La vida de un sancionado por dopaje: "Quizá el Papu Gómez está dejando de existir; yo no quería que me diera asco el fútbol, el pádel me salvó la vida"
El campeón del mundo charla con Juan Pablo Varsky a corazón abierto en Clank.
Desde Bérgamo, un campeón del mundo atiende a Juan Pablo Varsky en una entrevista para Clank! que mucha gente estaba esperando. El Papu Gómez, sancionado dos años por dopaje, habla de todo, de su carrera, de cómo está viviendo esta situación, del futuro y de lo que ocurrió con la CELAD, de la que no entiende muchas cosas: "La última alegación de la sanción la pedimos en junio y todavía no recibimos la respuesta. Pasó septiembre, octubre... todavía no respondieron. No logramos entender qué hay detrás. Gracias a Relevo, que destapó muchos casos de corrupción, se demostró que la CELAD cubría muchos casos positivos de atletas. Por ejemplo a Raúl de Tomás por una sustancia prohibida lo suspendieron un mes", contó el Papu intentando buscar explicaciones.
El argentino, en estos momentos, está entrenando con un equipo de Serie C y sigue sancionado. Pero durante los primeros meses de castigo sufrió mucho, porque no podía hacer ni el curso de entrenador: "El primer año fue complicado porque no podía entrenarme con el equipo, no podía entrar en la ciudad deportiva del Monza, no podía hacer el curso de entrenador, ni siquiera eso. Un poco bloqueado estaba. Dije... ¿qué hago? Aprovechaba el tiempo con mis hijos, durante 20 años no tuve fines de semana y podía ir a verlos jugar al fútbol o verlos en sus actividades, pero me encontré en muchas situaciones que no tenía nada para hacer, no fue fácil. Al fin y al cabo, cuando te suspenden, te suspenden de todas las actividades deportivas. Incluye estudiar para ser director deportivo o entrenador. Pensé en aprovechar mi tiempo pero me encontré con la negativa de que no podía por la suspensión", contó en la charla.
La posibilidad de volver a jugar
El argentino se entrenó por su cuenta los primeros meses, pero llegó un momento que no pudo más: "Los primeros meses estaba ilusionado con poder volver porque estaba la posibilidad de volver antes, estuve dos o tres meses entrenándome solo en una cancha con un profe, estaba ilusionado. Cuando me dan la pena máxima, los dos años, se me cae un poco el mundo. No sabía si iba a seguir jugando. Un día pensaba en retirarme, otro en jugar, no sabía si iba a volver con 37 años. Acá estamos sin familia, sólo mi mujer y mis hijos, en muchas ocasiones me soportaron de más porque el ánimo era muy bajo".
De jugar Champions y liga a estar en casa todos los días
Otro de los problemas de los jugadores cuando se retiran o no están en activo es la gran cantidad de tiempo libre que tienen. En el caso del Papu, fue por la sanción: "Cuando uno no está acostumbrado a estar en casa, que yo estaba dos días de siete, ellos se acoplan a vos. Ese día era mío. Y ahora no, me tenía que adaptar a la rutina, a los tiempos, a los chicos en el cole, actividades. Muchas cosas las disfrutaba y alguna vez no aguantaba más a nadie y terminaba explotando. Empecé hace un mes terapia, me gusta, creo que sirve y cuando pasas algo parecido a lo mío es bueno apoyarse en alguien externo".
¿Papu Gómez o Alejandro Gómez?
El ex de la Atalanta, que se ha reconciliado con Gasperini tras sus diferencias, está trabajando en su futuro: "Hay que entender que quizá el personaje se termine, que el Papu Gómez está dejando de existir, tratar de apagar un poco el ego, tratar de subsistir con Alejandro. Uno va modificando su personaje, te meten en el altar, el ego que tiene el futbolista. Uno pasa de ser campeón del mundo a que no te llame nadie. Yo pensaba o decía 'si salgo campeón del mundo no juego nunca más'... a veces uno desea las cosas o las llama y la vida tal vez te la devuelve a su manera y capaz que a mí me la devolvió de esta. Me dijo: 'Está bien, vas a ser campeón del mundo, espectacular, pero te vas a tener que comer esta', nunca se sabe".
El email del anuncio del dopaje
El gran golpe del anuncio de la sanción lo recibió en Catar, durante el Mundial. Dos días antes de la final: "Yo no le quise decir a nadie la noticia del doping dos días antes de la final del Mundial. Me parecía muy egoísta contarle eso a mis compañeros, preferí hacerlo después del partido. Yo lo conté en el hotel y lo hablé con los abogados en Argentina. Cuando hablo con la CELAD, me dijeron que serían entre cuatro y seis meses. Pero se alargó todo diez meses donde yo iba a entrenar con el Sevilla, donde sabía que un día me iba a levantar con la noticia de que el Papu Gómez estaba suspendido".
Las audiencias de la CELAD
El Papu creía en su inocencia, pero la Agencia Antidopaje, no: "Yo estuve en una audiencia en Madrid donde salimos muy contentos. El abogado de la CELAD admite tres veces que la suspensión le parecía exagerada. Cuando vimos esa declaración pensábamos que era positivo, que íbamos a tener una reducción pero me dieron dos años. No logramos entender el porqué. Ellos argumentan que soy un atleta de élite y que no puedo cometer ese error. A ellos (CELAD) no les importa el tiempo ni la persona, porque al fin y al cabo no les importa nada, el que está sufriendo soy yo, ellos están en su oficina, tranquilos, el que estoy esperando soy yo. No sé qué argumento tienen para ni siquiera darte una respuesta. No sé qué pensar".
“Yo no quería odiar al fútbol”
El argentino se encuentra entrenando con un equipo de Serie C y nota las diferencias: "Al entrenar en categorías inferiores, son profesionales pero les falta un montón de material. Estoy entrenando en césped artificial, los materiales no son los de Primera, los vestuarios, hay una bicicleta. Pero prefiero esto toda la vida. Yo no quería odiar al fútbol, por eso me alejé. Yo no quería que me dé asco el fútbol, por eso me puse a jugar al pádel. Ahora estoy volviendo a empezar, estoy volviendo a ser un chico que quiere debutar en Primera. Prefiero que se retire el Papu y que siga Alejandro. Quiero dejar el personaje de lado y volver a empezar. Sea un año, dos años, lo que me dé para jugar. A lo mejor juego tres partidos y me retiro. Lo que sea".
El apoyo de los hijos y el pádel
Para el Papu, lo más importante son sus hijos. Tiene claro que va a intentar volver a jugar pero no a cualquier coste. Además, el pádel fue una parte importante en su vida estos meses: "Mis hijos lo que más quieren es que vuelva a jugar. Se pusieron tristes, me lo preguntan. Lo que más quieren es que vuelva a jugar. Somos una familia de cinco, si me quiere un equipo en Kuwait no puedo ir solo, viene el combo. El pádel lo juego de chico, a mí se me daba bien y mi tío me llevaba a jugar. Íbamos todos los domingos, siempre me gustó".
"El pádel me salvó la vida"
"Cuando pasa la suspensión me llamó el Tanque Denis y me invitó a jugar con un grupo de argentinos y exjugadores al pádel. Empecé a tomar clases, mejorar, jugar con profesionales... pero me pasé de la raya, jugaba dos o tres partidos por día. Me ponía tres horas a jugar para no pensar en otras cosas. El pádel me salvó la vida, conocí un montón de gente que antes no había conocido. Me abrió la cabeza un montón, antes estaba en mi burbuja, me encerraba, no salía de casa, era el capitán. Conocí más gente en un año que en siete años viviendo en Bérgamo", finalizó el argentino.