La hazaña deportiva de Carlos Alcaraz, más allá de los memes y el "me gusta" por error
Su presencia en la Villa Olímpica, donde es uno de los deportistas más célebres, dio pie a las bromas, pero su manera de afrontar los Juegos no puede ser más profesional.
París.- En Sydney 2000, una frase antes del inicio de los Juegos encendió las páginas de los periódicos australianos que intentaban descubrir qué sucedía dentro de la villa olímpica: "¡Los cubanos están arrasando con los preservativos!". Veinticuatro años más tarde, salto tecnológico mediante, la sucesión de sonrientes selfies de Carlos Alcaraz con infinidad de competidoras de decenas de países dio pie a inagotables memes que destacaban supuestas cualidades extradeportivas del murciano.
Cada uno se enfoca en lo que quiere, pero si hay que elegir, la saga deportiva de estas últimas semanas de Alcaraz es mucho más interesante y potente que todos esos memes, incluso que el "me gusta" que, por error, el propio jugador le puso a una publicación que no entra en los cánones de construcción de imagen que se busca. Ni de lo que él realmente es.
"Yo soy un chico ambicioso", dijo el número tres del mundo tras vapulear sin misericordia al canadiense Felix Auger-Aliassime en semifinales. Ese 6-1 y 6-1 hace recordar a la falta de piedad de la alemana Steffi Graf, capaz de ganar una final de Grand Slam por 6-0 y 6-0. Precisamente Graf, socia de un club de dos con Rafael Nadal al que Alcaraz aspira a sumarse este domingo: el de aquellos capaces de ganar, en la misma temporada, Roland Garros, Wimbledon y el oro olímpico.
Alcaraz llega a la final con Novak Djokovic en una forma espléndida, liberado de la presión indudable que implicaba el regalo para la historia de un dobles junto a Rafael Nadal, y enfocado en aguarle la fiesta al serbio una vez más. Para eso, las selfies y el paso por el comedor de la villa ya no están recomendados. Lejos de las comodidades habituales de los hoteles o casas en que se aloja en el circuito profesional, la estancia en la villa es una prueba de madurez para Alcaraz. Que tiene apenas 21 años, cada tanto es bueno recordarlo.
La falta de aire acondicionado en una villa planteada a partir de la obsesión por los Juegos sostenibles y la huella de carbono más tenue posible es también una prueba de carácter: hasta hace dos días, dormir era duro, incluso con el ventilador puesto, no se descansaba bien. Pero para el tramo final hacia la captura del oro olímpico, París le regaló a Alcaraz temperaturas más bajas y aire fresco en la noche. Se lo regaló a él, no a Djokovic, que en su suite del Mandarin Oriental dispone de aire acondicionado e incluso abanicadores perpetuos, si los solicitara.
Alcaraz sufrió, en efecto, un bajón físico durante los Juegos. Coincidió con los momentos más intensos y emotivos de su dobles con Nadal y con una ola de calor y baja presión que se instaló sobre París.
"He recuperado bastante bien, me he encontrado muy bien físicamente", dijo tras aplastar a Auger-Aliassime. "Pero los días anteriores con el entreno individual, los entrenos, el doble, la verdad es que ha habido un momento de bajón físicamente. Y al final, cuando sientes ese bajón físico, pues cuesta un poquito disfrutar del momento".
Hay millones de jóvenes de 21 años en todo el mundo que sueñan con ser Alcaraz, pero eso es tan cierto como que no es nada sencillo ser Alcaraz. Hay que trabajar mucho para llegar adónde él llegó. A la lucha por el oro olímpico, por ejemplo, con la paradoja de ser una de las estrellas de los Juegos, estar en los Juegos... y no poder disfrutar de los Juegos.
Alcaraz admite que se siente en un torneo de tenis, mucho más que en unos Juegos Olímpicos.
"La verdad que no he tenido la oportunidad de conectar con otros deportes. Me hubiera encantado ir a animar a otros deportes, a ver otras disciplinas. La verdad que con el horario que he tenido me ha sido imposible".
Pero él mismo destaca velozmente que se trata de otra cosa, que su paso por los Juegos es para lo que es: "Nosotros estamos aquí por un objetivo y era intentar ganar medalla para nuestro país, medalla en el tenis, intentar ganar la de oro y estamos a un pasito de conseguir nuestro objetivo, el objetivo que teníamos".
Y se "visualiza", dice, se vio varias veces en estos días con esa medalla dorada colgando del cuello. La misma medalla en individuales que su compañero de dobles, Nadal, se colgó hace 16 años, en Pekín 2008. Unos Juegos celebrados cuando tenía cinco años y de los que admite no tener recuerdo alguno. Sus Juegos, su historia a escribir, el recuerdo a grabar, están en París.