JUEGOS OLÍMPICOS | AGUAS ABIERTAS

El "nunca hemos nadado así" que confirma la dureza del Sena más allá del lío de la contaminación: "No ganará el más rápido"

Los participantes en la prueba de aguas abiertas han podido entrenarse en el río parisino.

Un triatleta, en el río Sena. /REUTERS
Un triatleta, en el río Sena. REUTERS
Marc Mosull
Alberto Martínez

Marc Mosull y Alberto Martínez

El Sena sigue en el punto de mira. Desde que arrancaron los Juegos Olímpicos, se ha convertido en el foco de debate a causa de su contaminación, lo cual provocó que se aplazara un día el triatlón, cuya prueba de natación estuvo en entredicho hasta última hora. Este jueves, en categoría femenina, y viernes, en masculina, se disputarán las aguas abiertas, la prueba reina del río parisino. Y, tras la cancelación del entrenamiento previsto para ayer, no ha sido hasta este miércoles que los nadadores han podido testar sus aguas.

Era importante que los participantes de la prueba tuvieran la oportunidad de nadar en el Sena, como mínimo una vez, para conocer de primera mano los entresijos del río antes de jugarse las medallas en sus aguas, pues en 2023 ya se suspendió, por contaminación, la Copa del Mundo de aguas abiertas, que se tenía que disputar en el Sena y que iba a servir como test para la cita olímpica.

La experiencia ha sido muy útil y ha descubierto que la dureza de la prueba va mucho más allá del lío con los elevados niveles de E-coli, que contamina el río y comporta riesgos para la salud del deportista, que, en una prueba como la de mañana, puede llegar a tragar unos 30 centilitros de aguas, cantidad equivalente a una lata de Coca-Cola.

“Nunca hemos nadado así”

La complejidad de competir en el Sena está relacionada con un tema técnico, tal y como han comprobado esta mañana los atletas. "Hay mucha corriente para lo que están acostumbrados. Nunca hemos nadado así en un gran campeonato", desvela a Relevo uno de los directores técnicos de los países que participarán en esta prueba de natación a partir de mañana.

No es una crítica, más bien un reto para los nadadores, que no están acostumbrados a las corrientes. De hecho, las aguas abiertas casi nunca se disputan en un río. Lo habitual es hacerlo en lagos con el agua calmada o en un mar controlado, como se hizo en los Juegos Olímpicos de Tokio.

La capacidad de adaptación y la estrategia de cada uno se antoja clave en esta prueba de diez kilómetros y de alrededor de dos horas de duración que se realizará en un circuito acuático que los nadadores recorrerán seis veces. La competición arrancará en el puente Alexandre-III y bajará hasta el puente Iéna, con muchos de los monumentos emblemáticos de París de fondo, como Los Inválidos, el Grand Palais y la Torre Eiffel.

"En mi opinión, no ganará el más rápido. Ganará el más listo", asegura a este medio el mismo técnico. Será importante colocarse en seguida en las primeras posiciones y aprovechar en la medida de lo posible las corrientes del río parisino.

Más que nunca, será una carrera táctica. Además, como es habitual en esta prueba, también será clave la gestión de los esfuerzos y la fatiga acumulada a la hora de afrontar los kilómetros finales de una competición que se disputará en el río Sena, que sigue en el punto de mira. Y no solo por la contaminación de sus aguas.