SUPERCOPA | REAL MADRID - FC BARCELONA

Así le ganaron Pedri y Gavi la partida al centro del campo del Real Madrid

El Barça de los cuatro centrocampistas dominó y le dio la razón a Xavi con su apuesta.

Gavi durante el encuentro /AFP
Gavi durante el encuentro AFP
Albert Blaya

Albert Blaya

Hay partidos que no solo tienen un peso en el corto plazo, sino que pueden contener en su interior un mensaje mucho más potente de cara al futuro por lo que se intuye y por lo que, de facto, confirma. La victoria contundente que el Barça ha cosechado ante el Real Madrid tiene mucho de premonitorio, no por los títulos ni la inmediatez de este curso, sino por un futuro que se ha mostrado más presente que nunca.Pedri y Gavi han agarrado el pasado más glorioso y nostálgico del Barça y lo han transportado el día que el culé más lo demandaba.

Xavi, sobre el partido de los suyos.

Se le exige a Xavi tomar decisiones y el egarense, más allá de errores o aciertos, las está tomando. Ante el Real Madrid volvió a recurrir a lo que en en el Wanda no funcionó, demostrando así que en el fútbol no hay dos partidos iguales ni una receta que englobe la felicidad absoluta. Ante los de Ancelotti, que apostó también por los 4 centrocampistas, Xavi leyó a la perfección la debilidad que al Real Madrid le cuesta cada vez más camuflarla: el desorden sin balón sería castigado con una búsqueda constante del jugador libre. Pedri y Gavi serían el juego de sombras que Ancelotti no podría detectar.

Gavi y Pedri han correspondido lo imaginado por Xavi como si hubieran nacido para este partido. Con el andaluz siendo ante los blancos el falso extremo, Pedri sería el espejo del equipo en el que todos se pararían para que les devolviese la mejor imagen. El Barça, estructurado con cuatro centrocampistas, logró convertir el terreno de juego en un espacio casi inabarcable para los de Ancelotti, que perseguían jugadores sin tener conciencia de quién tenían a su espalda. Pedri se abría a la derecha, Gavi a la izquierda, pero siempre confluían en zonas intermedias, absolutamente indetectables para ningún jugador blanco.

Para entender la dimensión de Gavi, basta analizar los tres goles. En el primer hace toda la acción con la zurda, su pierna que, por decirlo de alguna manera, es menos dominante. Control y disparo. En el segundo, su centro, preciso, es también con la zurda al segundo palo. Y en el tercero, recupera el balón en la medular por puro instinto y termina asistiendo para Pedri con... la zurda. Un repertorio técnico que reafirma lo que es el andaluz y que muchos se habían negado ver: detrás de su lucha y garra se esconde un talento innato con capacidad para marcar diferencias en campo rival. Lo de hoy es un mensaje cifrado para aquellos que todavía no creen, si es que quedan.

Cabe destacar también el partido -y temporada- de un Frenkie De Jong que la inició cuestionado, sin jugar y con el club queriendo buscarle una salida. El neerlandés demuestra quizás mejor que nadie en el Barça, la importancia del contexto a la hora de analizar y medir rendimientos. Frenkie siempre ha sido el futbolista que es hoy, lo cambiante en él es el tipo de escenario que se le ha ofrecido. Con libertad, De Jong agarra el juego y lo manosea de tal forma que el rival se abre y su equipo se junta, en un movimiento que ante el Real Madrid se ha demostrado ganador.

Que el primer título de Xavi sea consecuencia del juego es el mejor de los mensajes para el Barça. En la final, el egarense ha cimentado la superioridad en todo aquello que engordó los mejores años del Barça; dominar el centro del campo es dominar las áreas y así lo ha explicado la historia de los años dorados de los azulgrana. Proteger a Busquets sin renunciar a De Jong a la vez que, con Araújo, Koundé, Christensen y Balde, perderla nunca era un marrón. Encontrar en Gavi y Pedri los hilos conductores de una historia que por muy en letra pequeña que se estuviese escribiendo estos años, merece ser recuperada. Xavi gana su primer título como lo hizo con su último como jugador: la idea lleva al camino.