Los "cafés de 2 o 3 horas" que resumen la ayuda del Aston Villa a un Primera RFEF que tiene 'aroma Champions'
El Real Unión cambió de propiedad en 2021 para dos años más tarde romper un convenio 'de toda la vida'.
Al norte de España, la estrella emergente de la Real Sociedad opaca un fútbol rico en historia, el guipuzcoano, que ha nutrido al país de nombres de relumbrón a lo largo de su historia. Véanse Luis Miguel Arconada, Xabi Alonso, Mikel Arteta... o Mikel Oyarzabal, cuya bota derecha valió una Eurocopa este mismo verano. Por San Sebastián (Donostia) y sus alrededores se cocina un gran nivel, recorrido e importancia en este deporte. Tal es así que, para quien no lo recuerde, dos clubes de la provincia contribuyeron a la formación e inauguración de la Primera División: Real Sociedad y Real Unión Club de Irún.
Si bien es suicida comparar el músculo con uno de los clubes más trascendentes, ya no solo de la comunidad, sino del país, la segunda de estas entidades no ha salido bien parada con el paso del tiempo. Desde muy temprana edad, comenzó a deambular por la segunda categoría, más tarde por la tercera e inferiores, hasta el punto de que todo el mundo ya lo considera uno más del ecosistema. En su entrevista con Relevo, el actual primer entrenador del equipo, Mikel Llorente, se encarga de recordar la tradición que atesoran los rincones del Stadium Gal. Contesta la llamada en la Sala Salvador Echeandía, dedicada a las continuas reuniones internas de la Junta Directiva y que luce la camiseta de la presente temporada acompañada de los más preciados tesoros de la entidad: las Copas de España que se alzaron en 1913, 1918, 1923 y 1927.
Encallado desde 1994 en el fútbol no profesional (con breves pasos en 1999 y 2009 en la Segunda División), el Real Unión se dirige sin prisa pero sin pausa hacia su vuelta a la profesionalización, un camino que conlleva una serie de pasos, cada uno más grande que el anterior. El primero, probablemente, fue relevar una propiedad que databa de dos décadas y darle las llaves del 'negocio' a Igor Emery. El apellido sonará a muchos y sí, tiene importancia en el asunto para quien se lo pregunte. Y desde entonces, una decisión marca un antes y un después en el posible devenir de un club que estaba a la deriva.
Ni 12 meses han transcurrido desde que los irundarras arrancaron la chincheta que tenían incrustada en Donostia y pasaron a colocarla en Birmingham, Inglaterra. Pasaron de ser club convenido de la Real Sociedad, quien históricamente ha estrechado lazos con la comarca del Bidasoa, a poner en manos del Aston Villa el intercambio de jugadores. También de recursos y, lo más valioso, de conocimientos.
Ya de entrada, todos en Irún sienten que el Aston Villa, por mucho que aparentemente sean conjuntos que no pegan ni con cola, "está haciendo un gran esfuerzo por que el Real Unión cada día sea mejor". Así se lo transmite a este medio Mikel Llorente. Natural de Hondarribia, pueblo colindante a la ciudad fronteriza con Francia, ha compartido equipo e infancia con la familia Emery, lo que ha llevado a una sociedad, sobre el papel, ideal para tomar control del rumbo del equipo desde este mismo verano. La forma en la que se coció la asociación también invita a pensar que la apuesta puede salir a pedir de boca: "Se hizo todo muy rápido. Yo estaba de vacaciones y recibí una llamada de Igor un domingo. El lunes, una videollamada y el martes estaba retornando a Hondarribia".
E igual de rápido es como el Aston Villa ha comenzado a dejar huella. Firmado en noviembre de 2023, el acuerdo de conveniencia trataba como uno de sus puntos destacados que varios jugadores 'villanos' se cederían a la plantilla 'unionista'. En enero de 2024 fueron Josh Feeney (defensa) y Tommi O'Reilly (centrocampista) los futbolistas que llegaron a Guipúzcoa para ayudar a mantener la categoría, aunque este movimiento, en palabras de Llorente, tampoco fue del todo fructífero por los tempos elegidos. "Fueron cesiones complejas... Medio año es muy poco". Con él en el banquillo desde julio de 2024, la situación es otra. James Wright (portero), Yeimar Mosquera (defensa) y Finley Munroe (centrocampista) llegaron en diferentes puntos de la pretemporada y comienzos de campaña para formarse durante todo un curso en el Stadium Gal, un "periodo importante" ya.
Ante todo, Llorente aclara que son "contextos complicados", aunque él mismo y los propios jugadores "son conscientes de que este paso es en beneficio de todos": "Son jugadores con una capacidad muy alta, por el club de donde vienen. Tienen que tener la sensación de que vienen aquí a ayudar al Real Unión, pero también para que nosotros les ayudemos en su proceso formativo, porque su objetivo será estar el año que viene en el Aston Villa a un muy buen nivel". De igual manera, tampoco es tan sencillo como elegir tres o cuatro nombres y dar por sentada la llegada. Su selección se da mediante "conversaciones continuas" a raíz "de necesidades de ambos clubes" y a partir de cuyos procesos nacen los acuerdos. De hecho, los dos jugadores británicos (Wright y Munroe) aterrizaron en el País Vasco a una semana de empezar el primer partido en el caso del guardameta y directamente en Barcelona para disputar la primera jornada en el del zaguero.
