcanzar un puesto de alta responsabilidad, coordinando el dopaje en España con su licenciatura de Medicina y su experiencia de alto nivel como avales. Pero no todo fue de color de rosa para ese niño que empezó a nadar en el complejo deportivo del Colegio Cerrado del Calderón.

Afincado en un barrio de clase media alta de Málaga, Peralta se aficionó al cloro en un centro que históricamente había formado a grandes nadadores en la ciudad andaluza, donde en el Centro Acuático Inacua se ubica ahora uno de los centros de alto rendimiento de la Real Federación Española de Natación. Y Peralta, años ha, formó parte de él, pero no le resultó fácil. "En 2009, el grupo de becados de la Federación Andaluza de Natación pasaron a Inacua, pero en aquel momento quien reclutaba quería descartar a Carlos por bajito. Dije que ni de broma, que nadaba muy bien y que debía estar en el grupo de competición", explica Xavi Casademont, quien fuera su entrenador hasta justo después de los Juegos de Río.

Su manera distinta de nadar mariposa y los calcetines en la salida

Como nadador, Peralta era "disciplinado, currante, buena gente", que además tenía una particularidad debido a su estatura (1,65m) a la hora de nadar los 200 mariposa, su mejor prueba: fue 21 veces campeón de España, finalista europeo y plusmarquista español hasta hace apenas un año. "Tenía una particularidad: era el único nadador que aprendió a nadar mariposa con tres batidos, para él ser bajito era una ventaja, un cuerpo más corto es más fácil de dominar. La combinación de los movimientos era más sencilla", añade Casademont.

Sus excompañeros son testigos de ello. Como Jessica Vall, que compartió con él toda la preparación para los Juegos de Río, y además fue un ejemplo para sus compañeros como la propia nadadora del CN Sant Andreu. "Destaco la determinación que tenía. Tenía claro que quería hacer Medicina y alto rendimiento al mismo tiempo. Nos demostró a todos que se podía", comentó. En este aspecto, Casademont destaca que "él tenía acceso a la carrera de Medicina al ser deportista de alto nivel, pero se mató por sacar la nota en la selectividad. Se esforzó siempre". En el agua "no destacó por sus condiciones físicas porque no era un portento, pero tenía talento y trabajo. Me reflejaba en él", detalla Vall.

"Quería hacer Medicina y alto rendimiento al mismo tiempo... Nos demostró a todos que se podía"

Jessica Vall Nadadora del CN Sant Andreu

Otro de los entrenadores que lo conoció destaca que era "perfeccionista, responsable, necesita de entender las propuestas de entrenamiento y se las hacía suyas", aunque también añade que "a veces era egoísta, pero era su arma". Quizás era un método de defensa, como se supo años después. Vall destaca que siempre creaba "buen ambiente" e, incluso, tenía manías como la de ir a la cámara de salidas sin calcetines y odiar esos gritos habituales de sus competidores antes de la competición, también la cámara de salidas, "tan varoniles". Peralta cambió Málaga por Madrid tras los Juegos de Río y vivió un momento de cambios en su vida y en su carrera.

Después de Río, Peralta empezó su cruzada contra la RFEN. Primero, formó parte de una Asociación de Nadadores que demostró su carácter asambleario. La propia RFEN, según el nadador, le invitó a dejar de ser asambleísta y un cambio de criterios de selección lo dejó fuera del Mundial de piscina corta de ese diciembre: "Empecé la temporada con un objetivo y luego me lo han quitado. La verdad es que el Campeonato de España no me motiva lo suficiente, he nadado ya tantos… El reto era el Mundial. Quiero nadar cuatro años más, llegar a los próximos Juegos Olímpicos, pero esto es frustrante. Sólo ponen trabas", dijo en sus redes sociales por aquel entonces.

Su confesión de 2018 y el inicio de su vida fuera de las piscinas

Peralta hizo público en junio 2018 que era homosexual, algo que le liberó como él mismo confesó en El Mundo: "Me da miedo. Para mí esto no es guay, pero quiero quitarme este peso de encima". Comentó las inseguridades sufridas, los comentarios que tuvo que soportar, y se convirtió en un activista del movimiento LGTBI como también el waterpolista Víctor Gutiérrez, que ahora es Secretario de Políticas LGTBI del PSOE. Tras aquello, algunas fuentes de la RFEN recuerdan que "entendimos muchas cosas, muchos momentos, antes a veces era reservado y contenido, discreto".

Un año después se retiró, con apenas 25 años, fuera de las convocatorias internacionales y desmotivado, con ganas de cambiar de vida. Fue delegado LGTBI del PSOE en Málaga. Su amor por la Medicina le hizo cursar tres másteres y, además, tiene tres plazas de funcionario de carrera como médico titular del Estado en el Ministerio de Sanidad, inspector médico del Instituto Nacional de la Seguridad Social y médico de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía. En abril de este año se incorporó a la CELAD procedente de la Dirección General de Salud Pública y Equidad en Salud del Ministerio de Sanidad, donde trabajaba como jefe de área y, anteriormente, como inspector médico.

La CELAD junta la que han sido las dos pasiones de su vida

Una vez se produjo la marcha de Silvia Calzón, el Consejo Rector de la CELAD decidió que el mejor posicionado para el cargo era Carlos Peralta, que había entrado en abril en este organismo antidopaje y se había encargado de la parte de Prevención. Desde el organismo explicaron en su comunicado que había trabajado estrechamente para desarrollar el nuevo modelo.