El pánico que escondió Alderweireld: "Pensé: 'Me está dando un infarto, estoy acabado, nunca volveré a ver a mis hijos'"

Toby Alderweireld es un futbolista profesional de 35 años con una dilatada experiencia en LaLiga, en la Premier League, en el Ajax, en Bélgica,... pero ante todo, es una persona como otra cualquiera con sus problemas, sus preocupaciones y sus dolencias. Tras brillar por el Viejo Continente en el Atlético de Madrid o en el Tottenham, el jugador belga está atravesando sus últimos momentos sobre un terreno de juego en su país natal con la camiseta del Royal Amberes. El tic tac del adiós se acrecienta con el paso de las horas y los días. Y una de las principales razones de su aceleración puede ser el miedo o pánico que mantuvo en secreto durante los últimos meses.

El defensa ha sacado a la luz y destapado aspectos de su vida y de su bienestar desconocidos por la afición, sus propios seguidores o la prensa en un abrir y cerrar de ojos ante los micrófonos de "The House". Durante el último año, su vida no se ha basado sólo en ir a entrenar, estar con su familia y disfrutar de sus últimos coletazos como profesional, sino que además ha sufrido varios episodios preocupantes con su salud, incluso pensando dentro de él que iba a morir. "Mi corazón empezó a latir a 1.000 por hora. Pensé: me está dando un infarto. Estoy acabado, nunca volveré a ver a mis hijos", comenzó exponiendo en la entrevista.

El primer susto y el comienzo de todo se produjo tras una derrota ante el St. Gilloise en un partido correspondiente a la copa belga. "Después de perder el partido me sentí enojado y frustrado. No pude dormir por la noche y a la mañana siguiente me fui temprano al club para hacer una sesión de fuerza. Antes de irme de casa, tomé otra pastilla de cafeína porque no me gusta el café. Mientras estaba en el coche, de repente mi corazón empezó a latir a mil por hora. Detuve el vehículo y caminé un rato a una tienda de muebles para que avisaran a los servicios de emergencia", relató el futbolista.

Después del primer aviso, el capitán del Amberes tuvo que regresar al hospital por otro "amago de infarto". Y esta vez no estaba con la adrenalina, la presión o el colapso de un partido de fútbol o de una derrota. El belga estaba acostado en su casa mientras intentaba dormir. "Resultó que sentí que mi corazón latía con fuerza por todo el estrés. Me dio un ataque de pánico, lo que hizo que mi corazón latiera aún más rápido. De hecho, te vuelves loco. Y en cierto momento piensas que estás sufriendo un ataque al corazón y muriendo", narró Alderweireld.

Retrocediendo a marzo de 2023, el aficionado de la selección de Bélgica recuerda la renuncia definitiva del central a jugar con su país, la causa: los ataques de pánico. Ya no podía soportar tanto estrés sobre él y decidió colgar la camiseta de los diablos rojos después de 127 partidos como internacional. "Hicimos pruebas extremas, pero todo estuvo bien. Luego hablé con los médicos y me dijeron que se debía a demasiado estrés. Puramente un ataque de pánico, entonces. Ahora todavía sufro de eso a veces, pero puedo explicarlo porque lo sé. Lo pasé muy mal. Por eso dejé Bélgica", admitió Alderweireld. "Lo pasé muy bien allí con cinco torneos importantes y pude cerrar ese capítulo", comentó sobre el cierre de su etapa en el combinado nacional.

Tras esa primera dura decisión, Alderweireld pensó, meditó y reflexionó mil veces si dejar el fútbol. Pero como se puede apreciar cada fin de semana en Bosuilstadion, el central sigue con el brazalete en su brazo derecho dirigiendo al Amberes. "Durante mi carrera he dicho muchas veces que quería dejarlo. Si mi entorno hubiera sido de esa opinión, lo habría dejado. Nadie lo entiende, pero siempre ha estado en mí", contó sobre su carrera futbolística. Aunque, este año se prevé como el definitivo, ya que tiene contrato hasta final de temporada y todo indica que colgará las botas.