JJOO | BÁDMINTON

Carolina Marín da una exhibición para meterse en semifinales y manda un aviso a todas sus rivales

La onubense pasó por encima de la japonesa Ohori, una de las mejores del mundo.

Carolina Marín golpea la pluma ante Ohori. /EFE
Carolina Marín golpea la pluma ante Ohori. EFE
Óscar Méndez

Óscar Méndez

En menos de una hora, Carolina Marín se deshizo de la japonesa Ohori para volver a unas semifinales en los JJOO ocho años después. En Brasil se llevó el oro y aquí peleará de nuevos por las medallas entre mañana y el lunes. En cuartos de final jugó a su mejor nivel y no tuvo piedad de la nipona.

El primer punto del partido cayó del lado de la onubense, pero lo cierto es que la japonesa entró mejor a la pista, con algo más de agresividad en su juego y siendo más valiente en sus lanzamientos al fondo del rectángulo. Ahí fue el público español en las gradas el que se encargó de intentar levantar cuanto antes de Carolina, que poco a poco iba ganando confianza gracias a sus buenas defensas y sus certeros lanzamientos.

Las dos zurdas se intercambiaban buenos golpes, poniendo de relieve el porqué son dos de las mejores del mundo. Y la española comenzó a demostrar que está un poco por encima de su oponente para darle la vuelta al marcador y abrir una pequeña brecha en el primer set (11-7) antes de pasar por la silla de descanso. La afición disfrutaba con el juego de la onubense.

Cuando Marín se siente a gusto en una pista, es prácticamente imparable. La jugadora de 31 años tiene ya una medalla de oro en Río de Janeiro (2016) y tres títulos mundiales. La lesión que sufrió en el pasado frenó su progresión, pero sigue siendo una de las jugadoras que mejor domina la combinación raqueta-pluma, algo que sufrió Ohori en una primera manga en la que se quedó lejos de la española (21-13).

El set inicial fue un punto de inflexión para ambas. El segundo siguió la misma línea, o incluso la diferencia fue mayor. La onubense se comía la pista, llegaba a todas las plumas que enviaba la nipona y se las devolvía con veneno. Un ritmo que Ohori no podía seguir y la diferencia entre las dos se fue haciendo cada vez más grande, también en el aspecto mental. El lenguaje de Carolina era pura explosividad, mientras que el de su rival era de frustración.

La segunda manga tuvo poca historia, aunque eso no quiere decir que fuese fácil. Marín lo luchó hasta el último punto. La japonesa no se rendía, pero poco a poco iba cediendo ante el empuje de la española, que ya espera a la china Chen en semifinales. Ese será un hueso muy duro de roer, pero para ello habrá que esperar hasta este domingo.