JJOO | WATERPOLO

Dani Ballart, la voz del waterpolo en TVE que provoca taquicardias: "Empieza el baile de las hostias"

Dani Ballart, un mito del waterpolo español, forma con Joan Carles Pérez la dupla más 'divertida' también en París.

Joan Carles García y Dani Ballart. /DANI BALLART
Joan Carles García y Dani Ballart. DANI BALLART
Alberto Martínez

Alberto Martínez

Dani Ballart lo es todo en el waterpolo, aunque los neófitos lo reconozcan solo por sus comentarios apasionantes, de los que hacen afición, en las retransmisiones de estos Juegos Olímpicos y de los grandes campeonatos acuáticos. Pero el barcelonés es campeón y subcampeón olímpico, doble campeón y doble subcampeón mundial. Y formó parte de una generación de iconos deportivos en los años 90, cuando el waterpolo alcanzó una popularidad inusitada aprovechando la corriente de los Juegos de Barcelona 92.

Ahora se mete con el realizador de los Juegos de París porque se pierde las mejores jugadas mientras goza como un niño pequeño el gran momento de ellos y de ellas, y sueña con un doble podio por primera vez en la historia. No piensa en ese oro que él posee: el waterpolo fue el último deporte colectivo en ganar un título olímpico. Y le acompaña Joan Carles García y Mati Ortiz detrás de las pantallas narrando a las chicas. El tridente del waterpolo.

¿Cómo habéis conseguido, tanto tú, Dani, como Joan Carles, convertir las narraciones de waterpolo en un espectáculo?

Hay dos cosas. Joan Carles es una persona que se lo prepara, y que posee una base de datos brutal. Es un profesional como la copa de un pino. Y es una persona agradecida. Te da libertad total, y se enfada cuando me pueden condicionar. Cuando hacemos los partidos en La 1 me dice 'pobre de ti que pongas el freno de mano. Ves a tope'. Y la segunda, atañe a mi parte. Al inicio iba cohibido, y ahora voy suelto. Es gracias a él, te deja explayarte a tu manera. Montamos una historia dentro de un partido. Queremos que la gente pueda reír y celebrarlo. Nos hemos encontrado: la vida nos juntó y hacemos cosas chulas. La gran suerte es Joan Carles. A otro no le gusta tanta broma o tanta historia y te cohibe. Siempre hablo para el espectador que no conoce mucho el waterpolo. No hablo para los del día a día. No les puedo explicar nada más.

¿Todo son elogios?

Notamos la parte positiva y también la negativa. Tengo bloqueada a mucha gente en Twitter. Mucha gente solo se fija en lo negativo. Mayoritariamente, recibimos mucha aceptación. Nunca me lo hubiera esperado. A la gente le gusta. En los Juegos el espectador se acuerda del waterpolo y se lo pasa bien. El waterpolo es dinámico, es una hora. Pasan muchas cosas. Ahora nos hemos cebado con el realizador, vamos a por él. Joan Carles no tanto. Pero es que nos la está liando. La gente se engancha. ¡Cómo puede ser el realizador si no tiene ni idea!

¿Te arrepientes de algún comentario?

No lo recuerdo. Es evidente que hay comentarios en los que después dices, creo que debía contar hasta tres. Pero no es normal cuando hablas tanto. Es normal que puedas equivocarte, es lógico. Se aceptan los errores.

¿Cómo estás viendo en estos Juegos a las dos selecciones?

Están siendo unos Juegos locos. Nuestras selecciones son serias y estables. Hablo del resto. Hay resultados estrambóticos. No sé si por el Europeo y los Mundiales o por la dura temporada, pero los resultados... Croacia pierde contra Estados Unidos y acabó cuarta. Ahora esto lo cambia todo. Ya me explicarás. Algo tremendo. Con las chicas el camino es más fácil. Es cierto de que en los últimos torneos ellos se han puesto a un nivel altísimo. Ellas desde Londres no han parado de bajarse de los podios. Estoy confiado de que por primera vez podemos hacer medalla en los mismos Juegos las dos selecciones.

Hablamos primero de las chicas. ¿Qué reconocimiento merecen las Pili Peña, Maica, Laura Ester o Anni Espar?

