La charla de la MVP Bea Ortiz y de Paula Leitón que cambió la historia del waterpolo español: "Salí al agua al 400%"
Ortiz, la jugadora más determinante del combinado de Miki Oca en 2024, visita Relevo con un oro olímpico que será eterno.
Los grandes nombres del deporte emergen en los momentos de la verdad. Bea Ortiz (Rubí, 1995) dobló su mejor versión en los Juegos de París para conquistar el oro olímpico, la única cumbre que siempre se le había resistido a la legendaria selección de Miki Oca. Cinco goles en el partido de los fantasmas ante Estados Unidos, cuatro tantos en la final frente Australia y un ejercicio de liderazgo extraordinario en todo el torneo. La también MVP del último Europeo de waterpolo es una de las cinco aspirantes (en la lista también está también su paisana Elena Ruiz) a mejor jugadora del mundo en 2024. Campeona de todo con el Sabadell y con España, ese 'Balón de Oro' debería llevar el nombre de Bea Ortiz.
¿Cuántas medallas tienes?
¿De qué color? (se ríe) La verdad es que no las he contado nunca. Creo que tengo la suerte de tener unas cuantas.
¿Cómo es ganar un oro olímpico?
Creo que todavía faltan unas semanas o unos meses para creerme del todo que tengo esa medalla en casa. Al final, llevábamos muchos años intentando conseguir esta medalla. Veníamos de conseguir la de plata en Tokio, que se nos quedó la espinita clavada, y esto es un sueño hecho realidad.
La bestia negra siempre ha sido Estados Unidos. ¿Llegasteis a pensar que no era posible contra ellas?
Creo que tuvimos una temporada en que sí. No me gusta decirlo, pero nuestras cabezas, no es que se empezasen a rendir, pero lo veíamos muy lejos. Creo que esa época fue corta. La verdad, estábamos cansadas de seguir perdiendo finales contra ellas. Ya no sólo en los Juegos de Tokio, sino en Mundiales y en alguna fase de la World Cup. Sí que se hace duro y cuesta arriba, pero creo que todas fuimos muy fuertes e hicimos un cambio de mentalidad muy bueno. Todas fuimos conscientes de hasta dónde queríamos llegar.
¿Cuáles fueron esos cambios?
El más sencillo ha sido el empezar a creernos que éramos capaces de llegar a cualquier sitio y ganar a cualquier equipo. Creo que ese ha sido el primer paso y, a partir de ahí, trabajar mentalmente. Ponernos en situación de no ver a EEUU por encima de nosotras, sino ver a EEUU como un equipo más, como Holanda, Hungría, Italia o estos equipos que nos hemos podido encontrar a lo largo de todos los campeonatos.
Os visteis con ellas de nuevo en París, pero en la fase de grupos. ¿Qué pasa por vuestras cabezas cuando el partido empieza mal, como otras veces?
De ese partido recuerdo una cosa que se me va a quedar grabada en la mente para toda la vida. Y es que nosotras tenemos muchas manías a la hora de sentarnos en el banquillo, vestuarios, autocar... El equipo, en general, tiene muchas manías. Recuerdo el sentarme en el banquillo después de hacer la presentación, los himnos, el grito... Me siento al lado de Paula Leitón y, antes de cada partido, siempre nos dábamos la mano, nos hacíamos un apretón de manos y entonces el partido empezaba. Y ese día me dijo: 'Va a salir bien'. Y le contesté: 'Sí, lo siento. Siento que va a salir bien'. Creo que esa frase que me dijo Paula fue un chute de energía, que me cargó las pilas al máximo. Yo, personalmente, salí al agua al 400%. Sentía que el equipo no iba a permitir que Estados Unidos volviese a pasarnos por encima.
Una especie de premonición.
Ya lo sentí horas antes del partido, lo sentí en el entreno de antes, en el entreno de la mañana, en el entreno del día anterior, lo sentí en la charla, lo sentí de camino al autocar, lo sentí en todo momento. Creo que ese partido lo ganamos antes de empezar a jugar, por cómo estábamos, de lo seguras y convencidas que estábamos de que no íbamos a permitir que ese partido se lo pudieran llevar las americanas. Y creo, personalmente, que el equipo me ayudó mucho a llegar en ese nivel, a poder tener esa confianza; no sólo las jugadoras, sino también el staff. Me valió, en los momentos más complicados del partido, que quizá nos empezamos a estancar un poco, para poder tirar un poquito del equipo en ese punto. De decir: 'Venga, vamos a ayudar un poco al equipo a dar este empujón para seguir'.
