Vinicius marca territorio: en el Real Madrid no hay ni príncipes ni reyes… salvo él

La noche la marcaron Mbappé, exitoso debutante, y Bellingham, merecido MVP, pero la victoria del Real Madrid en la Supercopa de Europa ante la Atalanta (2-0) tuvo otro destacadísimo nombre propio: Vinicius. El brasileño allanó el camino con su asistencia a Fede Valverde en el primer gol, brindó acciones técnicas de puro talento (como cuando dejó solo a Rodrygo entre cinco rivales con un pase con el exterior) y regaló su enésima exhibición en un día D. Cuando hay un título en juego, no falla: ha participado en 11 tantos en las 11 finales que ha disputado de blanco (siete dianas y cuatro asistencias) y cada vez va a más. De esas 11, por cierto, ha ganado 10. A sus 24 años ya presume de 13 trofeos, casi la mitad que Modric y no tan lejos de mitos como Raúl o Cristiano.

Su partidazo en Varsovia tiene una significación especial. Lo cuajó el día del estreno de Kylian, su rival por asumir la bandera del proyecto y sobresalir en el coro que ha montado Ancelotti. Carletto mandó un primer mensaje con la alineación: Mbappé prefiere partir desde la banda izquierda, como en el PSG, pero ese costado es de Vini. No se toca. Que el francés actuase como delantero centro y el míster no alterase la posición del '7' se interpreta desde el club como un mensaje de respeto máximo hacia el de São Gonçalo. A falta de un nuevo contrato que mejore sus condiciones (la discusión está sobre la mesa), el míster le deja claro que el aterrizaje de Mbappé no alterará ni un ápice su estatus.

A muchos, también internamente, les preocupaba que los dos no fuesen capaces de entenderse y repartirse los espacios, que se pisasen y que el brillo de uno obnubilase al otro. 83 minutos y un puñado de entrenamientos juntos han bastado para disipar las dudas. Al galo se le vio cómodo como '9', con libertad para caer a los costados, y Vinicius le buscó constantemente, como si se tratase de un acto premeditado. Fueron la pareja que más conectó y su dupla ya asusta al mundo. Su encaje en el 4-3-3 es ideal, como su conexión fuera del campo: no paran de sonreír en las sesiones en Valdebebas y se les ve bromear de forma continua. El carioca, cabe recordar, se volcó en la contratación de Kylian y trató de convencerle de dejar el PSG con mensajes continuos a través de Instagram. Apenas se conocían de eventos varios y ya se llaman hermanos.

La actuación de Vinicius contra la Atalanta llegó en otro momento trascendental: a apenas 20 días de que se den a conocer las nominaciones oficiales para el Balón de Oro y mientras Arabia le tienta con una oferta billonaria. Ante esto último, información adelantada por Relevo, Ancelotti trató de tirar balones fuera en la previa: "No hay nada". La realidad es que sí lo hay: el país saudí le ofrece 1.000 millones de euros por cinco temporadas para convertirle en imagen de la liga desde este mismo verano y él se lo piensa. Aunque la monstruosidad de la propuesta le haga dudar, el Madrid confía en que rechace los cantos de sirena del Estado asiático, que quiere multiplicar su sueldo por 20, y apueste por ampliar su leyenda en el Bernabéu. De todas formas, queda claro que la apuesta de Arabia por equipararle a nivel salarial con Cristiano no resulta para nada descabellada en vista de su nivel. Su rendimiento en Polonia da otro motivo a los saudíes para no rendirse.

A quien también llena de argumentos es a los votantes del Balón de Oro, premio para el que Vinicius parte como clarísimo favorito para las casas de apuestas y con el que sueña con culminar su espectacular crecimiento. El próximo 4 de septiembre se revelarán las 30 nominaciones oficiales; a partir de ahí, y dentro de esa selección de nombres, los 180 periodistas con derecho al sufragio emitirán cinco votos (cada uno con una puntuación diferente) entre los candidatos propuestos. El galardón se entrega el 28 de octubre en París... y Vini y el Madrid confían en recogerlo. Aunque en realidad las reglas del premio contemplen que sólo deben valorarse los méritos efectuados en la campaña 2023-24, todo lo que realicen los Vinicius, Rodrigo, Bellingham o Carvajal en este arranque de curso también terminará contando.

El brasileño reclama que el mundo le conceda un trono que ya disfruta en el Madrid. Ancelotti, antes de la Supercopa, afirmó que en Concha Espina "no hay ni príncipes ni reyes" para salir airoso de una plaga de preguntas sobre Mbappé y su impacto en el vestuario. Vinicius cuestiona la afirmación: juega en su sitio, tira del carro, todos le miman y no admite discusión.

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En el Estadio Nacional marcó territorio y mandó también un aviso a los rivales, que saben que volverán a sufrirle y a aguantar sus embestidas. Su próxima parada es Palma de Mallorca, donde se las ha tenido tiesas con Maffeo, Raíllo y compañía en sus últimos enfrentamientos. Ahora le temen como nunca. Es un Vinicius diferente... y mejorado. Anoche, desde el vestuario, colgó una simbólica foto junto a Kylian, Bellingham y Rodrygo y un mensaje de misión cumplida: "OK!". La corona, aunque los otros tres opten a ascender a la monarquía más pronto que tarde, sigue siendo suya.