"El objetivo de los cedidos será estar el año que viene en el Aston Villa a un muy buen nivel"
Entrenador del Real Unión Club de Irún"La primera toma de contacto que tuvo con los compañeros y el staff fue en Barcelona en la víspera de la competición", destaca sobre Munroe, aunque le parece todavía más llamativa la del colombiano Mosquera. "Es un chaval que viaja a Inglaterra desde su país (Colombia) para firmar el contrato con el Aston Villa, retorna a su país, luego viene a Irún… Imagínate un chaval de esa edad (19 años), con tantos cambios a nivel de horario, alimentación… Imagínate lo que supone para él también entrenar dos-tres veces a la semana en campo de césped artificial como hacemos nosotros. Él nos transmitió que la exigencia en el entrenamiento es altísima en comparación a lo que tenía en su país". Yeimar Mosquera, capitán de la selección colombiana Sub-20, es buen ejemplo de los jugadores que pone a disposición el conjunto inglés y de los que podrá disfrutar el Real Unión... durante un año.
Porque sí, las cesiones son de un año de duración. Al menos, en los primeros compases del acuerdo "esa es la idea". Sin embargo, el traspaso de futbolistas solo es el pico del iceberg de la ayuda de los ingleses. Sin ir más lejos, este mismo verano el Aston Villa 'puso casa' en las vacaciones de los irundarras. El nuevo staff técnico tilda de "auténtico lujo" la semana que pasó en Birmingham preparando el comienzo de la temporada. "Si a un entrenador le dicen que diseñe una semana idílica en cuanto a hotel de concentración, terrenos de juego, gimnasio… probablemente, elige esa. El primer día cuando llegamos estuvimos entrenando en la zona de fútbol base, aunque los campos también tenían un nivel impresionante. Y cuando el Aston Villa se marchó a la gira por Estados Unidos pasamos directamente a utilizar la zona del primer equipo", arranca contando Llorente.
"Todo lo que necesitabas a nivel de material lo tenías, creo que para una plantilla nueva y un staff nuevo, la convivencia que tuvimos esa semana fue espectacular para conocernos entre todos. El hotel de concentración era un auténtico lujazo, con campos de golf, darte tus paseos en los tiempos de ocio, piscinas, saunas…". Aprovecharon al máximo durante siete días y con hasta dos dobles sesiones las instalaciones del Villa.
Por allí, hasta el momento de su partida con rumbo a América, también merodeaba Unai Emery. "El martes hicimos una doble sesión, y a la tarde nos visitó Unai, estuvo viendo el entrenamiento", asegura Llorente. Mikel y Unai tienen una relación cercana gracias a su partida de nacimiento, que comparte pueblo natal, y a que ahora la familia del segundo es quien pone el plato del que come el primero. Aún así, el profesionalismo de dichos lazos tiene su límite: "En Birmingham tuvimos una conversación amplia, antes de empezar pretemporada también... Cuando él estaba en Hondarribia hemos tenido varios encuentros tomando un café. Cafés muy largos, de dos o tres horas, que se alargan porque tanto él como yo disfrutamos mucho hablando de fútbol, de situaciones específicas… Compartir esos momentos con Unai es un auténtico privilegio para mí".
De su 'mentor' destaca la "trayectoria impresionante" que atesora, forjada a base de la capacidad que tiene de "generar equipos ganadores y equipos campeones". Un referente que Llorente asegura que tiene "una implicación máxima con el Real Unión" para sacarlo a flote. "Los dos partidos de fuera, tanto el de Barcelona (1-1) como el de Pamplona (1-2), ha estado presenciando el partido. Y estoy casi seguro de que los dos partidos de casa que no ha podido presenciar 'in situ' los ha visto por televisión. La cercanía que necesitamos y sentimos de Unai es semanal, está muy, muy pendiente". También en dichas localizaciones, asegura que Emery puntualizó la actuación del equipo con conversaciones "un poquito más cortas" que lo ayudaron a corregir pequeños aspectos.
"La cercanía que necesitamos y sentimos de Unai Emery es semanal. Tiene una implicación máxima con el Real Unión"
Entrenador del Real Unión Club de IrúnAún así, considera que sus puestas en escena en el Johan Cruyff y Tajonar fueron "muy buenas". En su periplo hasta el momento permanece imbatido, con dos victorias y dos empates a las que falta sumarles (o no) los puntos que no pudieron cosechar en Tarazona a causa del temporal que afectó gravemente al terreno de juego. A pesar del buen arranque, avanzan "con calma" pero "ambición". De estas primeras jornadas destaca "la capacidad que ha tenido el equipo a sobreponerse a dificultades", puntualiza que necesitan "ser más solidos atrás" y clama por el impulso de la ciudad: "Sabemos que Gal empuja... Considero que si estamos unidos, con el nivel del equipo, podemos hacer cosas bonitas".
