Valverde y Vinicius protagonizan una victoria de película en Los Ángeles

Los Ángeles (Estados Unidos).- El Real Madrid ganó en Los Ángeles como más le gusta: remontando. En las películas suelen pasar cosas increíbles y el conjunto blanco está acostumbrada a producirlas. Que fuese un bolo veraniego le restaba peso, pero por el rival y la forma, trató de parecerse a la Champions. Del 0-2 de la primera mitad al 3-2 en la segunda. Como en las grandes producciones, en las que el protagonista está cerca de la muerte pero acaba resurgiendo. Y con dos protagonistas, un Valverde que vuelve a volar y un Vinicius para el que no existen los amistosos de preparación. 

Diferentes sensaciones entre los nuevos. El mejor, Bellingham, que brilló en un Madrid muy apagado. Y Brahim, que puede darle cosas diferentes a Ancelotti.  Fran se adaptó bien, aunque necesita varios partidos más con Vini para terminar de compenetrarse. Por último, Joselu, al que el rombo no acaba de beneficiarlo. El resto cumplió expediente con tres hombres por debajo de la media: Lunin (se creció en el segundo tiempo), Nacho y Mendy.

En los onces con los que la afición madridista fantaseaba antes de la pretemporada, muchos ni siquiera contemplaban a Valverde como opción. El fichaje de Bellingham, la explosión de Camavinga o la ficticia llegada de Mbappé (alguno cuenta con él) relegaban a Fede al banquillo. Incluso alguno se atrevió a ponerle a la venta. Nada de eso. En su primer encuentro de la pretemporada se encargó de demostrar que el Madrid lo necesita como a otros de sus cracks.

Tras una pobre primera parte y con la ayuda de Vinicius y Rodrygo, cambió el partido por completo en dos minutos. Dos misiles en el 58' y el 59' (el primero con la ayuda de un Sportiello que fue más cómplice que enemigo) devolvieron el pulso a los blancos tras los dos primeros golpes del Milan en la primera parte (Tomori a balón parado y Luka Romero con un golazo).

La directiva lo tiene claro: los jóvenes son intocables, Valverde entre ellos. Su cláusula de 1.000 millones no es sólo un número. A pesar de su bajón el año pasado, no hay debate. El Pajarito que vuela en Los Ángeles se queda de blanco.

Si el francés quiere salvar su asiento en el Santiago Bernabéu, está corriendo en dirección contraria. La confianza que le tiene el cuerpo técnico (que es inversamente proporcional al que le profesa la directiva) se apoyaba en la fiabilidad defensiva mostrada cuando las lesiones le dejaban jugar. Pero el principio de la temporada asusta tanto como la pasada.

Regaló balones sin parar demasiado cerca de un Lunin que veía con miedo las acciones de su compañero. Lo mismo sucedió con Nacho, que pensaría que mejor jugar él de lateral si como socio va a sufrir al francés. Se lo pegó: el capitán regaló la pelota en el segundo gol milanista. Hasta el propio Ancelotti se desesperó. Él único que lo celebró (sin mostrarlo) fue Fran García, que no tuvo que hacer nada para ponerse líder en la carrera por la titularidad del lateral izquierdo.

Insiste. El rombo me gusta. Faltan muchos detalles por pulir y seguramente no goces del tiempo que necesitas para perfeccionarlo, pero le queda tan bien a este equipo. Bellingham vuela en la posición, manejas variantes de sobra para las cuatro posiciones del mediocampo y Vinicius y Rodrygo se sienten libres. Lo demostró Vini en su gol, con una carrera al espacio que debería ocupar un nueve. Menos mal que todavía no ha llegado Mbappé...

La presión es tu piedra angular. De hecho, el equipo fue menos mientras peor la ajustó. Los primeros minutos seguro son un buen ejemplo de lo que quieres en este aspecto. Pero mantenerla los 90 minutos de todos los partidos de toda la temporada no es fácil. Ese plan B sí puede ser el 4-3-3, el bloque bajo, o lo que más te apetezca, pero déjanos disfrutar el rombo un poco más.

Volvería al Rose Bowl cien veces más. En mi vida vi un estadio así. Imagínense una bandeja gigante que rodea a un campo y en la que entran 82.000 (70.814 se acercaron a ver al Real Madrid y al Milan). "Si te fijas, tiene forma de pelota de fútbol americano", me comentaba Emilio Butragueño en un detalle que desconocía. Sitio que todo amante del deporte debería conocer.

"Aquí los fans son diferentes", dicen constantemente los miembros del staff del Real Madrid. No cabe duda. Los americanos son capaces de montar shows a otro nivel y lo vivido en el Real Madrid-Milan es un ejemplo más. La gente pone mucho de su parte para que esto suceda. No es casual que pases por al lado de un coche y su dueño, que prepara unos perritos calientes en la parte de atrás, te invita a una cerveza. Sí, aquí el deporte será negocio, pero es más sano que lo que nunca será en España.