Dani Molina y el reto de domar, si le dejan, las aguas del Sena: "No tengo un gran recuerdo de París"
El cinco veces campeón del mundo de triatlón ha sido uno de los grandes ausentes en los anteriores Juegos Paralímpicos. Un conductor se saltó un ceda el paso y cambió su vida: "Tuve suerte de poder seguir vivo", asegura a Relevo.
"Es verdad que con el currículum que tengo es difícil entender cómo un deportista como yo no ha estado en los Juegos más veces, ¿no? Pero bueno, si tienes paciencia, todo llega". El paciente que se encuentra al otro lado del teléfono es el triatleta Dani Molina. Hasta ahora, ha sido uno de los grandes porqués de los Juegos Paralímpicos, porque es pentacampeón mundial y heptacampeón europeo. ¿Por qué no ha podido disputar los Juegos una estrella del triatlón como él?
Primero en Río, después en Tokio, su categoría se quedaba fuera del programa paralímpico. En París todas las categorías de triatlón estarán presentes en los Juegos por primera vez. La problemática de esta cuestionable ausencia va más allá del fuerte deseo de cumplir el sueño paralímpico de un deportista: supone no contar con el apoyo económico suficiente para que el campeón del mundo pueda seguir entregándose plenamente al deporte.
"Cuando no puedes participar en unos Juegos, las becas no existen. Y entonces tienes que sobrevivir de la manera que puedas. Yo he sobrevivido gracias a mis patrocinadores y colaboradores, porque el Comité Paralímpico, por desgracia, a mí no me ha ayudado durante muchísimos años. Ahora que estoy dentro del ciclo olímpico y puedo participar en París ya llevo unos años cobrando la beca y se vive un poquito mejor. Al final somos deportistas, pero tenemos hipotecas, tenemos coches, gastos, comidas e hijos. Todo hay que pagarlo y es muy difícil dedicarse al 100% en estas circunstancias", cuenta el madrileño a Relevo.
Por fin, los Juegos Paralímpicos tendrán al mejor triatleta del mundo en categoría PST… Y España se frota las manos."Siempre pensé que acabaríamos llegando a los Juegos, y el sueño de mi vida es, ya no competir en los Juegos, es ir a intentar ganar una medalla… Y si puede ser de oro mejor, ¿no?", sonríe.
Sin embargo, no es la primera vez que Molina (Madrid, 1974) competirá en unos Juegos Paralímpicos, aunque la primera ya le parezca otra vida: hay que remontarse veinte años atrás para verle nadar los 100 m espalda en Atenas 2004. En aquella ocasión no era favorito como ahora.
"Fui a los Juegos de Atenas pensando que luego ya no volvería a ir a ningún otro… Sólo nadaba una prueba y tuve mala suerte porque los días previos me puse malo. Estuve con fiebre, con antibiótico y la carrera salió todo fatal. Como experiencia deportiva no fue muy buena -fue semifinalista-, pero la experiencia personal sí que fue buena. Para cualquier deportista vivir unos Juegos es lo máximo a lo que puedes aspirar… Y yo creo que ya intentar ganar una medalla es todavía más", apunta.
El madrileño se inició en la natación de pequeño, un deporte que le cambiaría la vida tras un fatídico día de mayo de 1997, cuando un coche se saltó un ceda el paso y se lo llevó por delante.
"En el accidente no perdí la pierna, fue tres días después, porque fue grave. Tuve una fractura abierta de fémur, la tibia estaba destrozada, el peroné y el pie, también. Se me rompió una vena femoral… Fue un cúmulo de cosas y tuve mucha suerte de perder solo una pierna, porque según los médicos, cuando llegué al hospital debería estar muerto", recuerda.
El triatleta recuerda aquel accidente que le provocó su discapacidad sin rencor. No lo pretende, pero sus palabras son toda una lección de vida.
"Los accidentes ocurren. Yo no le he hecho la culpa a él de nada porque al final fue un descuido y ya está. Siempre lo he visto de la manera de que he tenido la gran suerte de poder seguir viviendo, de tener una segunda oportunidad, de tener una vida maravillosa y dedicarme a lo que más me gusta. Y no digo que no haya sido duro en algunos momentos de mi vida, pero sí que es verdad que me dio la oportunidad de poder hacer otro tipo de vida. Porque cuando tienes un accidente tan grave las cosas se ven de otra manera", asegura.