Estamos delante de una Pili que está más suelta, atrevida, con mucha acierto en todo. Sabe que son sus últimos Juegos y esa responsabilidad que a veces pesa, ella se la ha quitado todo. Maica sigue marcando su jerarquía en la boya. Es inigualable. Una presencia que condiciona todas las defensas. Anni es lo suficientemente inteligente para amoldarse al equipo independientemente de cómo sea. Da lo que se necesita. Ahora hay muchas jugadoras con gol, y ella está con el mono de trabajo y asiste el máximo posible, para atraer a las defensoras. Y cuando no se da esto sabe marcar, como en el último partido de grupos que hizo tres. Es la más lista de la clase. Laura jugó el otro día e hizo un partidazo contra Italia. Ha pasado un final de temporada muy difícil, con las noticias que le vinieron de la portería del CN Sabadell, pero ha demostrado que es una profesional como la copa de un pino. Sigue manteniéndose en su sitio y ofrece garantías. Habla muy bien de la persona que es.

¿Y ese equipazo que ha montado David Martín?

Los chicos forman el equipo más conjuntado. Es un equilibrio de diez. David dejó a Blai Mallarach para llevar a Unai Biel. Piensa en futuro también, para llegar a Los Ángeles con jugadores que cogan experiencia. Felipe ha ido de aquí para allí, es el espejo de todos. Se ha ganado el respeto. Es una persona con una jerarquía basada en su humildad, su tranquilidad y su saber hacer. Todas las cosas las hace bien. Cubre al más importante, puede hacer de boya, se pone el mono de trabajo, es goleador, es asistente… Es un jugador extraordinario. Tiene en su cabeza todo el waterpolo. Domina todo. Marcó historia y quedará para siempre. Luego tenemos a Álvaro Granados que es el sustituto de Felipe, muy joven pero una calidad extraordinaria. Hace cosas increíbles, y en sus clubes. Unai Aguirre es un seguro de vida sin desmerecer a Edu porque cada vez que juega es extraordinario. Unai es un fuera de serie, tiene un talento innato, como tenía Jesús, la suerte de que cuando le va el viento a favor nadie le mete. Y luego paró con el pie. Y tiene esta doble vertiente. Es bueno tener alguien así en la portería.

Croacia, Hungría... El camino más espinoso. ¿Visualizas esa medalla o ese oro?

No pienso en el oro. Hay que olvidarse. Eso solo pone una presión añadida. No la necesitamos. En nuestra generación, cuando menos pensamos en el oro es cuando lo logramos. Hay que ir partido a partido. Todo lo de ahora ha sido un calentamiento. A nivel moral llegas con más garantías que el rival. Ahora jugarás con otro taranná. Croacia llega con dudas por su último partido. Es mala suerte para Croacia, no para España. Si haces bien las cosas la suerte te acompañara. Comienza el baile de la hostias. En el femenino hay alguna cenicienta, como se vio con Canadá.

¿Comentar los partidos te hace revivir tu época de jugador?

No se puede comparar pero no tengo ganas de volver a jugar. No quiero jugar nunca más. No me quedó nada. Es verdad que cuando me retiré no quería ver el waterpolo, quería hacer cosas diferentes. Al final el destino ha hecho que no me desganche. Soy el hombre más feliz del mundo cuando llegan estos grandes torneos. Estoy feliz porque estoy cerca de mi deporte, sigo enamorado, y soy entrenador de waterpolo.

Oro y plata olímpico, dos oros mundiales... Podríamos seguir. ¿Qué recuerdas de aquella generación que lo ganó todo?

Lo nuestro fue una tragicomedia. Al inicio nadie esperaba nada y empezamos a hacer cosas y la gente se enganchó. Plata en el Mundial 91 y en Barcelona 92, pero perdíamos todo. La gente se encariñó porque jugábamos finales y perdíamos. Fue una historia larga de diez años. De decepción, y sobre todo con celebración de los oros conquistados al final. Fue una grandísima suerte coincidir con el tiempo con jugadores con aquella locura, que querían ser los mejores en su posición. Miramos atrás de que lo dimos todo. Nos lo pasamos muy bien.