El oro olímpico en boxeo se sigue resistiendo: derrota de Ayoub Ghadfa ante el gran favorito

El oro olímpico se le sigue resistiendo a España. Ayoub Ghadfa, en categoría de +92 kilos, fue capaz de silenciar Roland Garros el pasado miércoles tras derrotar al púgil local. Ganó y se metió en la tercera final olímpica para España. Faustino Reyes (1992) y Rafa Lozano (2000) habían estado en esa tesitura antes, pero en ambas ocasiones hubo que conformarse con la plata. Este sábado la historia podía cambiar, pero se repitió. Ghadfa perdió por unanimidad ante el uzbeko Bakhodir Jalolov, quien tras ganar el torneo de Tokio 2020 era el gran favorito para revalidar posición.

Jalolov apunta a que disputó en Roland Garros su último combate como boxeador amateur. Ya ha disputado catorce peleas como profesional (todas ganadas por KO) y su objetivo, tras doblar un doble oro olímpico, es ser el gran dominador del campo rentado. Por calidad puede serlo, pero necesita continuidad y a ese nivel compaginar la parte amateur con la profesional se complica. Centrará el tiro tras barrer la división del superpesado. Su última derrota fue en febrero de 2019. Cosechó 63 triunfos de manera consecutiva.

El órdago para Ghadfa, con los números en la mano, era de aúpa. No obstante, el marbellí se lo tomó igual que todos los pleitos. En la Selección todos tienen grabado a fuego el gen ganador que ha inculcado Enmanuel Reyes Pla: "Nadie es invencible". Ayoub quizá sea el que más presente lo tiene. Ha demostrado que su resiliencia está por encima de todo. Rafa Lozano le invitó a entrenar con el equipo nacional cuando tan sólo tenía dos combates amateur disputados. Con 18 años vio talento y apostó por él. El aprendizaje fue complejo, ya le tocó padecerlo con derrotas de carácter internacional. No se rindió y de cada tropiezo sacó algo positivo. Así ha logrado dos medallas continentales (fue campeón de Europa el pasado abril) y una mundial hasta llegar a esta plata.

Con 25 años (cumple 26 en diciembre), Ayoub Ghadfa tiene el futuro que desee. Su crecimiento ha sido exponencial y su techo parece lejano. La derrota ante Jalolov escuece, pero sacará grandes aprendizajes. El uzbeko, de 2,01 metros de altura y más de 100 kilos, es un púgil asombroso. Se mueve como un peso ligero y golpea con la misma rapidez. Es difícil dar la talla contra él y Ghadfa lo hizo. Sufrió de inicio el marbellí, no encontró su distancia. El uzbeko era más grande y en la entrada del español le cazó con dos manos que provocaron dos cuentas de protección. En el segundo round, Ghadfa empezó a encontrarse y comenzó a sacar mayor trabajo, pero Jalolov mandó. No sufrió tanto, pero la pelea estaba perdida. Con la única opción del KO, el español salió a por todas. Apretó y le hizo un asalto de tú a tú. No hubo victoria, pero sí grandes sensaciones. Ayoub Ghadfa logró darle batalla a uno de los mejores pesos superpesados de la última década.

La plata de Ayoub Ghadfa redondea los mejores Juegos Olímpicos de la historia de nuestro país. Hasta París, España había logrado las dos platas citadas y los bronces de Rodríguez Cal (1976) y Rafa Lozano (1996). En Francia, Enmanuel Reyes Pla logró un bronce y Ghadfa una plata. Las medallas mandan, pero no hay que desdeñar los diplomas olímpicos de Rafa Lozano Jr. y José Quiles. Cuatro de los seis representantes que llevó la Selección no se volvieron con las manos vacías. El boxeo olímpico español tiene futuro y Los Ángeles 2028 puede ser la su eclosión definitiva.