¿Cómo fue ver caer a Estados Unidos en semifinales y que no nos tocase en la final?
Nosotros jugábamos la primera semifinal, al mediodía, y la segunda semifinal se hacía por la tarde; y entre media había partidos. Miki, antes de empezar el partido de Australia contra Estados Unidos, nos dijo que descansásemos un par de horas, pero que esa segunda semifinal la veíamos todas juntas en la habitación de la Villa. Sin prioridades, sin ponernos en ningún bando, pero había que ver la semifinal y ver cuál sería nuestro rival en la final. Al principio, pensábamos que Australia no le iba a poner ningún problema porque Estados Unidos dominaba bastante el partido, pero, poco a poco, Australia fue dando pasitos y al final se acabó llevando la semifinal.
Y el subidón sería enorme.
Te mentiría si te dijese que no. Sí, creo que todas lo notamos, todas sentimos eso. También es verdad que veníamos de haber ganado a Estados Unidos en grupos, que quieras o no, ya te quitas esa espina. Decir 'hemos sido capaces y, si hemos llegado a la final, ha sido ganando a cualquier rival'. Pero también había que tener cuidado porque Australia no tenía nada que perder. Australia estaba haciendo historia y si había llegado ahí es porque el nivel lo tenía y había ganado a equipos muy buenos.
¿Qué recuerdas de la final?
La gente me lo pregunta y es complicado acordarme de muchas cosas: tantas emociones, tantos momentos. El primer recuerdo que me viene es el entrar en la presentación y ver la piscina repleta de gente. Pero a la vez pensar 'no sé dónde está, pero por aquí está mi familia y me siento como en casa'. Recuerdo que en los últimos minutos nosotras llevábamos una ventaja bastante cómoda. Y ellas empiezan a meternos goles. Era como: 'Vale, vamos a ponernos las pilas porque esto no se lo pueden llevar otra vez'. Y luego ya, pues al acabar, el poder abrazar a la familia, a los amigos, entre nosotras... Sin creernos que habíamos hecho historia, pero celebrándolo. ¡La verdad que fue increíble!
Ya lo habéis ganado todo. Ya no podéis hacer más. ¿Sigue habiendo falta de reconocimiento?
Antes podíamos hacer algo más, una medalla de oro olímpica, y ahora ya la hemos ganado. Hemos hecho todo lo que hemos podido, lo que está en nuestras manos para poder llevar a este deporte y a nuestro país a lo más alto. Espero que se deje de decir que es un deporte minoritario. Sí que es cierto que este año hemos notado que la gente ha empezado a ver más waterpolo, la gente ya no te pregunta '¿pero qué es el waterpolo?, ¿cómo se juega?'. La gente ya viene, te felicita: 'Hemos visto los partidos, no me he perdido ninguno...'. La verdad es que se agradece que empiecen a conocernos y a conocer nuestro deporte. Espero que gracias a esta medalla y de todo lo que llevamos detrás, las marcas empiecen a cambiar un poquito y a darnos un poco más de voz.
Antes mencionabas a Paula Leitón. ¿Cómo vivisteis todo aquello de los comentarios negativos en redes sociales hacia ella?
Pues mira, tuvimos la suerte (te digo suerte porque dentro de toda la historia, la verdad que dio bastante pena), pero tuvimos la suerte de que no nos enteramos hasta acabar los Juegos. Recuerdo que estábamos en el aeropuerto para volver, ya habíamos pasado la final, habían acabado los Juegos Olímpicos y estábamos volviendo a casa, cuando empezaron a escribir a Paula. Empezaron a llamarle de alguna tele, que querían entrevistarle. Claro, ella al principio pensaba que era una entrevista más de Juegos Olímpicos. 'Acabo de ser campeona olímpica, normal que la gente quiera hablar conmigo, ¿no?'. Pero no, la gente no quería hablar con ella por ser campeona olímpica, querían hablar con ella por un tema del que se había hablado mucho en los Juegos.
Ella fue un ejemplo.
Yo me acuerdo que estaba sentada con ella justo en el avión y en ese momento lo pasó mal. Se encontró con muchas cosas, muchos mensajes, mucha gente que quería hablar con ella. Era como... 'Acabó de ser campeona olímpica, ¿podemos darle la importancia a lo importante que es la medalla de oro que acabo de conseguir?'. Pero bueno, creo que Paula fue muy madura y que contestó muy bien a la gente, a los 'haters'... Creo que dio una vez más un mensaje y enseñó los valores que tiene ella y el equipo.