Aunque el sueño de un ascenso década y media después está en el horizonte, no se ponen "metas ni objetivos a largo plazo". "En momentos difíciles de noviembre, diciembre, enero… es cuando vamos a tener que demostrar la gran plantilla que hemos hecho". Mientras Mikel Llorente y su staff estrechan el cerco hacia un escenario próximo a la posibilidad de volver al fútbol profesional, el Aston Villa proporciona todo lo que está en su mano. Los cafés con su entrenador, los jugadores... y hasta infraestructuras. Los clubes, que conversan de manera "semanal, y casi que diaria" y tienen "mucha y muy buena relación", ya tienen entre sus planes dotar al Real Unión de mejores instalaciones. "En estos momentos el Aston Villa va a hacer una inversión en el Stadium Gal haciendo un gimnasio de un nivel muy alto para el primer equipo y el fútbol base", revela el técnico vasco, que además sospecha sobre los contactos que se mantienen "para construir algún campo más, una futura ciudad deportiva...". Un lavado de cara que continuaría el lavado de cara que le dieron al estadio el pasado año, con Emery al frente, y fue subvencionado por el Ayuntamiento. "No es un convenio en el que a nivel económico te ayudan, están dando muchos pasos a todos los niveles".
"El Real Unión cada día es mejor club, el staff puede hacer cada vez mejores planificaciones semanales, y si las planificaciones son mejores el jugador está mejor entrenado, si el jugador está mejor entrenado, probablemente, va a competir mejor, y si competimos mejor vamos a estar mucho más cerca de ese resultado que buscamos", analiza Mikel Llorente, quien además de contar con un importante apoyo económico para impulsar a un equipo de Primera RFEF de vuelta a las grandes esferas del fútbol español, también se ha curtido en una de las canteras más prolíficas del país.
Aroma a Champions y escuela vasca
Con 41 años, tras emplear toda una vida en el Hondarribia K.E., Llorente tomó un año sabático tras el cual aterrizó en las categorías inferiores de la Real Sociedad. No fue hasta su tercer año que comenzó a ejercer como primer entrenador de diferentes equipos en Zubieta, donde terminó dirigiendo al tercer equipo txuri-urdin en Segunda RFEF entre 2022 y 2024. En Donostia, mamó del modelo que ahora maravilla a Europa.
"El estilo Real Sociedad te marca mucho. Ser combinativo, protagonista, tener una fase defensiva muy protagonista, presionante, que las cosas ocurran en campo rival… Luego hay que tener en cuenta que esta categoría es súper exigente, los rivales muchas veces no te dejan hacer lo que tú quieres, tienen una capacidad altísima. Hay que tener un punto de adaptabilidad", pero la idea que pretende aplicar ahora en Irún "es esa".
Su etapa con los donostiarras coincidió con el comienzo de una época lúcida en Anoeta, una racha de clasificaciones a competiciones europeas que empezó en 2020 y no ha parado todavía, lo que ha nutrido de multitud de conocimientos a un Llorente que sabe lo que es competir al máximo nivel. Aunque el primer equipo acostumbra a ejercitarse a puerta cerrada, la descripción de 'familia' que abandera Imanol Alguacil siempre que le es posible no se aleja de la realidad: "Comparten todo entre ellos. El año pasado participaron en una competición tan exigente como la Champions League y compartían con nosotros los datos condicionales, lo que supone físicamente jugar una competición de esa exigencia". A partir de ello, su acometido estaba claro: "Que en un año, dos o tres años, los jugadores que entrenábamos en la Real Sociedad 'C' puedan jugar competición europea en la Real Sociedad". Ni más ni menos.
La influencia que ha tomado también hace un viaje por un modelo que conocen bien en Soria, Pamplona y ahora en Mallorca. En su tiempo en el 'resort' de Birmingham pudo coincidir con Jagoba Arrasate, viejo amigo. Durante su ya citado año sabático, Llorente desarrolló una "relación personal" con Arrasate en sus idas a venidas a Soria para empaparse del fútbol que el vizcaíno aplicaba en un Numancia que rozó la epica.
Todos esos ingredientes presenta un gran escenario para que Irún pueda celebrar, quizás no esta pero sí alguna temporada venidera, una inesperada alegría. "No tenemos un objetivo de estar en 'tal' puesto", recalca Llorente en varias ocasiones a lo largo de su entrevista en Relevo. "Somos ambiciosos y queremos pelear por todo lo que podamos. Un entrenador no puede estar pensando en dónde va a estar en mayo, porque si los resultados no acompañan igual ya no está, directamente". Sin embargo, él desea "sin duda" hacer camino si las circunstancias se lo permiten.