El homenaje del dúo español a la Sagrada Familia reescribe la historia: "Gaudí habría sido un buen entrenador de sincro"

Paris.- Mayuko Fujiki, la seleccionadora de natación artística desde julio de 2017, nació en Japón y, de niña, cuando le decían "España" le venían tres palabras a su mente: "Paella, flamenco... Y la Sagrada Familia". Tuvo tan interiorizado el templo de Antoni Gaudí que, cuando viajaba a Barcelona y pasaba con el coche, se emocionaba solo con verlo.

Ahora, Mayu, que ha llevado a la sincro al podio olímpico 12 años después con el bronce en la rutina de equipo en los Juegos de París, se ha familiarizado con esa obra arquitectónica que debe finalizar en 2026. Y en el Centro Acuático le van a hacer un homenaje con una de las coreografías del dúo de Alisa Ozoghina e Iris Tió. Una idea innovadora, no la de Gaudí, sino la de la Sagrada Familia, en busca de una medalla más cara que la de equipo. Sufrida, pero en la mano.

"Para los Juegos pensamos algo relacionado con la ciudad, algo donde la gente pudiese conectar. Pero también queríamos ofrecer algo de España, algo único, y estuvimos mirando ideas. Sería genial y un orgullo basarnos en la Sagrada Familia", dijo la seleccionadora a Relevo. Compró unos libros donde se desgranaban las figuras del templo, su significado, sus detalles y elementos, y le explicó el plan a sus dos nadadoras.

"Al principio me sorprendió bastante. Cuando salimos de los Mundiales de Doha (febrero) queríamos hacer algo diferente. Me sorprendió que fuese algo arquitectónico, pero confío mucho en Mayu, sus ideas son muy buenas. Fuimos a la aventura", explica Alisa. "Me gustó mucho la idea, Gaudí era un genio y tenía creatividad. Buscamos información de la Sagrada Familia y de Gaudí. Buscamos cómo recrear las figuras con los movimientos", añadió Iris.

De hecho, Antoni Gaudí sería un gran entrenador de natación artística. Aúna la parte matemática de la arquitectura y de las figuras de la sincronizada. Y, al mismo tiempo, la creatividad de jugar con elementos diferentes, con la naturaleza y el mar, con sus pasajes de La Biblia que cuenta una historia. "Cuando investigamos nos dimos cuenta de que juega con las estructuras largas, verticales, y todo son ideas lógicas. Hay cosas en común. Me hubiera gustado conocerlo y seguro que le hubiera gustado nuestro deporte, sería un buen entrenador", añade Alisa. "Mi abuelo es pintor, y también mi tío. El arte es importante. Cuando se lo dije, les gustó", remata Iris Tió, hija de músicos.

Antes de configurar los elementos de la rutina, basado en el templo, se discutió la idea del bañador. "Los primeros 15 segundos de la rutina son en el exterior, es buena que el espectador identifique de qué irá el tema", explica Mayu. Hicieron muchas pruebas. Y al final cuajó la idea de dibujar dos de las torres con la estrella. "El cuerpo va bien con esos movimientos", detalla Mayu.

Desde hace cinco años que este dúo, joven aún, empezó a prepararse para coger el relevo de Ona Carbonell. Y ahora ha llegado el momento de lucir todo su potencial con una rutina complicada: "Estamos creciendo como dúo; en Tokio no podíamos, pero después de cinco años nadando juntas podemos explicar el pensamiento de Gaudí con piernas y brazos", dijo.

¿Y de qué elementos consta la coreografía y qué figuras se representan? Alisa lo explica así: "Las subidas del principio tiene un sonido de palomas, y realizamos una acrobacia. Lo sacamos adelante. Es impresionante. Todo el dúo es complicado. Contamos algo diferente, tenemos que expresar cosas diferentes con piernas y manos, pasamos de la espiritualidad al agua, luego al sufrimiento...".

En esas figuras se representan las torres, los pájaros, los animales marinos, las conchas y todo tipo de elementos que se encuentran en un edificio que, para Mayu, consta de tres partes: "Primero es la naturaleza, los árboles y los animales de agua. Así que nos centramos en un pensamiento con naturaleza. Luego, cuando entras, llega una parte de color y luces, con la música y movimientos lentos. Y luego, en la parte de atrás, todo es más triste, oscuro, pintar cuadros", añade Mayu.

Como curiosidad, y aunque Iris y Alisa visitaron la Sagrada Familia en una jornada también organizada por Relevo, la sevillana ha estado más veces en la catedral de Gaudí que la barcelonesa. "Vine con siete años y quedé prendada", dijo. Algo habitual, se valora más desde fuera lo excepcional que desde casa lo que resulta cotidiano.