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Conquistar un oro olímpico sacrificando el nº1: Alcaraz está renunciando a mucho por subirse al podio en París

El español supera a Aliassime en semifinales y se asegura por lo menos la medalla de plata. Sin embargo, pierde opciones de pelear por el nº1 en las próximas semanas.

Alcaraz celebra un punto./Miguel MEDINA / AFP
Alcaraz celebra un punto. Miguel MEDINA / AFP
Nacho Encabo

Nacho Encabo

El 18 de agosto de 2008 fue el primer día en el que Rafael Nadal apareció en el número uno del ranking ATP. Llevaba tres años luchando, esperando el momento, porque Roger Federer era una máquina casi perfecta que sólo fallaba sobre tierra batida. Sin embargo, todo cambió en aquel 2008: Nadal conquistó Roland Garros por cuarto año consecutivo, destronó a Federer en la final de Wimbledon más memorable de todas y culminó el verano colgándose la medalla de oro en los Juegos de Pekín.

Aquellos fabulosos dos meses y medio le auparon por primera vez en su carrera al nº1 de la ATP, donde ha estado desde entonces un total de 209 semanas. Ese hito no lo habría podido conseguir sin los 800 puntos que recibió por ganar el oro olímpico, un botín del que no podrá disfrutar Carlos Alcaraz si este domingo sube a lo más alto del podio en los Juegos Olímpicos de París.

Con su victoria por 6-1 y 6-1 sobre Félix Auger-Aliassime en semifinales, el murciano se ha asegurado ya al menos la medalla de plata. Y el domingo saltará a la pista Philippe Chatrier para medirse al ganador del Novak Djokovic-Lorenzo Musetti para pelear por el oro.

Al igual que Nadal en 2008, Alcaraz puede hacer el triplete Roland Garros-Wimbledon-oro olímpico en cuestión de semanas, pero a diferencia de lo que pasó hace 16 años, el murciano no podrá ascender el próximo lunes a la cima de la ATP. De hecho, para poder pelear por el oro está sacrificando parte de sus opciones de pelear por el nº1 de aquí a final de temporada.

Y es que los Juegos Olímpicos ya no reparten puntos para el ranking. Sí lo hicieron entre 2004 y 2012, pero desde la edición de Río 2016, los tenistas sólo se juegan el honor. Es una de las razones que explican el hecho de que muchas estrellas se hayan bajado de los Juegos de París en las semanas previas: los tenistas ganan más dinero y más puntos jugando cualquier torneo del calendario que los Juegos Olímpicos. Esta misma semana, por ejemplo, se está disputando el ATP 500 de Washington y ha habido cinco tenistas del top 30 que han preferido ese torneo a los Juegos. El ganador, claro, se lleva 500 puntos ATP y casi 370.000 dólares. En los Juegos son cero puntos y cero euros, a no ser que el Comité Olímpico de tu país tenga un premio por medalla. En el caso de España, son 94.000 euros por el oro.

La semana que viene se celebrará en Montreal el torneo de Canadá, el sexto Masters 1000 de la temporada. Ahí los premios y los puntos son todavía mayores, pero Alcaraz ha decidido renunciar al certamen canadiense para poder luchar por el oro. Eso tendrá consecuencias para él a nivel de ranking: y es que Alcaraz, actualmente número tres, perdió el año pasado en Canadá en cuartos de final y ahora tenía la oportunidad de sumar una buena cantidad de puntos para poder discutirle a Jannik Sinner el nº1.

El italiano, líder de la clasificación mundial desde Roland Garros, renunció a los Juegos a última hora por una enfermedad, pero sí estará en Canadá la semana que viene. Sinner fue campeón hace un año en Canadá, por lo que defiende 1.000 puntos, pero más allá de eso, lo importante está en la Race, la clasificación que sólo tiene en cuenta los resultados de este año y que a final de temporada es la que dictamina quién es el mejor jugador del año.

En la Race, Sinner lidera el ranking con 6.200 puntos, seguido de Alcaraz con 5.950 y con Alexander Zverev tercero con 5.115 unidades. Si el italiano gana en Canadá, se pondrá con 7.200 y abrirá una brecha de 1.250 respecto al murciano, un buen colchón con el que afrontar el último tramo de la temporada. Y en juego también hay un buen pellizco de dinero, ya que la ATP reserva varios millones que se reparten a final de año entre los mejores. Y el que acabe la temporada como número uno se llevará, obviamente, el cheque más suculento de todos.

Pero Alcaraz tiene claro hacia qué lado se inclina la balanza: un oro olímpico es algo único, un premio que sólo se puede ganar cada cuatro años y que te coloca en una nueva dimensión. Y si para eso hay que sacrificar las opciones para el número uno y a un par de millones... pues se sacrifica.