Con esta estrella, Ansu no necesita chispa

Ansu Fati, una vez más. El '10' del Barça, objeto de duras críticas en las últimas semanas, volvió a demostrar en el envite de Supercopa de España que su capacidad de acierto en los momentos críticos es única. Saliendo desde el banquillo, el canterano tuvo el 1-2 en el tiempo añadido y, ya en la prórroga, desniveló la balanza con una descomunal volea. Con cinco tantos, Ansu empata con Ferran como tercer máximo goleador azulgrana esta temporada.

Las redes sociales las carga el diablo. Y muchos no han dudado lo más mínimo a la hora de dar por finiquitado al viejo Ansu, aquel que siendo menor de edad ya levantó al Camp Nou. Que si no está bien, que si la lesión le ha cortado las alas, que si nunca volverá a ser lo que fue... La realidad, sin embargo, la marcan los números: el '10' sigue manteniendo intacta su varita: gol ante el Intercity en la Copa del Rey y diana este jueves en Riad. En la tanda de penaltis, además, transformó su pena máxima con elegancia y seguridad máxima.

La magia de Ansu aflora sobre todo cuando el atacante ingresa desde el banquillo. De alguna manera, lo del joven talento ha pasado a ser algo incluso psicológico. Cuando sale de inicio le cuesta más marcar las diferencias como sí hace entrando como relevo. De sus 24 goles como azulgrana, 10 han llegado participando como suplente, dato que se traslada también a seis de sus últimas siete dianas.

Pero una cosa no quita la otra. Esta versión de Ansu responde más a la de killer que a la de extremo. La capacidad de desborde no impresiona como de costumbre, pero con su estrella en la definición en el área poco importa. Además, quienes conocen al jugador vienen reiterando que para volver a tener un cambio de ritmo letal es necesaria una continuidad de la que el delantero no está gozando.

Lewandowski y Dembélé son innegociables, pero el delicado momento que atraviesa Ferran Torres y la falta de eficacia de Raphinha colocan a Ansu Fati como favorito para abrirse hueco como tercero en discordia. Las próximas semanas deberían servir para que el canterano siga ganando confianza y colmillo en busca de su versión original.