JJOO | WATERPOLO
Una madre, una convivencia 24/7 y un 'sorpresón' que partió de la COVID se cruzan en el oro más ansiado de los Juegos
Así es Australia, la selección que ganó a Estados Unidos en las semifinales de waterpolo femenino y se medirá a España este sábado.
París.- Los Juegos Olímpicos son una caja de sorpresas. La última ocurrió en el waterpolo femenino y en esas semifinales endiabladas en las que la Selección española estuvo a un penalti de perder después de ir ganando por 1-6 y 5-10, mientras que Países Bajos hizo lo más difícil, ponerse por delante tras una increíble remontada, pero no aguantó la fuerza de superviviencia de las de Miki Oca y acabó llorando. Aunque el bombazo llegó después. Estados Unidos, triple campeona olímpica que ya había mostrado síntomas de debilidad en estos Juegos y en el ciclo, cayó ante Australia también en los penaltis. Un jueves no apto para corazones delicados.
Las guerreras del agua llevan soñando con el oro olímpico desde que probaron el veneno de los Juegos en Londres 2012. Estar ya era un premio, pero desacomplejadas y con un waterpolo revolucionario, se colaron en la final, perdieron y se juraron que ese oro debía ser. Hay cuatro que repiten. Pili Peña, Anni Espar, Maica García y Laura Ester. Ellas mantienen el legado ante una Australia inexperta pero sin miedo a nada. Y con una historia llena de matices en sus últimos años.
El techo de Australia fue ganar el oro en Sídney 2000, la primera edición que se jugó esta disciplina en mujeres, y su entrenadora formó parte de aquel equipo. Se trata de Bec Rippon, capaz de ganar ya en el agua a Estados Unidos en aquella inolvidable final para su país. Luego, en 2013, perdieron la final de los Mundiales de Barcelona precisamente ante España, en una Picornell a reventar que vio el único oro mundial de la Selección femenina. Un 6-8 más fácil de lo que refleja el marcador. De aquel equipo sigue una de sus jugadoras más emblemáticas, Keesja Gofers.
Gofers ha conseguido algo difícil en el deporte, y casos que se han dado poco en el waterpolo de elite. Fue madre el año pasado y regresó para preparar los Juegos y ha conseguido, finalmente, ser parte de un equipo que está haciendo historia. Aunque su papel en el equipo es más defensivo y ante Estados Unidos jugó 13 minutos, es una de las más destacadas. Anni Espar, que conoce bien el waterpolo australiano, donde ha jugado en dos etapas, desgrana los peligros de las 'aussies'.
"Llevan una muy buena preparación y están siendo muy regulares. Los partidos importantes los han sacado adelante. Tienen muy buenas lanzadoras como Alice Williams y Abby Andrews, su boya es luchadora y su portera lo está haciendo muy bien", explica. De hecho, Gabriela Palm tuvo un índice del 64% de paradas ante Estados Unidos. Mejor que la meta americana.
Un comienzo de Juegos accidentado y una plantilla a la italiana
Las jugadoras tienen experiencia internacional. Alice Williams jugó en Catania. Bronte Halligan sigue en Italia y fue una de las mejores hace dos temporadas. Andrews estuvo en la Roma, es zurda y la ficha Olympiakos, uno de los mejores equipos de Europa. Y Palm, la portera, jugó en el Mediterrani de Barcelona hace dos años. "Se ha notado que llevan todo el año concentradas", relata Espar. Australia ha copiado el modelo de Estados Unidos, de que sus jugadoras no compitan fuera y se detengan las competiciones nacionales para poder centrarse únicamente en la preparación olímpica. Un 24/7 que las ha devuelto a la final olímpica 24 años después.
Y eso que Australia fue protagonista justo antes de arrancar los Juegos. Un brote de la COVID en su equipo afectó a al menos cinco jugadoras, en un primer caso mediático de París. Algunas de ellas fueron apartadas del día a día de los entrenamientos, se aumentaron los casos de protección con el uso de geles y mascarillas, pero lograron salir adelante y no han notado las consecuencias. Y este sábado a las 15:35 horas (TVE y Eurosport) se entrometen en el oro más ansiado de estos Juegos.