BREAK DANCE

Las críticas y el escrutinio público 'obligan' a Raygun a la retirada tras su polémico baile en París: "La gente no debería sentirse mal por bailar"

La australiana, número 1 del mundo de break dance, anuncia su retirada al no poder luchar contra las opiniones de la gente tras su participación olímpica.

Raygun antes de los Juegos de París./Instagram
Raygun antes de los Juegos de París. Instagram
Guillermo García

Guillermo García

Rachel Gunn fue uno de los nombres propios en los Juegos de París tras su participación en la primera competición de break dance en unos Juegos Olímpicos. Un metal por el que esta profesora universitaria australiana ha tenido que pagar un precio muy caro tras todas las críticas y mofas virales que tuvo que sufrir tras su ejercicio en la capital francesa. Su baile hizo que numerosas voces se preguntasen por la presencia de este nuevo deporte en el programa olímpico.

Muchos se preguntaban cómo era posible que la australiana se hubiera clasificado para los Juegos. La puntuación que obtuvo en sus tres duelos de la fase de grupos fue demoledora: perdió por 18-0 en votos las tres veces que salió a bailar a la tarima. Una actuación que ha terminado con la carrera de la 'b-girl' oceánica, pese a ser la número 1 del mundo según el polémico ránking de la asociación internacional.

Esta profesora universitaria, nacida en 1987 y que ya se dedicaba a los bailes de salón y al jazz antes de saltar al break dance, se vio obligada a pedir disculpas por su actuación y ahora ha anunciado que a sus 37 años se baja de la tarima a pesar de que sus planes iniciales pasaban por seguir compitiendo. Pero la presión social finalmente ha podido con ella.

"Simplemente no tenía ningún control sobre cómo me veía la gente o quién era yo", aseguró Gunn en una entrevista radiofónica en Australia, en la emisora local 2DayFM. "Seguramente iba a seguir compitiendo, pero ahora me parece muy difícil hacerlo". Una retirada que no se veía venir y que ha confirmado los malos momentos que ha tenido que vivir Raygun tras su polémico paso por los Juegos Olímpicos.

Su participación en París la puso en el ojo del huracán y en su pensamiento está que ese escrutinio público va a seguir cada vez que salga a bailar. Por eso ha decidido dejarlo. "Creo que el nivel de escrutinio que habrá seguirá siendo alto, la gente lo filmará y se publicará en las redes. Bailar es muy divertido y te hace sentir bien y no creo que la gente deba sentirse mal por la forma en que bailan", concluye la australiana que desde el pasado mes de agosto ha tenido que hacer frente a una campaña en su contra por la que incluso tuvo que pedir perdón.

"Ha habido una parte de respuestas muy agresivas y, ya sabes, horribles, no solo atacándome a mí, sino atacando a mi marido, atacando a mi equipo, atacando a la comunidad de break dance y street dance en Australia, a mi familia", dijo a The Project de Network 10. "La energía puesta en los insultos y el abuso sufrido es alarmante. Es muy triste escuchar esas críticas".

"La energía puesta en los insultos y el abuso sufrido es alarmante. Es muy triste escuchar esas críticas"

Las reacciones no se limitaron a los comentarios en redes sociales. Su actuación llegó incluso a la plataforma change.org, donde un usuario anómico reclamaba una investigación sobre el proceso de selección de la australiana, al tiempo que exigía a la bgirl disculpas públicas por su participación. Más de 40.000 personas firmaron dicha petición, lo que obligó a Raygun a defender la legitimidad de su presencia en París. Aunque ahora ya se ha cansado de pelear por su actuación.