Tras los Juegos dejó la natación para centrarse en su vida de arquitecto. Pasaron diez años hasta que volvió a comprometerse con el deporte: ¡Y de qué manera! No baja del podio desde 2017 y de las últimas 34 competiciones ha logrado el oro en 32.
La contaminación del Sena, su principal rival
Hace tiempo que Dani Molina se fue a vivir en Sacedón, un pueblo de Guadalajara que sigue los logros de su campeón. Entrena 20 horas semanales. La parte de aguas abiertas la prepara en un laguito pequeño de un pueblo vecino llamado Pareja. Pero en la recta final hacia París ha entrenado en Sanxenxo, Galicia, su habitual lugar de vacaciones y entrenamiento en verano, donde ya se han celebrado varios mundiales y europeos. Le habrá servido para entrenar en unas condiciones climatológicas más cercanas a las parisinas.
Sin embargo, hay algo que no se puede prever ni entrenar: la polución del Sena, que ya causó inquietud entre los triatletas olímpicos. Molina la sufrió en el Test Event del año pasado, donde la prueba finalmente se convirtió en duatlón.
"A las cuatro de la mañana nos mandaron un email contando que no se podía nadar porque en un punto determinado del recorrido había mucha contaminación y tuvimos que hacer un duatlón. Al final, un duatlón es un deporte distinto y se condiciona mucho la prueba. Yo no sé qué va a pasar ahora en París…", comenta.
Si la calidad de las aguas del Sena o la lluvia lo permiten, el triatlón arrancará en una estructura flotante situada en el puente Alexandre III. Después llegará el segmento de bicicleta, que atravesará los Campos Elíseos hasta el Puente de los Inválidos. Finalmente, la carrera culminará donde arrancó, en el puente de Alexandre III, el en el que Dani Molina espera cruzar el primero, en una foto en la que se verá la Torre Eiffel a un lado.
"No tengo un gran recuerdo, del Test Event, porque al final yo soy triatleta y me gusta el triatlón. El duatlón lo hago porque me viene bien para entrenar. Cuando vas a competir en un triatlón vas preparado de una manera y cuando compites para un duatlón, se prepara de otra forma. A mí me costó un poco asimilarlo. Me costó muchísimo arrancar. Fue una carrera que recuerdo muy dura, muy exigente y la verdad que no tengo un gran recuerdo de París", reconoce.
La prueba de triatlón paralímpico arrastra cierto runrún desde entonces, no solo por las aguas del Sena: algunos miembros de la Paratriarmada han clamado contra una prueba que parece diseñada para presumir de las postales parisinas antes que de los atletas.
"Mucha gente señala que corremos por los sitios más emblemáticos de París… Cuando corres, no miras el recorrido, vas mirando un reloj, vas intentando abrir lo más rápido posible y no te centras en nada más. Como si me dicen que hay árboles, no hay nada, o hay monumentos… No lo voy a ver", explica.
Ganó la prueba, a pesar de que su fuerte es la natación. Por esto último, le preocupa que pueda volver a repetirse un duatlón: "Me dicen que me centre en entrenar, pero genera incertidumbre saber qué va a pasar o que puedan quitar la natación, que es algo que a mí me quita posibilidades de ganar el oro. Yo soy triatleta, me defiendo muy bien nadando y corriendo. Sufro un poco más en la bici, pero la ventaja es que saco nadando me vale para mantener la distancia en bici y bajarme a correr primero o segundo y acabar ganando la carrera".
Con triatlón o con duatlón, Daniel Molina volverá a unos Juegos Paralímpicos y esta vez lo hará como favorito. Es curioso cómo han cambiado las tornas. Creció viendo a sus primos pentatletas, Jorge y Eduardo Quesada Molina, competir en los Juegos Olímpicos de Seúl y Los Ángeles.
"De vez en cuando compartíamos vacaciones y les veía entrenar, siempre quise ser como ellos. Eran como auténticos superhéroes. Y cuando conseguí ir a Atenas cumplió el sueño de ser como mis primos. Ahora que estoy luchando por una medalla, me dicen lo contrario, que el superhéroe soy yo y que ellos no han hecho nada. Es una admiración mutua que nos tenemos", asegura. En unas horas Dani Molina buscará conquistar el Sena y colgarse esa medalla dorada que durante tantos Juegos se le ha negado a una de las estrellas del triatlón paralímpico.