La RFEN se prepara para cuatro años más de Fernando Carpena con 'seis renovaciones', un difícil legado y un 'polvorín'
El presidente declaró a Efe que tiene ganas de seguir y, sin oposición, continuará hasta Los Ángeles y cumplirá 20 años.
Después de los Juegos Olímpicos de París, la Real Federación Española de Natación (RFEN) entrará en un proceso electoral antes de que finalice 2024. Como marcan los estatutos de todas las federaciones, en los años olímpicos se renuevan las juntas directivas con las elecciones y las votaciones de la asamblea. Aunque en 2023 trascendió que el propio presidente Fernando Carpena, que asumió el cargo en 2008 y acumula tres reelecciones, buscaba un sustituto (o sustituta), finalmente la idea no cuajó y será de nuevo él quien se presente sin que se atisbe nadie en la oposición. Lo aseguró a Efe aunque ya estaba claro su pensamiento: "Si yo me siento respaldado, tiraremos para adelante porque hay objetivos no solamente a medio plazo, sino incluso un poquito más".
Estas elecciones tendrán lugar entre noviembre y diciembre y se espera la ratificación del presidente, que tendrá por delante varios casos a analizar. El primero, las seis renovaciones de los directores técnicos y entrenadores de los equipos y centros nacionales, cuyo contrato siempre expira el 30 de diciembre del año olímpico. Hay algunos casos que se antojan claros. La RFEN está contenta con el trabajo de Domenico Rinaldi en unos saltos que se marcharon de París con dos diplomas. También evidentemente con la labor de Miki Oca y David Martín al frente de las selecciones de waterpolo, y de Rafa Aguilar como director técnico, teniendo en cuenta los éxitos del ciclo olímpico. Serán ellos los que decidirán si seguir o no en función de las condiciones y de su desgaste: Oca lleva 14 años en el cargo, mientras que David Martín, siete.
Genera dudas las aguas abiertas teniendo en cuenta que Carpena las ha señalado directamente. "Esperábamos más de las aguas abiertas", dijo. El balance de la natación sincronizada es también positivo aunque hay que tratar la renovación de Mayuko Fujiki que también lleva siete años en un deporte de mucho desgaste, por lo que este asunto se debe tratar. En los Juegos de París hubo hasta seis seleccionadoras españolas, por lo que hay muchas candidatas en caso de promover un cambio.
Y, el polvorín, como de costumbre, está en la natación. Carpena no tiene dudas con Sean Kelly y su equipo de británicos aunque el ambiente esté lleno de metano. "El proyecto existe y se va a mantener. El proyecto de la natación no es un proyecto a corto plazo, no puede serlo, no lo ha sido en las otras disciplinas y en ésta tampoco. Hay que tener confianza en el trabajo que se está realizando en los centros de entrenamiento y, por supuesto, en el de aquellos que consideren que no deben entrenar en los centros nacionales, apoyarles en la medida de nuestras posibilidades", argumentó.
Si en el ciclo olímpico de París hubo tensiones entre los nadadores que se entrenan en Estados Unidos o en los clubes y los criterios distintos con lo de los centros nacionales, la idea es mantener esta política aunque la gran parte de los internacionales están en el primer saco y no en el segundo. En este ciclo olímpico, más allá de Hugo González, no ha habido demasiados brotes verdes, y sigue habiendo runrún entre los entrenadores nacionales y voces críticas sobre la manera de llevar hoy en día la natación. Este polvorín será examinará de nuevo en los Mundiales de Singapur 2025.
— Hugo González OLY (@hglezoliveira) August 1, 2024
Y, por último, queda el legado. La RFEN está en conversaciones con World Aquatics para organizar los Mundiales de 2031, pero debe ir acompañado de la creación de un centro acuático en la capital. España carece de una infraestructura como esta y Carpena quiere aprovechar este acontecimiento para ello. De momento, no hay demasiadas novedades por el coste del proyecto y porque Madrid ya abandonó su centro acuático que empezó a edificarse hace ya 15 años cuando no logró la concesión de los Juegos.
Carpena se convertirá en uno de los presidentes perpetuos del deporte español. Cuando llegó, Anna Tarrés triunfaba con la sincro española, Mireia Belmonte era aún una promesa y aún se estaban retirando algunos jugadores de la Generación de Oro de los 90 como Dani Ballart. Ahora, ya hace 12 años que se marchó Tarrés, Mireia está cerca de la retirada por edad y rendimiento y han surgido dos generaciones de oro en el waterpolo. Curioso.