Volviendo a lo deportivo, ¿ahora qué?
Pues creo que ahora es momento de ir día a día, los pasos que tengo que dar son pasos más pequeñitos. Valorar qué es lo que quiero en mi vida a nivel deportivo. Ahora tengo una temporada por delante con el club, una fase de Champions, la Liga, la Copa de la Reina. Ojalá lleguemos a la Final Four si todo va bien. Tengo muchas competiciones a nivel de club. Paralelamente, tengo pensar qué es lo que de verdad quiero, también con la Selección española. Espero seguir unos cuantos años más, pero bueno, valorar también si mi cabeza está preparada, si físicamente estoy preparada. Han sido años muy duros. Este último año ha sido, sobre todo, el más duro teniendo el Europeo, el Mundial y los Juegos. Los pasos van a ser más pequeños, pasito a pasito, y creo que a medida que vaya pasando el tiempo, iré viendo qué es lo que quiero y lo que tengo que hacer.
No nos asustes. ¿Han sido momentos muy duros?
Sí, la verdad que se pasan momentos muy duros. Yo, personalmente, venía de pasar dos años complicados. En mayo no sabía si tenía ganas de seguir jugando y seguir compitiendo para unos Juegos Olímpicos. Pero bueno, al final lo conseguí con trabajo de psicólogas, compañeras que te ayudan, el staff que te ayuda, tu familia, tus amigos… Creo que he conseguido llegar en el mejor nivel, no solo físico, sino mental; así que también tenemos que estar orgullosas del trabajo que hacemos. Porque no todo es felicidad y bonito, también detrás hay momentos muy complicados y momentos muy duros. Todos nos planteamos en algún momento si realmente vale la pena estar donde estamos. Al final, lo valoramos y lo ponemos en una balanza. De momento, vale la pena pasar esos momentos y seguir trabajando para poder llegar al mejor nivel.
¿Qué te pasó en ese mes de mayo?
Al final, veníamos de empezar la temporada en septiembre. Luego irnos a hacer preparación de un mes para el Europeo en enero en Eindhoven, volver a los tres días, preparación para un Mundial en Doha en febrero, luego tres días paradas para volver a reanudar la Liga, tener Copa de la Reina, jugar la Final Four, acabar con la Liga, el playoff y, a los dos días, estar empezando con la Selección española de nuevo. Fue duro, muy duro.
Necesitabas pulsar el 'pause'.
Sí, un 'pause' que no puedes poner si quieres llegar a los Juegos de la mejor manera y si quieres cumplir tu sueño.
¡Como para no pedir ayudas!
Creo que las hemos pedido ya muchas veces, ahora está en la mano de quien quiera ayudarnos y quien quiera darnos voz. Pero sí que es verdad que se ha notado el movimiento, la gente, los medios... Se ha notado que empiezan a darnos un poquito más de voz. Igual que a veces reivindicamos eso y nos quejamos, también es verdad que hay que agradecer que se vea el cambio y que se vea que, poco a poco, nos van ayudando.
¿Es más difícil obtener patrocinios como deportista de un equipo?
Se nota, al final es más sencillo patrocinar o llegar a un deportista que compite él solo que a un deportista que compite con 12 jugadoras más al lado.
¿Ser MVP te crea una responsabilidad diferente?
No es tanta responsabilidad. Miki en su momento habló conmigo y me dijo qué es lo que esperaba de mí. Obviamente, es difícil estar siempre en el mismo nivel. Por ejemplo, el año pasado considero que no estaba al mismo nivel que ahora. Hay altibajos, momentos complicados y a veces la cabeza te juega una mala pasada y eso no te permite estar en tu máximo nivel. Pero, bueno, al final es saber qué es lo que el equipo espera de ti y tú también ser consciente de cuánto puedes dar y cómo puedes darlo. El primer paso es confiar en ti misma. Está muy bien que el equipo confíe en mí, pero si no lo hago yo primero no voy a llegar a ningún sitio. Cuando el equipo y el staff te transmiten esa confianza es mucho más sencillo llegar a un partido y poder ayudar al grupo a tirar hacia adelante. Nosotras somos jugadoras de equipo y siempre pensamos en el bien del equipo.