Lourdes García Campos y el juicio popular cada vez que narra el atletismo en TVE: "Es una presión que te mueres"

Apasionada y practicante desde pequeña, Lourdes García Campos no narró una competición internacional de atletismo hasta el pasado año, cuando, después de muchas entrevistas en las zonas mixtas de los mejores estadios del planeta, debutó como voz principal del deporte olímpico por excelencia en los micrófonos de Televisión Española (TVE). Antes, la madrileña había saltado por la parrilla deportiva de la cadena, desde los informativos hasta Estudio Estadio, pasando por el balonmano, la natación o incluso el Mundial de fútbol de Catar.

"No he elegido nunca lo que he hecho en la tele, ni antes ni ahora", advierte a Relevo desde París, donde llegó hace dos semanas junto al resto del equipo de TVE y donde permanecerá hasta el 12 de agosto, día en el que, con 48 años, cerrará sus séptimos Juegos Olímpicos como periodista. "Los vivo y los valoro todavía más que antes. Me siento una auténtica privilegiada".

No obstante, como le sucedió a Juan Carlos Rivero durante la pasada Eurocopa, e igual que ha ocurrido con cada periodista que ha dado voz a las hazañas de nuestros deportistas en cualquier disciplina, García Campos ha recibido críticas por su trabajo. "Yo soy periodista, y como tal, intento comunicar siempre lo mejor que puedo", señala desde su hotel en la capital francesa. "Habrá a quien no le llegue, habrá a quien no le guste o incluso habrá alguien a quien sí, es algo muy subjetivo".

Nadie se libra del juicio ajeno. Menos aún quien da la cara cada día en las retransmisiones del ente público, el de todos. "Es que al final yo hago lo que me mandan. ¿Atletismo ahora? Pues atletismo", asegura la madrileña. "Hay cosas que se me dan bien y hay otras que se me dan peor, como a todo el mundo... [Piensa unos segundos] Y por supuesto hay días en los que estoy mejor que otros, pero no creo que nadie raye la excelencia todos los días de su vida".

Más allá de las dificultades inherentes a la propia narración, lo que mucha gente no sabe, o quizás hace por no saber, es el trabajo de García Campos antes de cada competición. "Te lleva mucho, mucho tiempo", declara. "Piensa que prepararte cada jornada de atletismo es prepararte cada prueba que va a haber; es decir, tienes que leer mucho, estudiarte las mejores marcas de los atletas, dónde y cuándo las han conseguido, el camino y las posibilidades de los españoles…".

"Mira que he narrado deportes diferentes a lo largo de mi vida, pero el atletismo es otro mundo", añade. "Es marcha, es maratón, son saltos, son lanzamientos, es pista cubierta, es aire libre, son hombres, son mujeres, cada uno con sus marcas, cada uno con su técnica, su especialidad, sus circunstancias y sus estrellas. Es algo diferente a todo lo demás".

"En el fútbol, por ejemplo, te tienes que aprender 22 nombres para contar lo que pasa", explica la periodista. "Nosotros en una jornada normal, tenemos que tener en la cabeza cerca de 700 nombres, muchos de ellos de países que ni conoces o de los que tienes muy poquita información. Y luego, además, que tú estás en el estadio y el realizador te va de la pértiga femenina al peso masculino o a un plano de la cámara de llamadas y tú no sabes qué es lo que se va a pinchar. Te enteras a la vez que la gente en casa".

En definitiva, una labor compleja. "Esto es una presión que te mueres", repite hasta en dos ocasiones con cierto pesar. "El atletismo es, sin duda, el deporte rey de los Juegos Olímpicos. Y las críticas por narrarlo... Mira, yo no tengo redes sociales. No tengo. Y por tanto, lo que se dice en las redes sociales a mí no me llega. Mira a Ana Peleteiro o a Carolina Marín. Ambas se quitaron las redes antes de competir. Querían estar enfocadas en lo suyo. Y son mujeres que ya tienen cierta veteranía, ¿no? Pues eso".

Quién sabe si dentro de cuatro años, en Los Ángeles 2028, García Campos seguirá poniendo voz a las gestas de nuestros atletas sobre el tartán. "No lo sé ni yo", reconoce, ahora sí, con una sonrisa. "Nunca sabes cuándo van a ser tus últimos Juegos. Tampoco sabía si iba a venir a París, como en su día no sabía si iría a Tokio. Al final, tengo muchísimos compañeros que tienen más años y mucha más trayectoria que yo y nunca han podido cubrir unos Juegos Olímpicos in situ. Yo tengo la suerte de trabajar donde trabajo y poder hacerlo, y me siento muy afortunada".