Carolina Marín revive su drama con las lesiones y abandona en semifinales cuando dominaba con claridad
La onubense se despide de los JJOO por un problema en su rodilla.
Las lesiones nunca son buenas para nadie, pero hay deportistas especialmente afectados por ellas a lo largo de sus carreras. Una de ellas es Carolina Marín, que tras romperse en sendas ocasiones sus rodillas, ha tenido que abandonar en las semifinales de los JJOO cuando dominaba con claridad a su rival. De nuevo la articulación le jugó una mala pasada y sus lágrimas inundaron una pista que hasta ese momento había disfrutado de una actuación sobresaliente.
El partido comenzó a contracorriente para la española 24 horas antes. Tras acceder a semifinales del torneo, esperaba medirse este domingo a la todavía vigente campeona olímpica Chen. Sin embargo, fue su compatriota He Bing Jiao la que accedió a la penúltima ronda. A priori y por ránking, no era tan peligrosa, pero a la onubense no le quedaba otra que dar su mejor versión para volver a una final de unos JJOO ocho años después.
Fue un duelo igualado en sus primeros puntos. Uno caía de un lado y el siguiente, del otro. Ambas jugadoras se tanteaban en los primeros minutos mientras poco a poco iban soltando su brazo. Y ahí Marín comenzó a exhibir su teórica superioridad ante la china, que aun así conseguía sacar buenos golpes hacia el fondo de la pista. Pese a no tener un ranking tan alto como la onubense, Bing Jiao ya fue cuarta en Tokio.
🚀 Concentración máxima
— RTVE (@rtve) August 4, 2024
🏸 Volante a la red
💪 Coge distancia Carolina Marín
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El primer set, poco a poco y sin hacer mucho ruido, fue cayendo poco a poco del lado de la española. Su juego era más sólido, sus golpes más profundos y sus errores, mucho menores. Cada punto iba acompañado por un gesto de celebración con el puño. Además de ser una de las mejores de la historia en bádminton, Carolina es una máquina de concentración. La china reaccionó con un parcial de 6-0, pero la primera manga fue para la española por 21-14.
La inercia continuó en el segundo set, donde la onubense se escapó en el marcador a las primeras de cambio con tres parciales demoledores. Pero el drama llegó con 10-5 a favor. Un mal giro de su rodilla derecha la llevó al suelo y rápidamente puso sus manos en la cara con visibles gestos de dolor. Pese a intentar seguir en el partido, fue imposible. Carolina abandonó y rompió a llorar de manera desconsolada con sus entrenadores. La primera impresión apunta a una lesión en el ligamento cruzado.
La vida vuelve a golpearla en forma de lesión cuando ya acariciaba su segunda final olímpica. El público se volcó con ella dedicándole una ovación atronadora durante varios minutos y aunque le ofrecieron una silla de ruedas para abandonar la pista, decidió irse caminando como una campeona. Porque aunque aquí vaya a terminar en cuarta posición, Carolina será una campeona para siempre.