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Ayoub Ghadfa silencia Roland Garros: gana a Francia y luchará por el oro

El marbellí, en categoría superpesado (+92 kg), se impuso al francés Djamili-Dini Aboudou este miércoles. Ghadfa se enfrentará el próximo sábado en la final al uzbeko Jalolov.

Ayoub Ghadfa celebra su victoria sobre Djamili-Dini Aboudou en las semifinales del torneo de París 2024./EFE
Ayoub Ghadfa celebra su victoria sobre Djamili-Dini Aboudou en las semifinales del torneo de París 2024. EFE
Álvaro Carrera

Álvaro Carrera

Ayoub Ghadfa pegó un grito que retumbó en la pista central de Roland Garros. Después de sacar la adrenalina mostró que es un tipo calmado. Acababa de clasificarse para una final olímpica (+92 kg), pero primero mostró respeto a su rival y después se fue para su esquina. Ahí apareció su habitual sonrisa. Le esperaba Rafa Lozano para darle un abrazo. El seleccionador apostó por el boxeador cuando tenía dos peleas hechas y siete años después los dos están a un paso del oro. El cordobés es el último español que ha estado una final olímpica. El marbellí será el siguiente tras imponerse por decisión unánime al francés Djamili-Dini Aboudou. Estaba en la boca del lobo, pero logró silenciar la pista central de Roland Garros. Esa arena sigue siendo española.

La victoria de Ghadfa es historia para el pugilismo nacional. Hasta el momento sólo Faustino Reyes (1992) y Rafa Lozano (2000) han disputado una final olímpica. Ambos perdieron y se tuvieron que conformar con la plata. Ningún español ha subido al lugar más alto de un podio olímpico. Ayoub lo intentará este sábado (22:51 horas) frente al uzbeko Bakhodir Jalolov, quien ganó el oro en Tokio 2020 y viene de vencer en los dos últimos Mundiales. Además, es profesional sumando catorce ko's en otros tantos combates. El reto es difícil, pero en ese pleito el español no tiene nada que perder.

Este miércoles, Ayoub Ghadfa demostró que está ante la mejor versión de su carrera. Empezó hace ocho años a boxear y los resultados no empezaron a aparecer hasta después de los Juegos de Tokio. En tres años ha logrado dos medallas continentales (ganó el Europeo en abril) y una mundial. Su crecimiento es muy alto y se vio frente a Aboudou, al que borró en su casa. El público se quedó helado, el galo no fue capaz de meter en aprietos al español.

Los dos se conocen muy bien. Habían peleado dos veces (un triunfo para cada uno) y han compartido decenas de campos de entrenamiento. España y Francia tienen buena relación, lo que se ha traducido en cientos de asaltos de sparring. Aboudou es un pegador y Ayoub debía boxearle. El marbellí hizo fácil lo difícil. En el primer asalto se movió, golpeó con el jab en curvo para salir de la zona de golpeo y percutió con la derecha recta. Manejó bien el round y metió ritmo al final para no dejar dudas. Cuatro jueces le dieron el asalto. Parecía que esta vez no habría nada extraño en las cartulinas.

Si el primer asalto fue de diez. En el segundo consiguió la matrícula. Ayoub hizo lo mismo que en el inicial, pero Aboudou no le olió. Falló todo y fue encajando manos. Ghadfa logró hacer gestos técnicos que dejaban clara su calidad. Un upper y un recto con la derecha, de manera consecutiva, fue una de las mejores delicias técnicas que dejó la noche en Roland Garros. En la esquina francesa le pidieron a su púgil, antes del tercer round, ir a la guerra. Ayoub le aceptó y ahí se llevó una mano que le pilló mal posicionado. El infarto rozaba la delegación española, pero el superpesado español se levantó del suelo de un salto. Estaba bien. No volvió a sufrir, supo boxear y dejar correr los segundos.

El chico que llegó por un cúmulo de casualidades a la Selección está en una final olímpica tras dar una lección de boxeo en uno de los recintos más importantes del deporte mundial. Ayoub Ghadfa está a un paso de dar a España el primer oro en unos Juegos. Nada es imposible para él.