FC BARCELONA

La nueva defensa del Barça que le cambia la cara al equipo

Araújo, Kounde, Christensen y Balde volvieron a estar a un enorme nivel en la final, reafirmando que son la defensa titular.

Ronald Araújo ante Vinicius durante el partido. /AFP
Ronald Araújo ante Vinicius durante el partido. AFP
Albert Blaya

Albert Blaya

La que ha sido la gran desventaja competitiva del FC Barcelona los últimos cinco años es a estas horas su mayor fortaleza. Pocos mercados y decisiones han tenido un impacto tan relevante e inmediato como el del Barça y su defensa este verano. Porque no hay idea futbolística, por sofisticada que pretenda ser, que no necesite de algo tan viejo como el propio fútbol: ganar duelos, minimizar riesgos y ganar confianza mientras se la minas al rival. Araújo, Balde, Christensen y Kounde son todo lo que el FC Barcelona soñaba y no tenía.

Hace apenas unos meses, el Barça navegaba por un desierto absoluto en el que el rival tenía la puerta abierta siempre que robaba la pelota. Desde la marcha de Mascherano y Alves sumados al apagón de Umtiti y Lenglet, el equipo quedó a merced de actuaciones titánicas de un Piqué veterano e ir parcheando. No había mayor solidez que la que el ex capitán azulgrana se inventaba. Competir así era mucho más complicado, ya que el Barça se encontraba en un cuadrilátero de arenas movedizas en el que cada paso le podía arrastrar al fondo. De ahí que los azulgrana diesen cada vez menos pasos, cada vez más tibios. Ahora ya no.

En cuestión de meses, el Barça ha fichado gratis a un central experimentado y joven (26 años) como Christensen mientras la gente apuntaba a sus flaquezas porque el fútbol nunca importó tan poco como en la era del highlight; pocos sabían qué clase de central fichaba el Barça. Apareció Balde como aparecen las cosas que te cambian la vida; por sorpresa y sin avisar. Se fichó a Kounde para así tener al jugador que menos esfuerzos hace y más ventajas obtiene y lo coronó con la reafirmación de un Araújo que aunque no supiese pasar la pelota seguiría siendo imprescindible, porque nadie entiende el verbi defender de la forma tan apasionada y genuina como lo hace el uruguayo.

De ahí, el Barça ha obtenido unas ventajas que se vieron reflejadas ante el Real Madrid de forma muy clara. Muchos dirán que el Real Madrid apenas atacó, que no logró incomodar a la zaga azulgrana. El tema está en que es esta precisamente la mayor virtud de los defensas del Barça; que el rival tenga pocas situaciones de peligro. Acotar riesgos anticipando, haciendo gala de un físico que permite corregir situaciones incómodas y, en definitiva, hacer pasar por cosquillas auténticos sabotajes con cuchillos. Es tal el nivel, que antes del partido se intuía que Araújo saldría ganador ante uno de los mejores extremos del planeta. Cuando transformas la mayor amenaza del rival en algo menor es una señal inequívoca de dominio.

Habrá que darle tiempo al Barça para ver en qué transforma toda la energía recibida de su victoria ante el Real Madrid, en qué queda la euforia y si tiene continuidad un juego que hasta la fecha venía dejando algunas dudas. Así como un buen delantero regala tiempo a sus equipos a través de los goles, una buena defensa da confianza y permite siempre segundas respuestas ante las preguntas del rival. Es hacer un examen con chuleta. Hacía tanto que el Barça no ganaba duelos con regularidad atrás que casi se había olvidado cuáles son sus consecuencias. No hay equipo ganador que no haya contado con ello. Xavi por fin lo tiene en sus manos.