El Real Madrid reconoció en una cumbre que necesitaba fichar... pero sigue empeñado en no gastar
El club pone por delante lo económico ante la falta de oportunidades en el mercado. En el vestuario entienden que no habrá refuerzos.

El Real Madrid salió más que herido de su paso por Arabia. La goleada que le endosó el Barcelona (2-5) volvió a poner el proyecto en duda, algo que ha sucedido demasiadas veces esta temporada. Es la segunda que el máximo rival enseña todas las carencias de un equipo con jugadores de primer nivel pero con demasiados agujeros tácticos y de plantilla. Carlo Ancelotti no encuentra el camino para dar buen juego y regularidad a sus futbolistas y desde el club tampoco le ayudan. Porque si algo dejó claro la debacle contra el Barcelona fue que a este equipo le faltan refuerzos.
Antes de acabar el año se mantuvo una reunión entre José Ángel Sánchez (director general), Juni Calafat (jefe de ojeadores) y Ancelotti. Se pusieron las cartas sobre la mesa y se abrió la posibilidad de que llegasen nuevos jugadores, pero todo dependería del aspecto económico y el 'ok' definitivo del presidente. Pero lo cierto es que el cuerpo técnico, después de aquello, entendió que no le facilitarían las cosas. Que lo más probable era que deberían volver a inventar con lo que tenían.
Florentino Pérez sigue empeñado en no gastar. Sólo irían a por jugadores que merezcan realmente la pena, como Alexander-Arnold, al que tienen encarrilado de cara al verano que viene. Por ello le ofrecieron al Liverpool un fichaje este invierno, algo a lo que los reds se negaron. En cualquier caso, el Madrid no estaba por la labor de pagar una gran cantidad. Siempre ha preferido que llegue gratis en verano.
Carletto, que sigue alineando a Tchouameni de central y Lucas Vázquez de sustituto inamovible de Carvajal, acaba mandando un mensaje de auxilio. El mismo que se ahorra en las ruedas de prensa pero que queda claro sobre el terreno de juego. Su defensa está lejos de lo que pide la élite y necesita fichajes. Su problema: el club no cambia de política y se escuda en la dificultad de acertar en el mercado de invierno.
Ante este inmovilismo, en Valdebebas piden más cantera. Aprovechan la irrupción de Asencio para argumentar que hay talento en La Fábrica y que está preparado para jugar en el primer equipo. Por el contrario, el cuerpo técnico entiende que con los chicos hay que ir poco a poco. No quemarlos exponiéndolos a fallos y críticas en el club más exigente del mundo.
El Real Madrid tiene miedo a sobrepagar
Desde hace ya muchos mercados el Real Madrid vive obsesionado con el aspecto económico de cada una de sus operaciones. Trata de no cometer errores de valoración. Sobrepagar por futbolistas que no lo merecen como le ha sucedido en contados casos. Jovic o Reinier, inversiones desproporcionadas que nunca funcionaron, son ahora ejemplo de cómo no hacer las cosas. No se le puede quitar razón, pues los fichajes realizados casi siempre han sido acertados y han dado rendimiento financiero y deportivo. Pero se ha llegado a un momento crítico en el que ya ni Ancelotti es capaz de salvar la nave, que choca cada vez que se enfrenta a una gran cita.
Con todo ello, se vienen semanas de reflexión en Valdebebas. De decisiones en diferentes aspectos relacionados con la plantilla y el futuro del proyecto. Porque además de llegadas -nunca le cierran la puerta al mercado-, también hay que tratar salidas. Y hay que darle forma al equipo del año que viene empezando este mismo invierno. Porque aunque no se fiche para ya, el Real Madrid quiere dejar encauzados a varios objetivos. Prefiere jugársela esta temporada con lo puesto si no queda otra solución, para desgracia de Ancelotti.